Es frecuente que los estudios de lesiones asociadas con la agricultura señalen a los animales como agentes lesivos. Se han propuesto varias explicaciones para estas observaciones. La íntima asociación entre el trabajador y el animal, que a menudo tiene un comportamiento impredecible, supone un riesgo para el trabajador. Muchos animales les superan en tamaño y fuerza. A menudo las lesiones se deben a un traumatismo directo producido por una coz, un mordisco o el aplastamiento contra alguna estructura, siendo las extremidades inferiores las más frecuentemente afectadas. También el comportamiento de los trabajadores también puede contribuir al riesgo de lesión. Los trabajadores que penetran en el “radio de acción” del ganado o que se colocan en las “zonas ciegas” de los animales tienen mayor riesgo de resultar lesionados por reacciones de vuelo, embestidas, coces y aplastamientos.
Entre los cuidadores del ganado, las mujeres y los niños están abundantemente representados. Posiblemente se deba a determinados factores sociales que llevan a estos grupos a encargarse del trabajo relacionado con los animales, o a que las diferencias de tamaño entre el trabajador y el animal son en este caso exageradas o, en el caso de los niños, a que emplean técnicas de manejo del ganado a las que los animales no están habituados.
Las intervenciones específicas para evitar las lesiones correspondientes son la intensificación de los esfuerzos educativos, la selección de animales que sean más compatibles con los seres humanos, la selección de trabajadores que tengan menos probabilidades de poner nerviosos a los animales y la adopción de técnicas que disminuyan el riesgo de exposición para los seres humanos y los animales.
Entre los cuidadores del ganado, las mujeres y los niños están abundantemente representados. Posiblemente se deba a determinados factores sociales que llevan a estos grupos a encargarse del trabajo relacionado con los animales, o a que las diferencias de tamaño entre el trabajador y el animal son en este caso exageradas o, en el caso de los niños, a que emplean técnicas de manejo del ganado a las que los animales no están habituados.
Las intervenciones específicas para evitar las lesiones correspondientes son la intensificación de los esfuerzos educativos, la selección de animales que sean más compatibles con los seres humanos, la selección de trabajadores que tengan menos probabilidades de poner nerviosos a los animales y la adopción de técnicas que disminuyan el riesgo de exposición para los seres humanos y los animales.
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