sábado, 31 de enero de 2009

Mortalidad

Algunos estudios, aunque no todos, ponen de manifiesto una baja tasa de mortalidad por todas las causas entre los pescadores en comparació n con la població n general masculina. Este fenó meno de baja mortalidad en un grupo de trabajadores se denomina “efecto del trabajador sano” y se refiere a la tendencia constante entre las personas con trabajos activos a presentar una tasa de mortalidad inferior a la de la població n en general. Sin embargo, debido a la alta tasa de mortalidad por accidentes en el mar, los resultados de muchos estudios sobre mortalidad entre pescadores arrojan una elevada tasa de fallecimiento por todas las causas.
En los estudios sobre pescadores la mortalidad debida a enfermedades cardiovasculares isqué micas tanto aumenta como disminuye. La mortalidad ocasionada por enfermedades cerebrovasculares y respiratorias entre los pescadores es equivalente a la media.

viernes, 30 de enero de 2009

Métodos orientados a la acción y la resolución de problemas.

Uno de los principales objetivos del programa educativo era proporcionar a los trabajadores agrícolas informació n y destrezas para cuando se reincorporaran a sus trabajos.

jueves, 29 de enero de 2009

Mé todos orientados al desarrollo de destrezas de conducta: Ejercicios prá cticos.

En Nicaragua, tanto los educadores como los trabajadores agrícolas aprendieron a interpretar las etiquetas de los plaguicidas leyé ndolas en pequeñ os grupos durante la clase. Para realizar esta actividad la clase se dividió en dos grupos, a los que se les encomendó la tarea de leer diferentes etiquetas. En los casos en que todos los trabajadores del grupo eran analfabetos, se buscaron voluntarios entre los participantes para leer las etiquetas en voz alta y ayudar al grupo a rellenar un cuestionario sobre dicha etiqueta, en el que se insistía en las claves visuales para determinar el nivel de toxicidad. Reunidos todos los grupos, los portavoces voluntarios presentaron su plaguicida al resto de los participantes con instrucciones para usuarios potenciales.

miércoles, 28 de enero de 2009

Demostració n del uso de equipos de protección individual.

En una mesa se expuso toda una serie de equipos y prendas de protecció n, algunos adecuados y otros inadecuados. El educador pidió a un voluntario que se pusiera ropa de protecció n adecuada para la aplicación de plaguicidas. El trabajador eligió entre todos los artículos expuestos los que consideró má s adecuados y se los puso; se pidió a la audiencia que hiciera comentarios. Posteriormente se entabló un debate sobre las prendas protectoras adecuadas y las alternativas para ropas poco có modas.

martes, 20 de enero de 2009

Procesos de elaboración de chapa y contrachapado

Se llama contrachapado al panel constituido por tres o más chapas pegadas con cola. El término se aplica asimismo a los paneles con un núcleo compuesto por listones de madera maciza y a los tableros de partículas revestido de chapa por ambos lados. El contrachapado puede fabricarse con madera de diversos árboles, incluidas coníferas y otras especies.
Las chapas suelen elaborarse directamente, a partir de troncos enteros descortezados, en un torno de desenrollado. Para ello se hace girar el tronco contra una barra de presión al mismo tiempo que toca una cuchilla que produce una fina lámina de entre 0,25 y 5 mm de grosor. Los troncos utilizados en este proceso pueden remojarse en agua caliente o vapor para ablan- darlos antes del proceso de corte. Los bordes de la lámina suelen ser recortados por las cuchillas unidas a la barra de presión. Pueden obtenerse chapas decorativas rebanando un cuerpo de troza (el centro cuadrado del tronco) utilizando un brazo de presión y una hoja de corte de manera similar a la obtención de chapas. Tras el laminado o rebanado, las chapas se recogen en largas bandejas planas o se enrollan en carretes. Se cortan a medidas funcionales utilizando una máquina tipo guillotina y se secan utilizando calefacción artificial o ventilación natural. Los paneles secos son inspeccionados y, si es necesario, parcheados con pequeños trozos o listones de madera y resinas a base de formaldehído. Si las chapas secas son más pequeñas que un panel de medidas estándar, pueden empalmarse, aplicando en los bordes un adhesivo líquido a base de formaldehído, uniendo los bordes a presión y aplicando calor para curar la resina.
Para producir los paneles, se forma una chapa, se le aplica una capa de resina a base de formaldehído por medio de un rodillo o pulverizador, y se coloca entre dos chapas sin encolar con su grano en dirección perpendicular. El conjunto pasa después a una prensa caliente, donde se somete a presión y calor para solidificar la resina. Los adhesivos a base de resina fenólica son muy utilizados para fabricar contrachapado de madera blanda destinada a soportar duras condiciones de servicio, como es el caso de la construcción de edificios y barcos. Los adhesivos a base de resinas de urea se utilizan mucho para fabricar contra- chapado de madera dura para muebles y paneles interiores; estos pueden reforzarse con resina melamínica para aumentar su resistencia. Las fábricas de contrachapado llevan más de 30 años utilizando colas para ensamblado a base de formaldehído. Antes de la introducción de estas resinas en el decenio de 1940, se empleaban adhesivos a base de soja y albúmina animal, y era habitual el prensado en frío de los paneles. Puede que estos métodos todavía se utilicen, pero son cada vez más raros.
Los paneles se cortan a la medida adecuada utilizando sierras circulares y se alisan utilizando grandes lijadoras de cinta o rotativas. También puede realizarse un mecanizado adicional para dar al contrachapado características especiales. En algunos casos, se añaden a las colas plaguicidas tales como clorofenoles, lindano, aldrín, heptacloro, cloronaftalenos y óxido de tributilzina, o se trata con ellos la superficie de los paneles. Otros tratamientos superficiales implican la aplicación de aceites ligeros derivados del petróleo (para paneles de encofrado), pinturas, tinturas, lacas y barnices. Todos ellos pueden aplicarse en lugares separados. Las chapas y los paneles suelen transpor- tarse de una operación a otra por medio de equipos móviles.

