viernes, 24 de julio de 2009

ELABORACION DE UN PROGRAMA DE GESTION DE SEGURIDAD DE PROCESOS

Siempre que existan procesos en los que se utilicen la temperatura y la presión para modificar la estructura molecular o crear nuevos productos a partir de productos químicos, existe la posibilidad de incendio, explosió n o emisió n de líquidos, vapores, gases u otros productos químicos intermedios tó xicos e inflamables. El ontrol de estos sucesos no deseados requiere la aplicació n de una ciencia especial llamada gestión de seguridad de procesos.
Se utilizan los té rminos seguridad de procesos y gestión de seguridad de procesos para referirse a la protecció n de los trabajadores, el pú blico y el medio ambiente contra las consecuencias de incidentes indeseables graves en los que intervienen líquidos inflamables y materiales muy peligrosos. Segú n la Chemical Manufacturers´Association (CMA) de Estados Unidos, “la seguridad de los procesos es el control de los riesgos causados por errores en la operació n o en el funcionamiento de los procesos aplicados para transformar materias primas en productos terminados, que puede provocar la emisió n imprevista de materiales peligrosos” (CMA 1985).
En la identificació n y evaluación sistemá tica de los riesgos deben considerarse el diseñ o y la tecnología del proceso, los cambios en el mismo, los materiales y los cambios en los materiales, los procedimientos y las prá cticas de operació n y de mantenimiento, la formació n, la preparació n ante emergencias y otros elementos que afectan al proceso, con el fin de determinar si tienen o no el potencial de provocar una catá strofe en el lugar de trabajo y en la comunidad circundante.
Desde principios del decenio de 1980 ocurrieron una serie de accidentes muy graves en las industrias químicas y del petró leo, en los que intervinieron materiales muy peligrosos, que causaron un gran nú mero de víctimas mortales y heridos, así como cuan- tiosas pé rdidas materiales. Los accidentes sirvieron como impulso para que los organismos oficiales, los sindicatos y las asociaciones privadas de todo el mundo elaboraran y aplicaran có digos, reglamentos, procedimientos y prá cticas de trabajo seguras, encaminados a eliminar o mitigar estos acontecimientos indeseables mediante la aplicació n de los principios de gestión de seguridad de procesos. De ello se trata en profundidad en Desastres naturales y tecnológicos y en otros capítulos de esta Enciclopedia.
En respuesta a la preocupación pública sobre los peligros potenciales de los productos químicos, los gobiernos y las instituciones legislativas de todo el mundo iniciaron programas que exigían a los fabricantes y los usuarios la identificació n de los materiales peligrosos en el lugar de trabajo, y la información a los empleados y consumidores de los peligros que entrañ an su fabricació n, uso, almacenamiento y manipulació n. Estos programas, que abarcaban la preparació n y la respuesta en casos de emergencia, el reconocimiento de los riesgos, el conocimiento de los productos, el control de los productos químicos peligrosos y la notificació n de las emisiones tó xicas, incluían el procesado de hidrocarburos.

jueves, 23 de julio de 2009

INDUSTRIA QUIMICA (II)

En la CIIU (Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las Actividades Econó micas), sistema utilizado por las Naciones Unidas para clasificar las actividades econó micas en diez grupos principales, la industria química figura como Divi- sió n 35, una de las nueve subdivisiones de la División principal 3: Fabricación. La división 35 comprende a su vez productos químicos industriales (351), otros productos químicos (352), refinerías de petró leo (353), productos diversos derivados del carbón y del petróleo, por ejemplo el asfalto (354), productos de caucho, incluidos los neumáticos (355) y tratamiento de plásticos (356).
Cada país suele seguir su propio sistema de clasificació n al elaborar las estadísticas de la industria química, lo que puede crear cierta confusió n. Por esta razó n, la comparació n entre los distintos países en cuanto a la actividad de la industria química no puede basarse en fuentes nacionales. En todo caso, los orga- nismos internacionales como la Organizació n para la Coopera- ció n y el Desarrollo Econó mico (OCDE) y las Naciones Unidas, ofrecen datos basados en la CIIU, aunque con un retraso de aproximadamente dos añ os.
Las estadísticas comerciales del sector se publican a nivel internacional a travé s de la CUCI (Clasificación Uniforme para el Comercio Internacional), que difiere del sistema CIIU; las de cada país se refieren casi siempre a la secció n 5 de la CUCI, que comprende aproximadamente el 90 % de todos los productos químicos existentes en el sistema de CIIU.
En la ú ltima mitad del siglo, la industria química ha crecido con mucha má s rapidez que el resto del sector privado en conjunto. Aunque a principios del decenio de 1990 se produjo una crisis econó mica en el sector químico, mediado el decenio la producció n aumentó , sobre todo en el sureste asiá tico. En la Figura 77.1 se muestra el cambio porcentual de la producció n química de algunos países en el período 1992-1995.
En la mayor parte de la industria química el capital está muy concentrado y depende en gran medida de la investigació n y el desarrollo (por ejemplo, los productos farmacé uticos). Como resultado de ambos factores, es un sector donde el nú mero de trabajadores manuales sin cualificar es sorprendentemente bajo para su tamañ o, en comparació n con la industria manufacturera en general. El empleo total en la industria aumentó ligeramente durante el período de crecimiento rá pido anterior a 1970, pero desde entonces, el aumento de la productividad ha provocado

