miércoles, 30 de abril de 2014

Panaderias Accidentes (II)

En las panaderías mecanizadas, la masa en un estado activo de fermentación puede emitir cantidades peligrosas de dióxido de carbono; por tanto, debe garantizarse una ventila- ción exhaustiva en espacios restringidos siempre que exista la probabilidad de acumulación de gas (canales de evacuación de la masa, etc.) Los trabajadores deben recibir formación sobre los procedimientos convenientes en espacios limitados.
En la fabricación de pan se utiliza una amplia gama de máquinas, sobre todo en las panaderías industriales. La mecanización puede tener como consecuencia el acaecimiento de acci- dentes graves. La moderna maquinaria de panadería suele venir equipada con dispositivos de protección incorporados cuya correcta operación depende a menudo del funcionamiento de interruptores eléctricos de seguridad y de bloqueos positivos. Los dispositivos y conductos de alimentación presentan riesgos espe- ciales que pueden eliminarse mediante la ampliación de la longitud de las aperturas de alimentación por encima de la longitud del brazo, con el fin de evitar que el trabajador pueda alcanzar los componentes móviles; en ocasiones, se utilizan puertas dobles de bisagra o aletas giratorias como dispositivos de alimentación para el mismo fin. Los salientes de las amasadoras pueden protegerse mediante mecanismos de defensa fijos o auto- máticos. Pueden utilizarse diversos protectores (cubiertas, enre- jados, etc.) en las mezcladoras de la masa para prevenir el acceso
a la zona, permitiendo simultáneamente la introducción de material adicional y la limpieza de la cubeta. Cada vez se utilizan más máquinas diseñadas para cortar el pan en reba- nadas y envolver los productos, que constan de hojas de sierra alternativa o cuchillas rotatorias. Todos los componentes móviles deben aislarse completamente y debe disponerse de cubiertas de bloqueo cuando sea necesario el acceso. Debe formularse un programa de procedimientos de bloqueo y de carteles de advertencia respecto al mantenimiento y la reparación de la maquinaria.



martes, 29 de abril de 2014

Panaderias Accidentes (I)

La utilización generalizada de cuchillos y agujas en las panaderías artesanales conlleva un riesgo de cortes y heridas por punción y de posterior infección; los objetos pesados y romos como pesas y bandejas pueden causar lesiones por aplastamiento si caen sobre los pies de los trabajadores.
Los hornos generan varios riesgos. Dependiendo del combus- tible utilizado, se corre el peligro de incendio y explosión. El retorno de la llama, el vapor, las cenizas, los productos horneados o los equipos no aislados pueden provocar quemaduras y escaldaduras. Los equipos de lucha contra incendios mal ajustados o que carecen de la potencia suficiente, así como las chimeneas defectuosas, pueden dar lugar a la acumulación de vapores o gases de combustible no consumido, o de productos de la combustión, como el monóxido de carbono, que pueden causar intoxicación o asfixia. Los equipos y las instalaciones eléctricas deficientes, sobre todo portátiles, pueden generar descargas eléctricas. El serrado y el corte de madera para los hornos alimentados por leña puede provocar cortes y abrasiones.
La harina se entrega en sacos con un peso de hasta 100 kg y, con frecuencia, éstos deben ser izados y transportados por traba- jadores a lo largo de pasillos tortuosos (escaleras y cuestas empi- nadas) a las salas de almacenamiento. Existe el peligro de caída durante el transporte de cargas pesadas y estas arduas opera- ciones de manipulación pueden provocar dolores de espalda lesiones de los discos intervertebrales. Los riesgos pueden evitarse mediante: la disposición de vías de acceso a las instala- ciones adecuadas; la estipulación de un peso máximo de los sacos de harina, la utilización de equipos de manipulación mecánica de un tipo apropiado para su empleo en pequeñas empresas y a un precio asequible para la mayoría de los trabajadores artesanos; y la generalización en el uso del transporte de harina a granel que, sin embargo, sólo es conveniente cuando la facturación del productor es de una magnitud suficiente.
El polvo de harina constituye otro factor de riesgo de incendio explosión, y deben tomarse las precauciones pertinentes al respecto, incluida la dotación de sistemas supresores de explo- siones e incendios.

lunes, 28 de abril de 2014

Panaderias Instalaciones


Las instalaciones suelen ser anticuadas, se encuentran en mal estado y plantean problemas de salud y seguridad considerables. La situación es especialmente grave en los locales alquilados, cuando ni el arrendatario ni el arrendador pueden permitirse el coste de la renovación. Las superficies del suelo pueden estar resbaladizas cuando están húmedas, aunque son razonablemente seguras en estado seco. Deben emplearse superficies antideslizantes siempre que sea posible. La higiene general se resiente debido a las deficiencias de los servicios sanitarios, el aumento de los riesgos de intoxicación, explosión e incendio y la dificultad de modernizar los equipos pesados de las fábricas de pan debido
a las condiciones de arrendamiento. Las instalaciones de tamaño reducido no pueden dividirse adecuadamente; en consecuencia, los pasillos y las vías de paso se bloquean o se cubren de desechos, la disposición espacial de los equipos es inadecuada, la manipulación resulta difícil y el peligro de resbalones y caídas, choques con la maquinaria, quemaduras y lesiones debidas al agotamiento aumenta. Cuando las instalaciones se sitúan en dos o más pisos, existe el peligro de caída desde altura. Las ubicadas en sótanos suelen carecer de salidas de emergencia, tienen escaleras de acceso estrechas, en espiral o demasiado empinadas y están equi- padas con una iluminación artificial deficiente. Su ventilación suele ser inadecuada y, en consecuencia, los niveles de tempera- tura y humedad son excesivos; la utilización de simples ventila- dores de techo a la altura de la calle contribuye a la contaminación de la atmósfera de la panadería por el polvo del exterior y los gases de escape de los vehículos.