lunes, 19 de enero de 2009

Riesgos para la seguridad y la salud en las serrerías (II)

Los trabajadores de casi todas las áreas de la serrería pueden verse expuestos a la proyección de material en partículas. Las operaciones de descortezado prácticamente no producen serrín, ya que el objetivo es dejar la madera intacta, pero sí es posible que el aire contenga tierra, cortezas y agentes biológicos en suspensión, tales como bacterias y hongos. Los trabajadores de casi todas las áreas de aserrado, astillado y cepillado pueden verse expuestos al polvo de madera. El calor generado por estas operaciones puede provocar exposición a los elementos volátiles de la madera, como los monoterpenos, aldehídos, cetonas y otros, que varían en función de la especie de árbol y de la temperatura. Algunos de los trabajadores más expuestos al serrín son los que utilizan aire comprimido para limpiar. Los que trabajan cerca de los secaderos se ven expuestos a los elementos volátiles de la madera. Además, pueden darse exposiciones a bacterias y hongos patógenos, que se desarrollan a temperaturas inferiores a 70 C. Existe también el peligro de exposición a bacterias y hongos durante la manipulación de astillas y desechos de la madera, y durante el transporte de los troncos en el patio del almacén.
Existen controles técnicos viables, como una ventilación por aspiración localizada, para controlar los niveles de contaminantes suspendidos en el aire, y es posible combinar medidas para controlar el ruido y el polvo. Así, las cabinas cerradas reducen la exposición tanto al ruido como al serrín (y previenen lesiones oculares y de otro tipo). Sin embargo, sólo protegen al operario encerrado en ellas, y es preferible controlar la exposición en origen aislando las operaciones, sobre todo las de cepillado. En algunas fábricas se aplican métodos de limpieza por aspiración y mojado, habitualmente por los contratistas de limpieza, pero no son de uso general. La exposición a hongos y bacterias puede controlarse reduciendo o aumentando las temperaturas de los secaderos y tomando otras medidas para eliminar las condiciones propicias al desarrollo de estos microorganismos.
En las serrerías existen otras exposiciones potencialmente peligrosas. Es posible quedar expuesto a frío y calor extremos cerca de los puntos por donde los materiales entran o salen de la nave, y el calor es también un riesgo en las zonas de secaderos. Otro factor de riesgo es el alto nivel de humedad al serrar troncos mojados. La exposición a los fungicidas se produce prin- cipalmente por vía cutánea y puede darse si se manejan los tableros mientras todavía están mojados durante la clasificación y otras operaciones. Al manejar tableros mojados con fungicidas, deben utilizarse guantes y delantales apropiados. En las operaciones de pulverizado debe utilizarse ventilación por aspiración localizada con cortinas de pulverización y eliminadores de aerosoles y nieblas. Los equipos móviles utilizados para trasladar troncos y madera de un almacén a otro y para cargar los semi- rremolques o vagones de ferrocarril pueden provocar exposición al monóxido de carbono y a otros productos de la combustión. Los afiladores de sierras pueden verse expuestos a niveles peligrosos de humos y polvos, como los de cobalto, cromo y plomo procedente de las operaciones de amolado y soldadura. Es necesario instalar defensas en la maquinaria y ventilación por aspiración localizada.


domingo, 18 de enero de 2009

Riesgos para la seguridad y la salud en las serrerías (I)