miércoles, 22 de julio de 2009

INDUSTRIA QUIMICA (I)

La industria química se ocupa de cambiar la estructura química de los materiales naturales con el fin de obtener productos ú tiles para otras industrias o para la vida cotidiana. Los productos químicos se obtienen a partir del procesamiento, en una serie de etapas, de esas materias primas (minerales, metales e hidrocarburos, sobre todo), que suelen requerir tratamientos ulteriores, como el mezclado, para conseguir el producto final (p. ej., pinturas, adhesivos, medicamentos y cosmé ticos). Así pues, la industria química no se limita exclusivamente a los denomi- nados “productos químicos”, sino que abarca otros productos, como las fibras artificiales, las resinas, los jabones, las pinturas, las películas fotográ ficas y otros.
Hay dos tipos principales de productos químicos: orgánicos e inorgá nicos. Los primeros tienen una estructura bá sica de á tomos de carbono, a la que se añ den hidrógeno y otros elementos. Actualmente, las fuentes del 90 % de la producció n mundial de productos químicos orgá nicos son el petró leo y el gas, que han sustituido, con diferencia, al carbó n y las sustancias vegetales y animales, anteriores materias primas. Los productos químicos inorgá nicos proceden principalmente de fuentes minerales. Algunos ejemplos son el azufre, que se extrae como tal o de otros minerales, y el cloro, que se obtiene de la sal común.
Los productos de la industria química se clasifican, a grandes rasgos, en tres grupos, que corresponden a las principales etapas de fabricació n: productos químicos bá sicos (orgá nicos e inorgá nicos), producidos normalmente a gran escala y convertidos en otros productos químicos; productos intermedios, obtenidos a partir de los productos químicos bá sicos, en su mayoría requieren un tratamiento posterior en la industria química, aunque algunos, como los disolventes, se utilizan sin procesar; y productos químicos termi- nados, que requieren tratamientos químicos ulteriores. Algunos de ellos (fá rmacos, cosmé ticos, jabones) se consumen tal cual; otros, como las fibras, los plá sticos, los colorantes y los pigmentos deben someterse aú n a otros tratamientos.
Los principales sectores de la industria química son los siguientes:
1. productos inorgá nicos bá sicos: á cidos, á lcalis y sales, utilizados sobre todo en otros sectores industriales, y gases indus- triales, como el oxígeno, el nitró geno y el acetileno;
2. productos orgá nicos bá sicos: materias primas para plásticos, resinas, cauchos sinté ticos y fibras sinté ticas; disolventes y materias primas de detergentes; colorantes y pigmentos;
3. fertilizantes y plaguicidas (incluidos herbicidas, fungicidas e insecticidas);
4. plá sticos, resinas, cauchos sinté ticos, fibras sinté ticas y celuló sicas;
5. productos farmacé uticos (fá rmacos y medicamentos);
6. pinturas, barnices y lacas;
7. jabones, detergentes, productos limpiadores, perfumes, cosmé ticos y otros productos de perfumería;
8. productos químicos diversos, como líquidos para abrillantar, explosivos, adhesivos, tintas, películas fotográ ficas y productos para revelado.

