miércoles, 10 de agosto de 2011

VISION GENERAL DE LA MINERIA (I)

Los minerales constituyen el elemento base de la mayoría de las industrias. En prá cticamente todos los países del mundo se realiza algú n tipo de explotació n minera. Esta actividad tiene impor- tantes repercusiones econó micas, ambientales, laborales y sociales, tanto en los países o regiones en que se practica como a escala global. Para muchos países en desarrollo la minería representa una parte significativa del PIB y, en muchos casos, la partida de entrada de divisas y de inversiones extranjeras má s importante.
El impacto de la minería sobre el medio ambiente puede ser considerable y tener consecuencias a largo plazo. Hay muchos ejemplos de buenas y malas prácticas en la gestión y rehabilitación de áreas mineras. El efecto ambiental de las prá cticas mineras es una cuestión cada vez má s importante para la industria y sus trabajadores. Así, por ejemplo, el debate sobre el calen tamiento global puede repercutir en el empleo del carbó n en determinadas zonas, el reciclaje de productos reduce la cantidad de nuevos materiales necesarios y el uso creciente de materiales no minerales como los plá sticos está afectando al consumo de metales y minerales por unidad del PIB.
La competencia, la disminució n de la calidad de los mine- rales, el aumento de los costes de producció n, la privatizació n y la reestructuració n del mercado está n obligando a las empresas mineras a reducir los costes y aumentar la productividad. Las elevadas inversiones que requiere la industria minera obliga a estas empresas a utilizar al má ximo sus equipos y aplicar procesos má s flexibles y a menudo má s intensos. El empleo está disminuyendo en muchas á reas mineras debido a factores como el aumento de la productividad, la reestructuració n radical y la privatizació n. Estos cambios afectan a los trabajadores despe- didos, que se ven obligados a buscar otro empleo, y tambié n a los que permanecen en la industria, que tienen que demostrar mayores habilidades y flexibilidad en el puesto de trabajo. La bú squeda de un equilibrio entre el deseo de las empresas mineras de reducir costes y el de los trabajadores de mantener sus puestos de trabajo es un tema clave en el mundo de la minería. Las comunidades mineras se está n enfrentando a nuevas prá cticas, a la reducció n del empleo e incluso al cierre de las empresas.
La minería se considera una industria especial con comuni- dades muy interrelacionadas y trabajadores que realizan un trabajo sucio y peligroso. La minería es tambié n un sector en que muchas de las personas que ocupan los niveles má s altos de direcció n y muchos trabajadores son ingenieros de minas o anti- guos mineros con una amplia experiencia directa en las cues- tiones que afectan a la empresa y los trabajadores. Ademá s, los mineros han sido a menudo la é lite de los trabajadores indus- triales y con frecuencia han desempeñ ado un papel decisivo en la sociedad ante los cambios políticos y sociales.

martes, 9 de agosto de 2011

Vulcanización

El operario de la prensa de vulcanización coloca los neumáticos verdes en la prensa o en el cargador de la prensa. En Norteamé rica existen prensas de vulcanizació n de distintas características, antigü edad y nivel de automatización (vease la Figura 80.8). En la prensa se utiliza vapor para calentar o vulcanizar el neumá tico verde. La vulcanización del caucho transforma un material pega- joso y flexible en otro no pegajoso, menos flexible y de larga duración.
Cuando se calienta el caucho durante la vulcanizació n o en fases anteriores del proceso, se forman N-nitrosaminas carcinogénicas. Por ello, debe controlarse cualquier nivel de exposición a las N-nitrosaminas e intentar limitar al má ximo el riesgo de exposición. Además, los polvos, gases, vapores y humos que se utilizan o se producen cuando se calienta o vulcaniza el caucho contaminan el entorno de trabajo.

lunes, 8 de agosto de 2011

Montaje de los componentes y moldeo

El montaje de los neumá ticos puede automatizarse en gran parte. La máquina de montaje de neumá ticos consta de un tambor rota- torio donde se montan los componentes y de mecanismos que suministran al montador los componentes necesarios (talones, tejidos, flancos y bandas de rodadura) (vé ase la Figura 80.7). Una vez montado, el neumá tico recibe a menudo el nombre de “neumático verde”.
Los montadores de neumá ticos y otros operarios de esta fase del proceso tienen que realizar una serie de operaciones repetitivas. Los componentes, a menudo suministrados en rollos muy pesados, se colocan en la zona de alimentació n del equipo de montaje, lo que exige el levantamiento y manejo de esos
pesados rollos en un espacio limitado. La naturaleza de la operación requiere asimismo que el montador realice en cada montaje una serie de movimientos similares o idénticos. Los montadores de neumáticos utilizan disolventes como el hexano para pegar la banda de rodadura y el tejido de caucho. Uno de los factores de riesgo es la exposición a los disolventes.
Una vez montado, el neumá tico verde se rocía con un disol- vente o un material soluble en agua para evitar que se adhiera al molde de vulcanizació n. Los disolventes representan un riesgo potencial para los operarios que realizan el rociado y que manejan el material y la prensa de vulcanizació n. Actualmente, los materiales má s utilizados para este fin son los solubles en agua.