La Tabla 71.3 indica los principales tipos de riesgos para la seguridad y la salud en el trabajo en una serrería típica. Son muchos los peligros graves. Es necesario instalar defensas en el punto de manejo de sierras y otros aparatos de corte, así como de engranajes, correas, cadenas, piñones y puntos de atrapamiento de transportadores, correas y rodillos. En muchas operaciones, como las relacionadas con las sierras circulares, hay que instalar dispositivos antirretroceso para evitar que las piezas de madera atascadas salgan disparadas de la máquina. Se han de instalar barandillas en pasillos que discurren junto a las operaciones o pasarelas que atraviesan transportadores y otras líneas de producción. Es necesario mantener el orden y la limpieza para evitar la acumulación peligrosa de serrín y residuos de la madera, que puedan provocar caídas y comporten un riesgo de incendio y explosión. Muchas de las áreas que requieren limpieza y mante- nimiento rutinario están situadas en zonas peligrosas que normal- mente permanecen inaccesibles mientras la serrería está en funcionamiento. El correcto cumplimiento de los procedimientos de bloqueo de maquinaria es de suma importancia durante las operaciones de mantenimiento, reparación y limpieza. Los equipos móviles deben dotarse de señales luminosas y acústicas de advertencia. Los caminos peatonales y las vías de tránsito rodado deben quedar claramente señalizados. También es necesario utilizar chalecos reflectantes para aumentar la visibilidad de los peatones.
La clasificación, selección y otras operaciones pueden implicar la manipulación manual de tableros y otras piezas pesadas de madera. Deben utilizarse transportadores y cajones de recepción de diseño ergonómico y técnicas apropiadas de manipulación de materiales que contribuyan a evitar lesiones de espalda y de las extremidades superiores. Es necesario utilizar guantes para evitar clavarse astillas, pincharse y el contacto con los productos conservantes. Entre los operarios y los puntos de trabajo deben colocarse pantallas de cristal de seguridad o mate- riales similares, debido al riesgo de que el serrín, las astillas y otros residuos expulsados por las sierras provoquen lesiones oculares y de otro tipo. Los rayos láser también presentan riesgos oculares y han de identificarse las áreas en las que se utilicen aparatos láser de las clases II, III o IV, colocando letreros de advertencia. En la mayoría de las operaciones de la serrería, los operarios deben llevar equipos de protección individual, como gafas de seguridad, cascos y botas de punta de acero.
En la mayoría de las zonas de las serrerías existe un nivel de ruido peligroso producido por las operaciones de descortezado, serrado, canteado, retestado, cepillado y astillado, así como por el golpeo de los troncos en los transportadores, rodillos y clasificadoras. Entre los controles técnicos viables para reducir los niveles de ruido cabe citar las cabinas insonorizadas para operarios, el encerramiento de las máquinas cortadoras con material insonorizante en las entradas y salidas, y la construcción de barreras insonorizantes. También es posible utilizar otros controles técnicos. Por ejemplo, el ruido de funcionamiento de las sierras circulares en vacío puede reducirse utilizando sierras cuyos dientes sean de forma adecuada o ajustando la velocidad de rotación. La instalación de material insonorizante en paredes y techos puede contribuir a reducir el ruido reflejado por toda la fábrica, aunque será necesario un control en la fuente cuando la exposición al mismo sea directa.

sábado, 17 de enero de 2009

Comportamiento de los animales

Saber qué influye en el comportamiento de los animales puede ayudar a que resulte más seguro el medio de trabajo. En ese comportamiento influyen la genética y las respuestas aprendidas (condicionamiento operante). Ciertas razas de toros suelen ser más dóciles que otras (influencia genética). Un animal que se ha plantado o que se niega a entrar en una zona y se sale con la suya, probablemente se negará a hacerlo la próxima vez. En sucesivos intentos se irá tornando más agitado y peligroso. Los animales responden a la forma en que se les trata, y se basan en la experiencia cuando reaccionan ante una situación. Los que hayan sido perseguidos, golpeados, pateados, hayan recibido gritos o estén asustados tendrán miedo, naturalmente, cuando estén cerca de seres humanos. Por eso es importante tratar de mover a los animales al primer intento y con el mínimo estrés para ellos.
Los animales domesticados que viven en instalaciones muy uniformes adoptan hábitos que se basan en la repetición de lo mismo todos los días a una hora específica. El confinamiento de toros en una dehesa y su alimentación allí permite que se acostum- bren a los seres humanos, de forma que pueden utilizarse en sistemas de apareamiento en confinamiento. Los hábitos también son causados por los cambios regulares en el entorno, como las fluctuaciones de temperatura o de humedad al pasar del día a la noche. Los animales son más activos en el momento de máximo cambio, que es al atardecer o al amanecer, y menos activos al mediodía o a medianoche. Este factor puede ser una ventaja cuando hay que trasladar a los animales de trabajo.
Al igual que los animales salvajes, los animales domésticos pueden proteger sus territorios. Cuando está en juego la alimenta- ción, esta protección puede adoptar la forma de un comporta- miento agresivo. Ciertos estudios han demostrado que, si se distribuye el alimento en grandes bloques diseminados al azar, se elimina ese comportamiento territorial. Cuando se reparte el