lunes, 20 de julio de 2009

Manipulación del carbón

Comprende la recepción del carbón (por transporte ferroviario o acuático) y su almacenamiento y posterior recuperación para alimentar los turbogeneradores. Para compactar las pilas de almacenamiento, operación necesaria para evitar incendios por combustión espontánea, se utiliza maquinaria pesada (traíllas mecánicas y explanadoras). La manipulación posterior se realiza por medio de cintas transportadoras que van hasta la casa de máquinas. La exposición al polvo de carbón (que puede provocar neumoconiosis) se controla pulverizando agua sobre la pila de carbón y utilizando cabinas de control cerradas provistas de filtros para el polvo. Ciertas tareas en que se producen altos niveles de polvo de carbón requieren el uso de protección respira- toria de gran eficacia en la absorción de partículas. La mayoría de los trabajadores de este ámbito laboral se ven expuestos a niveles de ruido superiores a 85 dBA (capaces de provocar pérdidas auditivas), que deben controlarse con orejeras y tapones para los oídos y aplicando un programa de conservación de la capacidad auditiva.
En esta parte de la planta se producen varios riesgos conven- cionales en materia de seguridad. El trabajo cerca del agua exige una cuidadosa atención a los procedimientos y el empleo de chalecos salvavidas. La conducción nocturna de maquinaria pesada por encima de pilas de almacenamiento irregulares requiere un buen alumbrado, mientras que la mejor manera de controlar los riesgos derivados de las tareas manuales de despeje de las rampas de carbón (que tienden a bloquearse, especial- mente en inviernos duros) es instalar cubiertas desmontables en las rampas, que permiten un fácil acceso. El manejo y mantenimiento de amplios sistemas transportadores exige la instalación de defensas en las poleas motrices y poleas de retorno, tensores y otros puntos donde es fácil engancharse.

domingo, 19 de julio de 2009

GENERACION DE ENERGIA A PARTIR • DE COMBUSTIBLES FOSILES

El funcionamiento de las centrales termoeléctricas alimentadas con carbón comprende una serie de operaciones que pueden exponer a los trabajadores a lesiones traumáticas y a peligrosos agentes físicos y químicos. Es posible controlar estos riesgos con un buen diseño, una buena información de los trabajadores y la planificación del trabajo. Un buen diseño es la garantía de que todos los componentes cumplen las normativas pertinentes de integridad y seguridad de funcionamiento. También de que la distribución de los equipos permite un manejo y mantenimiento de los mismos con seguridad gracias a un fácil acceso. Unos trabajadores bien informados son conscientes de los riesgos que pueden correr en el lugar de trabajo, lo que les permite elaborar planes para atajar los riesgos efectivamente encontrados. Dichos planes comprenden la identificación de los riesgos y la aplicación de los controles convenientes, que pueden consistir en una combi- nación de cortes de corriente, barreras físicas y equipos de protec- ción personal. El análisis de la experiencia adquirida en materia de accidentes demuestra que las centrales modernas tienen un funcionamiento seguro en comparación con otras industrias mecánicas pesadas. Del personal que trabaja en las centrales, los empleados que sufren el mayor número de accidentes con baja laboral son los operarios de mantenimiento. Entre las lesiones más frecuentes se encuentran los esguinces y torceduras de los tejidos blandos del cuerpo, siendo las lesiones de espalda las más corrientes. También se observan enfermedades laborales asociadas a la exposición crónica al ruido y, ocasionalmente, al amianto.
El funcionamiento de una central eléctrica moderna puede dividirse en una serie de operaciones.

sábado, 18 de julio de 2009

Efectos medioambientales

La generación de energía hidroeléctrica está considerada respe- tuosa con el medio ambiente. Por supuesto, las ventajas que ofrece a la sociedad en términos de suministro de energía y estabilización de los caudales de agua son muy importantes. Pero no deja de tener un coste ecológico, que en los últimos años ha sido objeto de un reconocimiento y una atención cada vez mayores por parte de la opinión pública. Por ejemplo, ahora se sabe que la inundación de grandes áreas de tierra y roca con agua ácida produce la lixiviación de los metales contenidos en las mismas. Se ha observado bioacumulación de mercurio en los peces captu- rados en aguas de estas áreas inundadas.
La inundación también modifica los patrones de turbulencia del agua así como el nivel de oxigenación. Ambas cosas pueden tener graves efectos ecológicos. Por ejemplo, en los ríos repre- sados no puede tener lugar la migración de los salmones. Esta desaparición se debe, en parte, a que los peces no pueden localizar o atravesar el camino al nivel de agua superior. Además, el agua se parece más a la de un lago que a la de un río, y el agua estancada de un lago no es compatible con la migración del salmón.
La inundación también destruye el hábitat de los peces y puede desmantelar las zonas de cría de los insectos que sirven de alimento a los peces y otros organismos. En algunos casos, la inundación anega productivos terrenos agrícolas y forestales. La inundación de grandes áreas también ha provocado inquietud por el cambio climático y otros cambios del equilibrio ecológico. La retención de agua dulce cuyo destino era mezclarse con una masa de agua salada también plantea el problema de los posibles cambios de salinidad.

jueves, 16 de julio de 2009

PRODUCCION DE PAPEL Y • TRANSFORMADOS: PASTA PAPELERA, PAPEL, Y CARTON (II)