domingo, 7 de agosto de 2011

Extrusores y calandrias

Las calandrias, que se utilizan para producir lá minas y perfiles a partir de las planchas de caucho, constan de uno o varios (a menudo cuatro) cilindros a travé s de los cuales se fuerzan las planchas de caucho (vé ase la Figura 80.5).
La calandria realiza las funciones siguientes:

• formar, a partir de la mezcla de caucho, una lá mina uniforme, de grosor y anchura definidos;
• aplicar un recubrimiento fino de caucho sobre un tejido
(“recubrimiento” o “nivelado”),
• introducir el caucho en los intersticios del tejido mediante fricción (“friccionamiento”).
Las lá minas de caucho que salen de la calandria se acondicionan en tambores con espaciadores denominados “separa- dores”, que evitan que se adhieran entre sí.
El extrusor produce piezas de caucho en forma de tubo forzando su paso a travé s de una matriz del tamañ o adecuado. El extrusor consta de tolva, cilindro, émbolo y matriz, y para formar la parte hueca del interior del tubo se utiliza un eje. El extrusor moldea la sección larga y plana de la banda de rodadura de los neumá ticos.
Los operarios de extrusores y calandrias están expuestos al talco y a los disolventes que se utilizan en el proceso. Además, al final de la operación de extrusión, tienen que realizar la tarea altamente repetitiva de colocar las bandas de rodadura en carros de varios pisos. Esta operació n recibe a menudo el nombre de ‘encuadernar’ las bandas de rodadura, porque el carro parece un libro y las bandejas las pá ginas. Tanto el diseñ o del extrusor como el peso y el volumen de las bandas de rodadura influyen en el impacto ergonó mico de esta operación. Para reducir dicho impacto se han realizado numerosas modificaciones e incluso se han automatizado algunas operaciones.

sábado, 6 de agosto de 2011

Riesgos y control de la exposición (I)

Uno de los riesgos má s graves en la fabricació n de productos farmacé uticos estrogé nicos es la inhalación (y en cierta medida la ingestió n oral) del compuesto estrogé nico activo puro durante la pesada, la mezcla o los controles de garantía de calidad. No obstante, los trabajadores también pueden inhalar polvo seco y mezclado (con un bajo porcentaje de principio activo) durante la granulación, compresión y envasado. Puede producirse asimismo absorció n por la piel, en particular durante las fases por vía hú meda de la granulació n, ya que se utilizan soluciones alcohó - licas. El personal de control de calidad y de laboratorio tiene igualmente riesgo de exposició n durante la siembra, ensayo o cualquier otra manipulació n de sustancias estrogé nicas puras, granulado o comprimidos. El personal de mantenimiento puede estar expuesto durante la limpieza, reparació n o inspecció n de mezcladores, tolvas, molinos, líneas de vacío y sistemas de ventilación, o al cambiar los filtros. Los investigadores del NIOSH han evaluado en profundidad los controles técnicos utilizados durante la fabricació n de anticonceptivos orales (Anastas 1984). Su informe ofrece una revisió n detallada de los controles y una evaluación de su eficacia para la granulació n, molturación, transferencias de material, equipo de alimentació n de polvo y comprimidos, y sistemas de ventilació n por aspiració n general y local.

viernes, 5 de agosto de 2011

Efectos sobre la salud de los varones y mujeres que trabajan en la industria farmacéutica.