alimento de forma uniforme o previsible, pueden producirse luchas para tratar de asegurarlo y excluir a los demás. También puede haber un comportamiento de protección territorial cuando se le permite a un toro que permanezca en la manada. Este puede considerar que el rebaño y el pasto en que viven son su territorio, lo que significa que lo defenderá frente a amenazas supuestas y reales, procedentes de seres humanos, de perros o de otros animales. La introducción en la manada de un toro nuevo o extraño en edad de procrear casi siempre se traducirá en combates para determinar cuál es el macho dominante.
Los toros, al tener los ojos a los lados de la cabeza, tienen visión panorámica y muy poca sensación de profundidad. Esto quiere decir que pueden ver en unos 270º a su alrededor, quedando tan sólo una mancha ciega justo por detrás de ellos y por delante de sus narices (véase la Figura 70.3). Los movimientos repentinos o inesperados desde atrás pueden “espantarles” porque son incapaces de determinar la proximidad o la gravedad de la amenaza percibida. De ahí una posible respuesta de “lucha o huida”. Debido a su escasa percepción de la profundidad, también pueden asustarse fácilmente con sombras y movimientos producidos fuera de la zona de trabajo o de recogida. Las sombras en la zona de trabajo pueden ser percibidas por el animal como agujeros, lo que hará que se plante. El ganado vacuno es daltónico, pero percibe los colores como diferentes intensidades de blanco y negro.
Muchos animales son muy sensibles al ruido (en comparación con los seres humanos), especialmente a frecuencias elevadas. Los ruidos fuertes e inesperados, como el de los portones metálicos al cerrarse, el de los golpes contra los pasadizos y/o el de los gritos de los seres humanos, pueden producirles estrés.

viernes, 16 de enero de 2009

Peligros y precauciones: Lesiones

Es frecuente que los estudios de lesiones asociadas con la agricul- tura señalen a los animales como agentes lesivos. Se han propuesto varias explicaciones para estas observaciones. La íntima asociación entre el trabajador y el animal, que a menudo tiene un comportamiento impredecible, supone un riesgo para el trabajador. Muchos animales les superan en tamaño y fuerza. A menudo las lesiones se deben a un traumatismo directo producido por una coz, un mordisco o el aplastamiento contra alguna estructura, siendo las extremidades inferiores las más frecuentemente afectadas. También el comportamiento de los trabajadores también puede contribuir al riesgo de lesión. Los trabajadores que penetran en el “radio de acción” del ganado o que se colocan en las “zonas ciegas” de los animales tienen mayor riesgo de resultar lesionados por reacciones de vuelo, embestidas, coces y aplastamientos Entre los cuidadores del ganado, las mujeres y los niños están abundantemente representados. Posiblemente se deba a deter- minados factores sociales que llevan a estos grupos a encargarse del trabajo relacionado con los animales, o a que las diferencias de tamaño entre el trabajador y el animal son en este caso exageradas o, en el caso de los niños, a que emplean técnicas de manejo del ganado a las que los animales no están habituados.
Las intervenciones específicas para evitar las lesiones correspondientes son la intensificación de los esfuerzos educativos, la selección de animales que sean más compatibles con los seres humanos, la selección de trabajadores que tengan menos proba- bilidades de poner nerviosos a los animales y la adopción de técnicas que disminuyan el riesgo de exposición para los seres humanos y los animales.

jueves, 15 de enero de 2009

Equipos y herramientas

El equipamiento típico de un plantador silvícola comprende una pala o un almocafre (un bastón terminado en un cilindro metá- lico ligeramente cónico que se utiliza para hacer hoyos a la medida de los plantones envasados), dos o tres bandejas de envases de plantas transportadas por medio de un arnés, y equipos de seguridad como botas con puntera y guantes protectores. Para plantar plantones de raíz desnuda, en lugar del arnés se lleva en la mano un cubo con agua suficiente para cubrir las raíces del plantón. En Europa y Norteamérica también se utilizan diversos tipos de azadas para plantar plantones de raíces desnudas. Algunas herramientas de plantación son fabricadas por compañías especializadas, pero muchas de ellas se fabrican en tiendas locales o están concebidas para usos de jardinería y agricultura, y presentan algunas deficiencias en su diseño, como un exceso de peso y una longitud inadecuada. En la Tabla 68.4 se indican los pesos que se transportan normalmente.

miércoles, 14 de enero de 2009

Transporte de plantones

El trabajo de plantación depende del suministro constante de plantones a los plantadores. Se traen de los viveros en tandas de varios millares, en camiones o furgonetas hasta donde llegue la carretera. Los plantones deben descargarse con toda rapidez y regarse con regularidad. Para transportarlos desde el almacén principal hasta los terrenos donde van a plantarse se utilizan pequeños vehículos todo terreno o maquinaria de saca forestal adaptada. Si los plantones han de ser transportados por los propios trabajadores, como sucede en muchos países en desarrollo, el trabajo resulta muy pesado. Deben emplearse mochilas adecuadas para reducir la fatiga y el riesgo de lesiones. Cada plantador lleva de cuatro a seis bandejas a su parcelas respectiva. Como a la mayoría se les paga a destajo, es importante para ellos minimizar los tiempos improductivos empleados en desplazarse o en ir a buscar y transportar plantones.