Para producir pasta papelera, la suspensió n de pasta se tamiza una vez más y se ajusta su consistencia (4 al 10 %) antes de que esté preparada para la máquina. Entonces se extiende en una tela metá lica mó vil o malla de plá stico (conocida como “rejilla”) en el “extremo hú medo” de la má quina de pasta, donde los operadores vigilan la velocidad de la cinta en movimiento y el contenido en agua (Figura 72.9; las prensas y la tapa del secador pueden verse en la zona superior izquierda; en las fá bricas modernas, los trabajadores emplean gran parte del tiempo salas de control). El agua y el filtrado se extraen a travé s de la cinta eliminando la humedad de la fibra. La hoja de pasta pasa a travé s de una serie de rodillos rotatorios (“prensas”) que escurren el agua y el aire hasta que la consistencia es del 40 al 45 %. Se hace entonces flotar la hoja a travé s de una serie de pisos de secadores de aire caliente hasta que la consistencia sea del 90 al 95 %. Finalmente, la lá mina continua se corta en pliegos y se apila en balas. Las balas de pasta se comprimen, se embalan y se empaquetan en resmas para su almacenamiento y transporte. Aunque a primera vista parece bastante similar a la producción de hojas de pasta papelera, la fabricació n de papel es bastante má s compleja. Algunas papeleras emplean un surtido de diferentes pastas para optimizar la calidad del papel (p. ej., una mezcla de madera dura, madera blanda, kraft, sulfito, pasta mecá nica o reciclada). Dependiendo del tipo de pasta utilizada, hay que seguir una serie de pasos para obtener la hoja de papel.
Generalmente, la pasta papelera seca se rehidrata, al tiempo que se diluye la pasta de alta consistencia almacenada. Las fibras de la pasta se pueden sacudir para aumentar la zona de enlaces entre fibras para así mejorar la persistencia de la hoja. La pasta se mezcla con aditivos del “extremo hú medo” (Tabla 72.4) y se pasa a travé s de un conjunto final de cribas y lavaderos. Entonces la pasta queda preparada para la má quina de papel.
El esparcidor de la pasta y el cabezal distribuyen una suspensión fina (1 a 3 %) de pasta depurada, en una rejilla mó vil (semejante a la de la má quina de pasta, só lo que a una velocidad mucho mayor, en ocasiones a má s de 55 km/h) que forma con las fibras una fina lá mina afieltrada. La lá mina se desplaza a travé s de una serie de rodillos de prensado a la secció n de secado, donde unos rodillos calentados con vapor evaporan gran parte del agua restante. En esta etapa se han desarrollado por completo los enlaces de hidró geno entre las fibras. Finalmente, el papel se pasa por la calandria y se enrolla en bobinas. El calandrado es el proceso por el cual se alisa la superficie del papel y se reduce su espesor. El papel seco alisado así obtenido se enrolla en una bobina, se etiqueta y se transporta al almacén (Figura 72.10; nó tense el papel residual bajo la bobina y el trabajador en el panel de control abierto). Los aditivos del “extremo seco” se pueden añ adir antes del calandrado sobre la má quina, o en las operaciones de preparación, “fuera de máquina”, en el sector de transformación de la industria.

miércoles, 15 de julio de 2009

PRODUCCION DE PAPEL Y • TRANSFORMADOS: PASTA PAPELERA, PAPEL, Y CARTON

Los productos finales de la fá brica de pasta y de papel dependen del proceso de preparació n de la pasta, pero pueden incluir pasta papelera y varios tipos de productos de papel y cartó n. Por ejemplo, la pasta mecá nica, relativamente frá gil, se transforma en productos de un solo uso, como papel prensa y papel de seda. La pasta kraft se transforma en productos de papel de uso múltiple, como papel de escritorio de alta calidad, libros o bolsas para comestibles. La pulpa al sulfito, que es celulosa fundamentalmente, se puede utilizar en diversos productos finales, tales como papeles especiales, rayón, película fotográ fica, TNT, plá s- ticos, adhesivos y hasta componentes para helados y dulces. Las pastas mecano-químicas son excepcionalmente consistentes, ideales para la estructura necesaria para los recipientes de cartón ondulado. Las fibras de la pasta de papel reciclado son generalmente más cortas, menos flexibles y menos permeables; por consiguiente, no pueden utilizarse en productos de papel de alta calidad. El papel reciclado se utiliza, por tanto, para fabricar productos suaves y blandos, como el papel de seda, el papel higié - nico, las toallitas y las servilletas de papel.

martes, 14 de julio de 2009

FABRICAS DE PAPEL RECICLADO

El uso de residuos o de papel reciclado como materia prima para la preparación de pasta ha aumentado en el transcurso de las ú ltimas dé cadas, hasta el punto de que algunas papeleras dependen casi completamente del papel de desecho. En algunos países, este ú ltimo se separa del resto de los residuos domé sticos, en origen, antes de su recogida. En otros se realiza una separación por clases (por ejemplo, cartón ondulado, papel prensa, papel de calidad, papel mezclado) en plantas especiales de reciclaje.