Existen pocos informes acerca de la exposició n profesional y los efectos sobre los varones, en comparació n con la abundante biblio- grafía acerca de los efectos agudos y cró nicos de los estró genos en las mujeres como resultado de exposiciones no profesionales. Esta ú ltima bibliografía procede ante todo del uso extendido como anti- conceptivos y para otros fines mé dicos de distintos fármacos estrogénicos (pero tambié n contaminantes medioambientales con propiedades estrogé nicas, como los organoclorados) y se centra en especial en las relaciones entre dicha exposició n y diversos cá nceres humanos, como el de endometrio, cé rvix y mama en mujeres (Hoover 1980; Houghton y Ritter 1995). En la bibliografía sobre enfermedades profesionales, el síndrome hiperestrogé nico en varones y mujeres se ha asociado a exposiciones a DES y sus deri- vados, estró genos naturales o conjugados, hexoestrol y sus deri- vados y productos sinté ticos esteroideos como etinilestradiol y dienestrol. Poco despué s del inicio de la producció n comercial de estró genos comenzaron a publicarse informes sobre sus efectos, como ginecomastia (aumento anormal de las mamas en varones) y disminució n de la líbido en los varones, y trastornos menstruales
(aumento del flujo o manchado intermenstrual) en las mujeres (Scarff y Smith 1942; Fitzsimons 1944; Klavis 1953; Pagani 1953; Watrous 1947; Watrous y Olsen 1959; Pacynski y cols. 1971; Burton y Shumnes 1973; Meyer, Peteet y Harrington 1978; Katzene- llenbogen 1956; Dunn 1940; Stoppleman y van Valkenburg 1955; Goldzieher y Goldzieher 1949; Fisk 1950). Hay asimismo informes de síndrome tó xico asociado a algunos progestá genos, como la acetoxiprogesterona (Suciu y cols. 1973), y la viniloestrenolona en combinació n con etinilestradiol (Gambini, Farine y Arbosti 1976).
Se registraron en total 181 casos de hiperestrogenismo en varones y mujeres (durante el período de 1940–1978), informados por mé dicos de empresa de 10 compañías farmacé uticas (con
13 plantas) de Estados Unidos (Zaebst, Tanaka y Haring 1980). De estas 13 plantas, 9 fabricaban principalmente anticonceptivos orales con distintos estró genos y progestá genos sinté ticos, otra fabri- caba medicamentos para el tratamiento sustitutivo con estró genos a partir de estró genos naturales conjugados, y otra fabricaba productos farmacé uticos a partir de DES (en años anteriores había sintetizado tambié n DES).
Algunos investigadores del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de Estados Unidos realizaron un estudio piloto mé dico y de higiene industrial en 1984 con varones y mujeres que trabajaban en dos plantas (Tanaka y Zaebst 1984). Se documentaron exposiciones mensurables a dienestrol y estró - genos naturales conjugados, dentro y fuera del equipo de protec- ció n respiratoria utilizado. No obstante, no se observaron cambios estadísticamente significativos en las neurofisinas estimuladas con estró genos (NEE), las globulinas unidas a corticosteroides (GVC), la testosterona, la funció n tiroidea, los factores de coagulación sanguínea, la funció n hepá tica, la glucosa, los lípidos sanguíneos ni las hormonas gonadotró picas. Tampoco se apreciaron en la exploración médica cambios físicos adversos en varones ni en mujeres. No obstante, en la planta en la que se utilizaban dienestrol y noretindrona para fabricar comprimidos anticonceptivos orales, los niveles de etinilestradiol indicaban exposición a estrógenos y su absorció n a pesar del uso de respiradores. Las muestras de aire obtenidas dentro del respirador sugerían una protecció n en el lugar de trabajo menos efectiva de lo esperado.
Los síntomas hiperestrogé nicos en varones comunicados en estos estudios fueron, entre otros, sensibilidad de los pezones (manifestada como comezó no sensibilidad) o sensación de opresión torácica, aparte de algunos casos de hiperplasia de mamas y ginecomastia. Se comunicó asimismo disminución de la líbido o la potencia sexual. En mujeres se observaron menstruación irregular, ná useas, cefaleas, dolor de pecho, leucorrea (descargas espesas y blanquecinas de la vagina o el canal vaginal) y edema de tobillo. No se han realizado estudios de seguimiento a largo plazo de personas expuestas profesionalmente a estró genos o progestá genos