martes, 13 de enero de 2009

Estrategia de plantación

A fin de fijar unos objetivos de plantación adecuados, es importante realizar una evaluación minuciosa del terreno, ya que si ésta es superficial puede ocultar dificultades de carácter práctico que retrasan la plantación y sobrecargan de trabajo a los plantadores. Existen varias estrategias para plantar grandes superficies. Un método generalizado es disponer una hilera de 10 o 15 plantadores separados por distancias iguales y hacer que avancen al mismo ritmo; un trabajador se encarga de proporcionar suficientes plantones a todo el equipo, por lo común mediante pequeños vehículos todo terreno. Otro método habitual es trabajar con varias parejas de plantadores, responsabilizándose cada pareja de ir a buscar y transportar sus propias plantas. Los plantadores experimentados saben distribuir el material para no perder tiempo llevando plantas de un lado a otro. No es reco- mendable plantar sin compañeros.

lunes, 12 de enero de 2009

INDUSTRIA AVICOLA: Elaboración

A lo largo del proceso de elaboración de los pollos deben cumplirse estrictos requisitos sanitarios. En concreto, lavar los suelos periódicamente y con frecuencia y eliminar los desechos, las partes sobrantes y la grasa. Asimismo, los equipos de transporte y elaboración han de ser accesibles, lavados e higienizados. No debe permitirse la acumulación de vaho en los techos y los equipos situados sobre las aves; debe ser suprimido con mopas de esponja de mango largo. Se utilizarán ventiladores de techo, sin protectores y de palas radiales en las áreas de elaboración.

Debido a estos requisitos sanitarios, es frecuente que los equipos rotatorios protegidos no puedan silenciarse para atenuar los ruidos. En consecuencia, la exposición a la contaminación acústica es elevada en la mayoría de las áreas productivas de los centros de elaboración. Es necesario formular programas de conservación de la audición adecuados y bien gestionados. Las medidas adoptadas para documentar la exposición no se limitarán a la realización de audiometrías iniciales y anuales, sino que incluirán asimismo dosimetrías periódicas. Los equipos de elaboración adquiridos emitirán durante su funcionamiento el menor nivel de ruido posible. Debe prestarse especial atención a la educación y la formación del personal.

domingo, 11 de enero de 2009

INDUSTRIA AVICOLA: Importancia económica

La producción de pollos y pavos ha aumentado enormemente en Estados Unidos desde el decenio de 1980. De acuerdo con un informe del Departamento de Trabajo de este país, la evolución se debe a un cambio en las pautas de alimentación de los consumidores (Hetrick 1994). El paso de la carne roja y de cerdo a la de ave obedece en parte a la publicación de estudios médicos recientes.
La expansión del consumo, a su vez, ha fomentado un crecimiento del número de centros productivos y criadores y un gran aumento de los niveles de empleo. Por ejemplo, la industria avícola de Estados Unidos registró un incremento del empleo del 64 % de 1980 a 1992.
La productividad, medida en función de los kilos producidos por cada trabajador, aumentó en un 3,1 % debido a la mecanización y la automatización, así como a la aceleración de la velo- cidad en la cadena productiva, estimada en número de aves por hora de trabajo. Con todo, en comparación con la producción de carne roja, en la avícola sigue utilizándose intensivamente la mano de obra.
Se asiste asimismo a un proceso de mundialización. Hay centros de producción y elaboración de propiedad conjunta de China y de inversores de Estados Unidos, y los centros de cría, crecimiento y elaboración situados en China exportan su producción a Japón.
El trabajador medio de la industria avícola está relativamente poco cualificado, su formación es escasa, suele formar parte de grupos minoritarios y su remuneración es muy inferior a la del personal de los sectores de producción de carne roja y manufactureros. La rotación de plantilla es extraordinariamente elevada en ciertos aspectos del proceso. Las tareas de colgado de los animales vivos, de deshuesado y de higienización resultan muy estresantes y registran tasas de rotación altas. Debido a su naturaleza, la elaboración de las aves es una industria basada en gran medida en el medio rural y habitual en áreas de economía deprimida, en las que existen excedentes de mano de obra. En Estados Unidos, muchos de los centros productivos cuentan con un número cada vez mayor de trabajadores de habla hispana. Se trata de personal temporal hasta cierto punto, ya que desarrolla su actividad en dichos centros parte del año. Cuando se acerca el momento de cosechar los cultivos de la región, una gran proporción de los trabajadores pasa a dedicarse a esta labor.