El papel reciclado se puede retransformar en pasta en un proceso relativamente suave, que utiliza agua y a veces NaOH. Los pequeñ os trozos de metal y de plá stico se separan durante o despué s de la reconversió n en pulpa, utilizando detritus sedi- mentados, ciclones o centrifugació n. Las sustancias de relleno, colas y resinas se eliminan en la fase de lavado por corriente de aire a travé s de los lodos de la pasta, en ocasiones con la adició n de agentes floculantes. La espuma contiene sustancias químicas indeseables y se retira. La pulpa se destinta empleando una serie de lavados que pueden incluir o no el uso de reactivos químicos (por ejemplo, detergentes tensioactivos) para disolver las impurezas restantes, y agentes blanqueantes que aclaran la pulpa.
El blanqueo tiene la desventaja de que puede reducir la longitud de la fibra y, por consiguiente, disminuir la calidad final del papel. Los agentes blanqueantes utilizados en la producció n de pasta reciclada son en general similares a los empleados en las operaciones de abrillantado de la pasta mecá nica. Despué s de las operaciones de rebatido de la pasta y de destintado, la producció n de hojas de papel continú a de una forma muy semejante a la utilizada empleando pasta de fibra virgen.

domingo, 12 de julio de 2009

Peligros y precauciones: Alergenos

Para algunos vaqueros, pueden representar un importante problema de salud. Los principales alergenos se encuentran en los establos, y suelen deberse a la caspa de los animales y a los “ácaros de almacén” que viven en el alimento que se almacena en los establos. Un estudio ha extendido el problema de los ácaros más allá del establo, encontrando considerables pobla- ciones de estas especies habitando también en las casas de los granjeros (van Hage-Hamsten, Johansson y Hogland 1985). Se ha confirmado que la alergia a los ácaros es un problema en diversas partes del mundo, a menudo con diferentes especies de ácaros. La reacción a estos ácaros, a la caspa de las vacas y a otros alergenos menos significativos produce diversas manifestaciones alérgicas (Marx y cols. 1993). Entre éstas se encuentra la aparición inmediata de irritación nasal y ocular, dermatitis alérgica y, lo que es más grave, asma profesional mediado por alergia. Puede tratarse de una reacción inmediata o tardía (hasta 12 horas) y puede aparecer en individuos de quienes no se sabía que eran asmáticos. Esto es preocupante porque el vaquero trabaja en los establos a diario, de modo intensivo y durante toda su vida. Sometidos de modo casi continuo a la estimulación alérgica, es probable que el asma sea cada vez más grave en algunos granjeros. La prevención consiste en evitar el polvo, que es la intervención más eficaz y, lamentablemente, la más difícil para la mayoría de los vaqueros. Los resultados de los tratamientos médicos, incluidas las vacunas, los esteroides tópicos y otros agentes antiinflamatorios, y el alivio sintomático mediante broncodilatadores, han sido variables.

sábado, 11 de julio de 2009

Peligros y precauciones: Polvo

Un problema estrechamente ligado es el del polvo orgánico. Se trata de un material complejo, a menudo alergénico y general- mente ubicuo, que se encuentra en las vaquerías. Con frecuencia, el polvo tiene elevadas concentraciones de endotoxinas y puede contener betaglucanos, histamina y otros materiales biológicamente activos (Olenchock y cols. 1990). Los niveles de polvo total y respirable pueden sobrepasar los 50 mg/m3 y los 5 mg/m3, respectivamente, con ciertas operaciones. Suele tratarse de trabajos con alimentos o lechos contaminados por microbios en un espacio cerrado como un establo, un pajar, un silo o un granero. La exposición a estos niveles de polvo puede producir problemas agudos, como el STPO o la neumonitis por hipersen- sibilidad (“pulmón de granjero”). También la exposición crónica puede desempeñar un papel en el asma, el pulmón de granjero y la bronquitis crónica, que parecen darse con una frecuencia dos veces mayor que en una población no granjera (Rylander y Jacobs 1994). Las tasas de prevalencia de algunos de estos problemas son mayores allí donde es probable que los niveles de humedad sean elevados, y en zonas en las que los establos están más cerca debido a las necesidades climáticas. Diversas prácticas ganaderas como el secado del heno y el desempolvado del alimento de los animales a mano, así como del material de las camas, pueden ser determinantes principales de los niveles de polvo y de las enfermedades que se asocian con él. A menudo, los granjeros pueden poner en práctica algunas técnicas para reducir al mínimo la cantidad de sobrecrecimiento microbiano o su subsecuente aerosolización. Algunos ejemplos son el empleo de serrín, periódicos y otros materiales alternativos para las camas en lugar del heno, que está lleno de moho. Si se emplea heno, la adición de un litro de agua a la superficie de corte de la bala reduce al mínimo el polvo generado por una cortadora mecánica. Si se cubren los silos verticales con láminas de plástico o de alqui trán sin poner más alimento encima de esta capa, se reduce al mínimo el riesgo de producir polvo al retirar dicha cubierta.