jueves, 4 de agosto de 2011

Procesos de fabricación

Seguidamente se hace una descripció n general y combinada de los procesos de fabricació n utilizados en muchas compañías farmacé uticas de Estados Unidos. Es posible que algunos procesos específicos no sigan el flujo exactamente como se describe: ciertas etapas pueden estar ausentes en algunos procesos, y en otros casos pueden existir etapas adicionales que no se describen aquí.
Como con la mayor parte de los fá rmacos obtenidos por vía seca, los productos farmacé uticos a base de compuestos estrogénicos se fabrican mediante un procedimiento discontinuo de varias etapas (Figura 79.7). Estas etapas comienzan con la recogida y pesada previa de los principios activos y excipientes (componentes inactivos) en una sala aislada por aspiració n local. Cuando es necesario, los componentes se transfieren a una sala de mezclado equipada con mezcladores mecá nicos. Por lo general, los exci- pientes se cargan mediante una tolva situada sobre el mezclador. Casi siempre se disuelven los principios activos primero en un alcohol, y se añaden manualmente o se introducen a travé s de un tubo por una parte lateral del mezclador. La mezcla inicial de los componentes se realiza en hú medo. Al final de este proceso de mezcla en hú medo, el granulado se transfiere a un molino en hú medo, en el que las partículas de la mezcla se reducen a un tamaño específico. El granulado molido se seca con un secador de lecho fluido o se deshidrata en bandejas en hornos especiales. Se puede añadir o no al granulado un lubricante seco antes del seca- do-mezcla o secado-molturació n, en funció n del producto y el proceso. El granulado final, listo para la preparació n de compri- midos, se almacena despué s en recipientes sellados. Se extraen muestras de las materias primas y el granulado, y a veces de los productos intermedios, que son analizadas por el personal de control de calidad antes de pasar a la siguiente etapa del proceso. En su caso, se lleva el granulado a la sala de compresió n, donde se preparan los comprimidos mediante una má quina de comprimir. El granulado se introduce desde el recipiente de almace- namiento (un tambor de fibra revestido de plá stico o un recipiente revestido de acero inoxidable) en la tolva de la má quina de comprimir por gravedad o neumá ticamente mediante una varilla de vacío. Los comprimidos formados salen de la má quina a travé s de un tubo lateral, y caen en tambores revestidos de plá stico. Cuando está n llenos, se toman muestras de los tambores y se inspeccionan. Despué s de su aná lisis por el personal de control de calidad, los tambores se sellan, se almacenan y se colocan para las operaciones de envasado. Algunos comprimidos se someten tambié n a un proceso de recubrimiento, en el que se utilizan capas de cera comestible y a veces azú cares para recubrir el comprimido. Los comprimidos se envasan en blisters o en frascos, en función de la naturaleza del producto. En este proceso los recipientes de comprimidos se llevan al á rea de envasado los recipientes de comprimidos, vertié ndose é stos manualmente en la tolva de la má quina envasadora o introducié ndose mediante una varilla de vacío. A continuació n los comprimidos se sellan entre capas de lá mina de aluminio y películas de plá stico (envasado en blister) o se introducen en frascos. Despué s los blisters o los frascos se transportan por una línea, en la que se inspeccionan y se colocan en bolsas o cajas con los prospectos adecuados.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Normas y reglamentos

Las instalaciones de proceso están sometidas a dos formas distintas e independientes de normas y reglamentos.
1. Los có digos, normas y reglamentos externos aplicables al diseñ o, el funcionamiento y la protecció n de las instalaciones
y los trabajadores del proceso, incluyen por lo comú n los reglamentos oficiales y las normas y prá cticas de las asocia- ciones empresariales y de la industria.
2. Los principios, las directrices y los procedimientos internos, elaborados o adoptados por la empresa o instalació n como complemento a los requisitos externos y para cubrir procesos diferentes o ú nicos, se revisan perió dicamente y se modifican cuando es necesario, de acuerdo con la gestió n del sistema de cambios de la instalació n.

martes, 2 de agosto de 2011

Investigación de los accidentes-incidentes durante el proceso

Las instalaciones de proceso debieran tener establecido procedimientos para investigar y analizar a fondo los accidentes-incidentes y los cuasiaccidentes relacionados con el proceso, aplicar y resolver rá pidamente lo averiguado y las recomendaciones y revisar los resultados con los trabajadores y los subcontratistas con puestos relevantes respecto a las causas del accidente. Los accidentes-incidentes (o cuasiaccidentes) son investigados a fondo lo má s pronto posible por un equipo que incluye al menos una persona que conozca la operació n del proceso implicada y otras con los conocimientos y experiencia adecuados.

lunes, 1 de agosto de 2011

Auditorías periódicas de seguridad (II)

Las listas de comprobació n específicas de la instalació n y las unidades de procesado suelen elaborarse para su utilizació n cuando se realizan auditorías de seguridad de procesos que contemplen los aspectos siguientes:
• revisión del programa de orientació n y gestió n de la seguridad de procesos;
• visita preliminar a la refinería o instalació n de tratamiento de gas;
• revisió n de la documentación de la instalación de proceso;
• “incidentes previos” y cuasierrores (en la instalació n o en una unidad específica);
• determinación y revisión de las unidades de procesado seleccionadas para someterlas a auditoría;
• construcción de unidades de procesado (iniciales y modificaciones posteriores);
• riesgos químicos de la unidad (materias primas, catalizadores, productos químicos, etc.);
• operaciones de las unidades de procesado;
• controles de la unidad, sistemas de emergencia y de seguridad;
• mantenimiento, reparació n, prueba e inspecció n de las unidades;
• formación y participació n de los trabajadores relacionados con la unidad;
• programa de cambios y modificaciones: gestió n, aplicació n y eficacia,
• protección contra incendios en el proceso y procedimientos de notificació n y respuesta ante emergencias.

Dado que los objetivos y el alcance de las auditorías es variable, en el equipo de auditoría de cumplimiento debe haber al menos una persona con conocimientos sobre el proceso auditado, una persona con experiencia en las normas y reglamentos aplicables y otra persona con la formación y la cualificación necesaria para dirigir la auditoría. El departamento de gestión decide la inclusión de uno o má s expertos externos en el equipo, si la instalación no cuenta con el suficiente personal o carece de expertos, o si los requisitos legales así lo exigen.