sábado, 10 de enero de 2009

La verruca vulgarias

La verruca vulgarias, verruga causada por un virus, puede ser propagada por los trabajadores infectados que hayan contaminado toallas, carne, cuchillos de pescado, mesas de trabajo u otros objetos.
Otras enfermedades observadas en los centros de producción cárnica en algunos países son la fiebre Q y la tuberculosis. Los principales portadores de la primera son el ganado bovino ovino y caprino y las garrapatas. Los seres humanos suelen infectarse mediante la inhalación de partículas en suspensión en el aire procedentes de entornos contaminados. Los síntomas habituales son: fiebre, malestar, migrañas graves y dolores musculares y abdominales. La incidencia de anticuerpos de la toxoplasmosis entre los trabajadores de los mataderos es elevada en ciertos países.
La dermatitis también es común en los centros de producción de carne. La exposición a la sangre y a otros fluidos animales, a la humedad y a compuestos utilizados en la limpieza y la higienización de las instalaciones puede provocar la irritación de la piel.
Las enfermedades infecciosas y la dermatitis pueden prevenirse mediante la higiene personal, que comprende un acceso inmediato y sencillo a servicios de higiene y lavado de manos en los que se disponga de jabón y de toallas de mano desechables, el suministro del EPP adecuado (que puede incluir guantes de protección, así como protectores oculares y respiratorios cuando la exposición a fluidos corporales animales en suspensión en el aire es posible), la utilización de algunas cremas de barrera que proporcionen una protección limitada frente a elementos irritantes, la formación de los trabajadores y la asistencia médica precoz.
La humedad y el calor en la sala donde se realizan el sacrificio, el sangrado y la división de las reses pueden resultar especialmente elevados. Debe utilizarse un sistema de ventilación en buenas condiciones de funcionamiento, que elimine el calor y el aire húmedo y prevenga el estrés por calor. Los ventiladores, preferiblemente elevados o colgados del techo, aumentan el movimiento del aire. Deben suministrarse bebidas para sustituir los fluidos y las sales perdidos al transpirar y han de establecerse períodos de descanso en áreas acondicionadas.
En los mataderos existe asimismo un olor característico, debido a la combinación de los generados por el cuero húmedo, la sangre, el vómito, la orina y las heces de los animales. Es un olor que se extiende a toda la sala de sacrificio y a las áreas de elaboración de despojos, clasificación y tratamiento de las pieles. La extracción es necesaria para eliminar estos olores.
Los entornos de trabajo refrigerados son esenciales en la industria cárnica. La elaboración y el transporte de los productos de la carne suelen exigir el mantenimiento de tempe- raturas iguales o inferiores a 9 °C. Las áreas como las cámaras de refrigeración pueden requerir temperaturas en torno a los –40 °C. Las lesiones más habituales relacionadas con el frío son las quemaduras por hielo, la congelación, el pie de inmersión y el pie de trinchera, que se producen en ciertas áreas localizadas del cuerpo. Una consecuencia grave del estrés por frío es la hipotermia. Asimismo, los sistemas respiratorio, circulatorio y osteoarticular pueden verse afectados por una exposición excesiva al frío.
Para evitar las consecuencias del estrés por frío y reducir los riesgos del trabajo en condiciones de baja temperatura, los trabajadores deben utilizar ropas apropiadas y el lugar de trabajo debe dotarse de los equipos y los controles técnicos y administrativos pertinentes. El empleo de varias capas de ropa ofrece una mejor protección que la proporcionada por prendas únicas gruesas. Los equipos de refrigeración y los sistemas de distribución del aire deben minimizar la velocidad de éste. Los refrigeradores de las distintas unidades deben situarse tan alejados del personal como sea posible, y deben aplicarse pantallas y barreras deflectoras para proteger a los trabajadores del efecto enfriador del viento.

viernes, 9 de enero de 2009

Morbilidad: Enfermedades de la piel

Las enfermedades de la piel de las manos son frecuentes y pueden deberse al contacto con proteínas de pescado o al uso de guantes de caucho. Si no se usan guantes, las manos están constantemente húmedas y algunos trabajadores pueden hacerse sensibles a ello. Así, la mayoría de las enfermedades de la piel son eczemas de contacto, ya sean de cará cter alé rgico o no, y estas afecciones a menudo tienen una presencia constante. Los forúnculos y abscesos en manos y dedos tambié n son problemas frecuentes.

jueves, 8 de enero de 2009

Morbilidad: Intoxicaciones y asfixia mortales

Las intoxicaciones mortales se producen en incendios a bordo de buques de pesca y se deben a la inhalación de humos tó xicos. También se conocen casos de intoxicaciones mortales y no mortales resultantes de la fuga de refrigerantes o el uso de productos químicos para conservar el camarón o el pescado, así como de gases tóxicos procedentes de la putrefacción anaeróbica de materias orgá nicas en bodegas sin ventilació n. Como refrigerantes se utilizan desde el altamente tóxico cloruro de metilo hasta el amoniaco. Algunas muertes pueden atribuirse a la exposición al bió xido de azufre en espacios cerrados, lo que recuerda la enfermedad de los trabajadores de silos, en que se produce una exposición a óxidos de nitró geno. Las investigaciones han demostrado asimismo que existen mezclas de gases tóxicos (por ejemplo, bióxido de carbono, amoniaco, sulfuro de hidrógeno y monó xido de carbono) que, sumadas a una baja presión parcial del oxígeno en las bodegas de barcos y en tierra, han dado lugar a accidentes, tanto mortales como no mortales, relacionados a menudo con pescados industriales, como el arenque y el capelán. En la pesca comercial se conocen algunos informes de intoxicación al desembarcar el pescado atribuida a la trimetila- mina y a las endotoxinas, que provocan síntomas similares a los de la influenza pero que pueden producir la muerte. Estos riesgos podrían reducirse con una formación mejor y modificaciones en los equipos.