A menudo es posible utilizar pequeñas cantidades de humedad y/o de ventilación en situaciones en las que es probable que se genere polvo. Finalmente, los granjeros deben prever las posibles exposiciones al polvo y utilizar la correspondiente protección respiratoria en estas situaciones.

viernes, 10 de julio de 2009

Peligros y precauciones: Riesgos ergonómicos

Aunque los datos actuales sobre la prevalencia del conjunto de problemas musculosqueléticos son incompletos, es evidente que los vaqueros tienen mayor riesgo de padecer artrosis de la cadera y de las rodillas. También, su riesgo de padecer problemas de espalda puede ser elevado. Aunque no está bien estudiada, hay pocas dudas de que la ergonomía es un problema importante. El trabajador puede cargar habitualmente pesos de más de 40 kg, que a menudo se añaden a un peso corporal considerable. La conducción de tractores provoca abundantes vibraciones. Sin embargo, es la parte del trabajo dedicada al ordeño la que tiene más importancia ergonómica. Un ganadero puede agacharse o inclinarse de 4 a 6 veces para ordeñar a una sola vaca. Estos movimientos se repiten con cada vaca dos veces al día durante decenios. El acarreo del equipo de ordeño de establo a establo constituye una carga ergonómica adicional para las extremidades superiores. Puede que en países en los que el ordeño está poco mecanizado la carga ergonómica sobre el vaquero sea diferente, pero sigue teniendo probabilidades de reflejar una considerable tensión por repetición. En algunos países, una posible solución es utilizar salas de ordeño. En ellas el granjero puede ordeñar a varias vacas a la vez permaneciendo de pie varios centímetros por debajo de ellas, en el puesto central de la sala. De esta forma no es necesario agacharse e inclinarse, y se elimina el acarreo del equipo de establo a establo con las extremidades superiores. Este problema también puede abordarse mediante sistemas de transporte elevados que se están introduciendo en algunos países escandinavos. Sujetan el peso del equipo de ordeño mientras el granjero se mueve entre los establos, y hasta puede proporcionar un asieJustificar a ambos ladosnto adecuado para el ordeñador. Incluso con estas soluciones potenciales, queda mucho por aprender sobre los problemas ergonómicos y su solución en las vaquerías.

miércoles, 8 de julio de 2009

Riesgos y su prevención: Las quemaduras térmicas

Las quemaduras térmicas pueden producirse por el contacto con conductos de vapor y la limpieza con este elemento, así como por fugas o roturas de los conductos de equipos hidráulicos de alta presión. Las “quemaduras” criogénicas pueden sufrirse por la exposición a un refrigerante compuesto por amoníaco líquido. Un mantenimiento correcto, la formulación de procedimientos de actuación en caso de vertidos y fugas y la formación pueden reducir al mínimo el riesgo de quemaduras.

martes, 7 de julio de 2009

Riesgos y su prevención: Los pasillos deben mantenerse despejados.

Los pasillos deben mantenerse despejados. Los materiales derra mados deben limpiarse de inmediato. Los suelos deben cubrirse de material antideslizante. La maquinaria debe protegerse de manera adecuada y ponerse a tierra, y deben instalarse interruptores de circuito de tierra accidental en las áreas húmedas. Es necesario establecer los procedimientos de bloqueo y advertencia pertinentes para garantizar que la posibilidad de un arranque imprevisto de las máquinas y los equipos no provoque lesiones al personal de las fábricas.

lunes, 6 de julio de 2009

Riesgos y su prevención

Los riesgos para la seguridad consisten en los resbalones y las caídas causados por las superficies húmedas o jabonosas de suelos y escaleras; las exposiciones a máquinas desprotegidas como las que tengan puntos de mordedura, los transportadores, los dispositivos de empaquetado, los mecanismos de relleno, los cortadores, etc.; y las exposiciones a descargas eléctricas, sobre todo en áreas húmedas.