miércoles, 7 de enero de 2009

Morbilidad: Suicidio

Algunos estudios sobre pescadores y marinos de la flota mercante mencionan elevadas tasas de mortalidad por suicidio. Tambié n hay un gran nú mero de muertes en que los mé dicos no pueden determinar si las lesiones fueron accidentales o voluntarias. Está ampliamente aceptado que no se notifican todos los suicidios y se rumorea que sobre todo es así en la industria pesquera. La literatura psiquiá trica recoge descripciones de calentura, un fenómeno de la conducta en que el síntoma predominante es un impulso irresistible de saltar al mar. Las causas subyacentes del riesgo de suicidio entre los pescadores no han sido objeto de ningú n estudio en particular; sin embargo, la consideración de la situación psicosocial de los trabajadores en el mar, tal como se expone en otro artículo del presente capítulo, parece un buen punto de partida. Existen indicaciones de que el riesgo de suicidio aumenta si los trabajadores dejan de pescar y vuelven a tierra, tanto por un período breve como de forma definitiva.

martes, 6 de enero de 2009

CUESTIONES AMBIENTALES Y DE SALUD PUBLICA (III)

En la industria de bebidas es frecuente el empleo estacional, sobre todo en zonas del mundo con distintas estaciones y en climas del norte. Una combinació n de tendencias de fabricación que se observa en todo el mundo es el control del inventario “justo en el momento” y el contrato de personal temporal, lo que puede tener una gran repercusió n sobre la seguridad y la salud. Es frecuente que a los trabajadores contratados por cortos períodos de tiempo no se les pueda proporcionar la misma formació n en materia de seguridad que a los trabajadores fijos. En algunos casos, no es la empresa la que soporta los costes resultantes de las lesiones sufridas por el personal temporal sino que los asume la agencia que suministra el trabajador a la empresa. Esto ha creado una situación aparente de “sólo ganancia” para el empleador y el efecto opuesto para los trabajadores en situaciones como é sta. Los gobiernos, empresarios y sindicatos má s interesados están comenzando a ocuparse exhaustivamente de este problema que va en aumento y está n trabajando en mé todos que mejoren la cantidad y la calidad de la formación en materia de seguridad impartida a los trabajadores de esta categoría.

No es habitual que la producción de bebidas dé lugar a problemas de medio ambiente, puesto que no se trata de una “industria chimenea”. Si se excluye la emisión accidental de sustancias químicas peligrosas como el amoniaco anhidro o el cloro, la principal emisió n nociva de la producción de bebidas es el agua residual. Normalmente, este agua residual se trata antes de entrar en los ríos, de ahí que sea rara la aparició n de problemas. En ocasiones se ha tenido que desechar un lote de producto en malas condiciones, que, dependiendo de los ingredientes que formaban parte de la composición, se ha trasladado fuera para su tratamiento o bien se ha diluido con un gran volumen de agua antes de liberarlo al sistema de residuos. El vertido de una gran cantidad de bebida á cida a un río o un lago puede ocasionar la muerte de muchos peces, y esto debe evitarse.
El empleo creciente de aditivos químicos para potenciar el sabor, ampliar el período de validez o como sustitutos del azú car representa un gran problema de salud pú blica. Determinadas sustancias químicas que se utilizan como edulcorantes artificiales está n prohibidas en algunos países porque se ha observado que son cancerígenas. Sin embargo, la mayoría no presentan ningú n riesgo aparente para la salud pú blica. La manipulación de estas sustancias y su presencia en el lugar de trabajo no han sido estudiadas con suficiente profundidad para determinar si entrañ an riesgos de exposición para el trabajador.