sábado, 4 de julio de 2009

Seguridad de los alimentos del mar: patógenos, productos contaminantes y toxinas naturales (III)

Consumo de alimentos del mar contaminados con toxinas procedentes de algas, como el á cido domoico, la ciguatoxina y la saxitoxina. Diversas especies de algas producen una amplia gama de toxinas que pueden acumularse en una serie de productos del mar, en particular los moluscos (salvo la ciguatoxina, que só lo se encuentra en los peces de roca). Entre las enfermedades resultantes se encuentran: la “intoxicació n con moluscos” —ya sea paralítica (PSP), amné sica (ASP), diarré ica (DSP) o neuró tica (NSP)— y la ciguatera; no se conocen casos mortales de ASP desde su descubrimiento en 1987, en que murieron tres personas. Parece haberse producido un incre mento en el florecimiento de algas tó xicas desde el decenio de 1970, así como cambios en la distribució n e intensidad de la toxicidad del pescado y los moluscos. Si bien la aparició n de algas es un suceso natural, existen serios indicios de que la contaminació n de la costa con productos nutrientes —en particular procedentes de fertilizantes y aguas residuales— incrementa su formación o duración, aumentando las probabilidades de episodios de toxicidad de los productos del mar (Anderson 1994). Cabe señ alar que, a diferencia de los patógenos, una cocción completa no reduce la toxicidad de los alimentos del mar contaminados con venenos naturales.

viernes, 3 de julio de 2009

Seguridad de los alimentos del mar: patógenos, productos contaminantes y toxinas naturales (II)

2. Consumo de alimentos del mar contaminados por productos químicos industriales, como mercurio, plomo y pesticidas. El cará cter global y la omnipresencia de la contaminació n medioambiental significa que una amplia variedad de productos químicos industriales —como los pesticidas y los metales pesados (p. ej., plomo y mercurio)— se encuentren en los alimentos del mar. Sin embargo, la extensió n de la contaminació n varía mucho de una regió n a otra y de una especie a otra. Son motivo de especial preocupació n los productos químicos que pueden ser objeto de una acumulació n bioló gica en los seres humanos, como los PCB, las dioxinas y el mercurio. En esos casos, la carga contaminante (procedente de diversas fuentes, incluidos los alimentos del mar) aumenta con el tiempo hasta llegar a niveles que pueden tener efectos tó xicos. Aunque queda mucho por saber sobre los efectos de una exposición crónica a los contaminantes en la salud humana, una enorme cantidad de información permite suponer que existe una clara posibilidad de aumento del riesgo de cá ncer, inmunosupresión, consecuencias reproductivas y una sutil afecció n del desarrollo neuroló gico en los fetos y niñ os. En un importante informe sobre la seguridad de los alimentos del mar, el Institute of Medicine of the US Academy of Sciences (Food and Nutrition Board 1991) recomienda —al igual que numerosas organizaciones sanitarias y medioambientales— la creación de una instancia medioambiental activa destinada a prevenir la contaminació n como el mejor medio de evitar los continuos problemas de salud humana y los desastres de contaminació n producidos por los productos químicos industriales.

miércoles, 1 de julio de 2009

OPERACIONES DE RECOLECCION (III)