FIN DE LA INDUSTRIA DE LAS BEBIDAS

lunes, 5 de enero de 2009

CUESTIONES AMBIENTALES Y DE SALUD PUBLICA (II)

Los espacios confinados, como tanques, barriles, tinajas, fosos de aguas residuales y tanques de almacenamiento o de mezcla, utilizados frecuentemente en las instalaciones de la industria de bebidas, pueden causar dañ os catastróficos. Este asunto no ha sido objeto de una atención suficiente por parte del personal directivo de la industria de bebidas, pues se considera que la mayor parte de los tanques están “limpios” y los accidentes ocurren con poca frecuencia. Aunque las lesiones en los distintos tipos de tanques utilizados en las fá bricas de bebidas son raras, puede producirse un incidente grave al introducir materiales peligrosos durante las operaciones de limpieza o como conse- cuencia de anomalías atmosfericas, desencadenando un desenlace fatal. (Vé ase el recuadro sobre espacios confinados.)
La mayoría de las instalaciones de fabricació n de bebidas tienen zonas de almacenamiento de materias primas y de producto terminado. El equipo de manipulación de material autopropulsado representa una seria amenaza tanto en las plantas de producción como en cualquier almacén. Las lesiones má s comunes que producen las elevadoras-transportadoras de horquilla y equipo similar son el aplastamiento de peatones o del conductor si el vehículo se da la vuelta. Las plantas de producción con frecuencia se quedan pequeñ as a medida que aumenta la capacidad de producció n del equipo existente. Estas condiciones de espacio insuficiente conducen a accidentes graves con el equipo de manipulació n del material.
La producció n de bebidas requiere agua pura y sistemas de refrigeració n. Las sustancias químicas má s utilizadas para satisfacer estos requisitos son el cloro y el amoniaco líquido anhidro, respectivamente, y ambas se consideran sustancias extremada- mente nocivas. Con frecuencia, el cloro se adquiere y se alma- cena en cilindros metálicos a presión de varios tamañ os. El personal puede lesionarse al sustituir un cilindro por otro o por la existencia de fugas o válvulas defectuosas. La liberació n accidental de amoniaco anhidro puede causar quemaduras en la piel y en el sistema respiratorio. Una liberació n grande e incontrolada de amoniaco anhidro produce concentraciones en el aire suficientemente importantes para explotar violentamente. A menudo, se utilizan sistemas de emergencia para detectar fugas y mecanismos de ventilació n automá tica, así como equipos barrera, junto con procedimientos de evacuació n y respuesta. El cloro y el amoniaco anhidro son sustancias químicas de olor fuerte e identificable y se pueden detectar fá cilmente en el aire. Se considera que estas propiedades son bastante perceptibles para alertar a los trabajadores de su presencia.
El dió xido de carbono, el má s utilizado para la aplicación de presió n y para la carbonatación, y el monó xido de carbono emitido por la combustión interna de los motores, está n presentes en la mayor parte de las fá bricas de bebidas. Las zonas de llenado suelen ser las má s propensas a tener altos niveles de dió xido de carbono, especialmente durante los procedimientos de cambio del producto. Las compañ ías de bebidas han incrementado la gama de productos que ofrecen al pú blico, de modo que los cambios son más frecuentes y aumenta la necesidad de ventilación aspirante del dió xido de carbono. El monó xido de carbono se encuentra en las elevadoras de horquilla o equipo similar. Se puede acumular una concentració n peligrosa si los motores no trabajan de acuerdo con las especificaciones de los fabricantes.

sábado, 3 de enero de 2009

Ruido

Cuando los barriles metá licos sustituyeron a las barricas de madera, las cerveceras se enfrentaron con un serio problema de ruido. Las barricas de madera apenas hacían ruido durante la carga, la manipulación o al rodarlas, pero los barriles metá licos cuando están vacíos generan altos niveles de ruido. Las modernas plantas de embotellado automá tico producen un volumen de ruido considerable. El ruido se puede reducir introduciendo la manipulación mecánica en los palés. En las plantas de embotellado, la sustitución de los tambores y guías metálicos por nylon o neopreno reduce substancialmente el nivel de ruido.

viernes, 2 de enero de 2009

Trabajo en condiciones de calor

En algunos procesos, como la limpieza de tinas de mezcla, los trabajadores está n expuestos al calor y a condiciones de humedad mientras realizan trabajos pesados; se han dado casos de congestión y calambres por calor, especialmente en los que son nuevos en el trabajo. Estas afecciones se pueden evitar incrementando la ingestión de sal, respetando unos períodos adecuados de reposo e instalando y usando duchas. La supervisió n mé dica es necesaria para prevenir micosis en los pies (pie de atleta), que se propaga rá pidamente en condiciones de humedad y temperaturas elevadas.
En todas las zonas de la fá brica, el control de la temperatura y la ventilación, con especial atención a la eliminació n del vapor
y la dotació n de EPP son precauciones importantes, no sólo contra los accidentes y lesiones sino también contra los riesgos má s generales de humedad, calor y frío (por ejemplo, ropa de abrigo para los trabajadores de locales fríos).
Se debe establecer un control para evitar que los trabajadores hagan un consumo excesivo del producto que se fabrica y disponer de bebidas calientes alternativas en las comidas.

jueves, 1 de enero de 2009

FELIZ 2009Métodos orientados al desarrollo de destrezas de conducta

Las destrezas de conducta son las competencias que los trabajadores deberían adquirir como resultado de la educación. La manera más eficaz de mejorarlas es ofrecer a los participantes la oportunidad de practicar en clase, observar có mo se realiza una actividad e intentarla ellos mismos.