Las lesiones asociadas con las operaciones de recolección modernas está n relacionadas con los tractores, la maquinaria, el equipo de manipulació n de cereales y las instalaciones de almacenamiento. Desde el decenio de 1950, los tractores han contribuido a aproximadamente la mitad de todas las víctimas, siendo el principal factor contribuyente los vuelcos. Se ha demostrado que la utilizació n de estructuras de protección contra vuelcos (EPV) es la estrategia de intervención má s importante en la reducció n del nú mero de víctimas (Deere & Co. 1994). Otras características de diseñ o que mejoran la segu- ridad y salud de los operarios de los tractores son unas bases má s anchas para las ruedas y unos diseñ os que bajan el centro de gravedad para mejorar la estabilidad, unas cabinas para todo tipo de condiciones climá ticas a fin de reducir la exposición a los elementos y al polvo, unos asientos y mandos ergonó micamente diseñ ados y la reducció n en los niveles de ruido.
No obstante, el problema de las lesiones asociadas a los tractores sigue siendo importante y una preocupació n cada vez mayor en zonas que se mecanizan con rapidez, como China y la India. En muchas á reas del mundo, el tractor se utiliza má s como vehículo de transporte por carretera o como fuente de energía estacionaria que para cultivar los campos, tarea para la que fue diseñ ado. En estas á reas, los tractores se introducen en muchos casos con una formació n mínima del operador y se utilizan ampliamente como medio de transporte de muchos pasajeros, otro uso para el que no han sido diseñ ados. Como consecuencia, los atropellos de pasajeros que han caído al suelo durante el trabajo se han convertido en la segunda causa de víctimas asociadas a los tractores. Si continú a la tendencia a la mayor utilizació n de EPV, los atropellos podrían pasar a ser la principal causa de mortalidad relacionada con ellos en todo el mundo.
A pesar de utilizarse menos horas al año que los tractores, la maquinaria de recolecció n, como las cosechadoras, es responsable de aproximadamente el doble de accidentes por cada 1.000 unidades (Etherton y cols. 1991). Estas lesiones a menudo se producen durante el mantenimiento, reparación o ajuste de la má quina, cuando aú n está n en marcha sus componentes (NSC 1986). Recientemente se han realizado algunos cambios de diseñ o que incorporan má s advertencias y enclavamientos pasivos y activos para el operador, como la instalación de interruptores de seguridad en su asiento para impedir el funcionamiento de la máquina cuando nadie está sentado, y la reducció n del nú mero de puntos de mantenimiento para disminuir así la exposició n en funcionamiento. No obstante, muchos de estos conceptos de diseñ o son voluntarios, y frecuentemente se omiten
y no se incorporan en todas las cosechadoras.
El equipo de recolecció n de heno y forraje expone a los trabajadores a riesgos similares a los que plantean las cosechadoras. Este equipo contiene componentes que cortan, aplastan, trituran, pican y soplan el cultivo a gran velocidad, dejando muy poco margen para el error humano. Como en la recolecció n de cereales, la de heno y forraje debe tener lugar en el momento adecuado, con el fin de evitar dañ os a las cosechas. Se produce así el estré s añ adido de terminar las tareas rá pidamente, que, junto a los riesgos de la maquinaria, lleva con frecuencia a lesiones (Murphy y Williams 1983).
Tradicionalmente, las empacadoras de heno han sido una fuente frecuente de lesiones graves. Estas má quinas se utilizan en algunas de las condiciones má s rigurosas que se dan en la reco- lecció n. Las altas temperaturas, el terreno á spero, el polvo y la necesidad de frecuentes ajustes contribuyen a una elevada tasa de lesiones. La conversió n en grandes fardos o balas de heno y los sistemas mecá nicos han mejorado la seguridad con algunas pocas excepciones, como ocurrió con la introducció n de los primeros diseñ os de la empacadora redonda. Los rollos de compresió n de la parte frontal de esta má quina provocaron un gran nú mero de amputaciones de manos y brazos. Este diseñ o fue sustituido má s tarde por una unidad de recogida menos agresiva, que prá cticamente eliminó el problema.
El fuego es un problema potencial para muchos tipos de operaciones de recolecció n. Los cultivos que se deben secar hasta una humedad inferior al 15 % para su almacenamiento correcto constituyen un excelente combustible cuando se inflaman. Las cosechadoras combinadas y las cosechadoras de algodó n son especialmente vulnerables a los incendios durante el trabajo de campo. Se ha demostrado que características de diseñ o tales como el uso de motores diesel y de sistemas elé c- tricos protegidos, un mantenimiento adecuado del equipo y el acceso del operario a extintores disminuyen el riesgo de dañ os o lesiones relacionados con el fuego (Shutske y cols. 1991).
El ruido y el polvo son otros dos riesgos intrínsecos a las operaciones de recolecció n. Ambos pueden afectar a largo plazo a la salud de los operadores de las má quinas. La inclusión de cabinas con un medio ambiente controlado ha permitido reducir la exposició n. En todo caso, la mayor parte de los agri- cultores se benefician ya de esta medida de seguridad. El uso de equipo de protecció n individual como tapones para los oídos y mascarillas antipolvo desechables ofrece un medio alternativo, pero menos eficaz, de protecció n frente a estos riesgos.
A medida que las operaciones de recolecció n se mecanizan en todo el mundo, se produce una transició n de las lesiones relacionadas con el medio ambiente, con los animales o con las herramientas manuales a las causadas por las má quinas. La experiencia de los agricultores y de los fabricantes de é stos será
ú til para reducir el período de adaptación y prevenir las lesiones causadas por la falta de adaptació n y el diseñ o inadecuado. En todo caso, la experiencia de los agricultores incluso con el equipo má s moderno sugiere que el problema de las lesiones no se eliminará completamente. Los errores del operador y el diseñ o de la máquina seguirán desempeñando un papel importante como causas de lesiones. Por lo demás es incuestionable que, además de una mayor productividad, el proceso de mecanización ha reducido significativamente los riesgos asociados con la recolección