domingo, 27 de abril de 2014

Panaderias Riesgos y su prevención Condiciones de trabajo

Las condiciones de trabajo en las panaderías artesanales pueden presentar las características siguientes: trabajo nocturno que comienza a las 2 o las 3 de la madrugada, sobre todo en los países mediterráneos, donde la masa se prepara por la noche; instala- ciones plagadas de parásitos como cucarachas, ratones y ratas, que pueden ser portadores de microorganismos patógenos (deben utilizarse materiales de construcción apropiados para garantizar que las instalaciones se mantienen en un estado de higiene adecuado); reparto del pan a domicilio, que no siempre se efectúa en las condiciones de higiene oportunas y que puede obligar a soportar un carga de trabajo excesiva; remuneración escasa complementada con la oferta de alojamiento y manutención

sábado, 26 de abril de 2014

Panaderias - Producción

La fabricación de pan consta de tres fases principales: mezcla y moldeo, fermentación y cocción. Tales procesos se llevan a cabo en áreas de trabajo diferentes, como son el almacén de materias primas, la sala de mezcla y moldeo, las cámaras refrigeradas y fermentación, el horno, la sala de refrigeración y la zona de envolvimiento y empaquetado. Las instalaciones para la venta suelen encontrarse anexas a los lugares de fabricación.
Para elaborar la masa, se combinan harina, agua, sal y levadura. La mezcla a mano ha sido sustituida en buena medida por la utilización de mezcladoras mecánicas. Las batidoras se utilizan en la fabricación de otros productos. La masa se deja fermentar en una atmósfera cálida y húmeda y, posteriormente, se divide, pesa, moldea y cuece (véase la Figura 67.8).
Los hornos de producción a pequeña escala son del tipo de hogar fijo, con transferencia de calor directa o indirecta. En el primer caso, el revestimiento refractario se calienta de modo intermitente o continuo antes de cada carga. Los gases gene- rados pasan a la chimenea a través de orificios ajustables situados en la parte posterior de la cámara. En el tipo indirecto, la cámara se calienta con el vapor que pasa por los conductos situados en la pared de la misma o mediante la circulación de aire caliente forzada. El horno puede ser alimentado con madera, carbón, petróleo, gas ciudad, gas de petróleo licuado o electricidad. En las áreas rurales, aún se encuentran hornos con hogares calentados directamente por hogueras de leña. El pan se introduce en el horno con la ayuda de palas o bandejas. El inte- rior puede iluminarse de forma que pueda observarse el pan en plena cocción a través de las ventanas de la cámara. Durante la cocción, el aire de la cámara se carga con el vapor de agua gene- rado por el producto y/o introducido en forma de vaho. El exceso de este vapor suele perderse por la chimenea, aunque también puede dejarse abierta la puerta del horno.


viernes, 25 de abril de 2014

Otros riesgos - Picaduras de insectos y abejas


Los trabajadores agrícolas que realizan labores de cultivo y recolección corren un mayor riesgo de sufrir picaduras de insectos y abejas. Al introducir las manos y los dedos entre las hojas de las plantas para seleccionar y arrancar las bayas o frutas maduras, aumenta la exposición a abejas e insectos que pueden estar escondidos o descansando entre el follaje. Algunos insectos pueden estar tambié n alimentá ndose de las bayas maduras, como tambié n pueden hacerlo roedores y otros bichos. La mejor protecció n consiste en utilizar camisas de manga larga y guantes siempre que se trabaje entre las hojas.

jueves, 24 de abril de 2014

Otros riesgos Infecciones

Entre los accidentes má s comunes en los cultivadores de uvas y bayas destacan los cortes o pinchazos, ya sea por las espinas de las plantas, las herramientas o las espalderas o estructuras de apoyo. Este tipo de heridas abiertas pueden siempre ser infectadas por la gran cantidad de bacterias, virus o agentes pató genos presentes en los campos que en ocasiones causan graves complicaciones que pueden llevar a la amputación de una extremidad o incluso la muerte. Todos los trabajadores de los campos deben ser prote- gidos con una vacuna de recuerdo del té tanos. Los cortes deben lavarse y limpiarse, aplicando despué s un agente bacteri- cida; cualquier infecció n que aparezca debe recibir tratamiento mé dico inmediato.

miércoles, 23 de abril de 2014

Exposición a la maquinaria (II)

La poda mecá nica de las vides está generalizá ndose en todo el mundo. Suele exigir el uso de cuchillas giratorias o dedos que agarran las vides y las hacen pasar por cuchillas fijas. Este tipo de má quinas pueden ser peligrosas para cualquiera que se encuentre cerca del punto de entrada de las cuchillas y só lo deben ser manejadas por un operario debidamente instruido.
Para la recolecció n suelen utilizarse varias má quinas a la vez, siendo necesaria la coordinació n y cooperació n de los conduc- tores de todas ellas. Estas operaciones, por su naturaleza, exigen la acumulació n y transporte de la cosecha, lo que habitualmente se realiza utilizando rodillos o palas vibrá tiles, dedos arrancadores, ventiladores, má quinas de corte o rebanado y rastrillo. Todas estas má quinas pueden causar grandes dañ os físicos a las personas que quedan atrapadas. Siempre debe evitarse la presencia de personas cerca del punto de entrada de esas má quinas cuando está n en marcha. Las carcasas protectoras deben mantenerse siempre en su lugar y someterse al manteni- miento adecuado. Si se retiran para su lubricació n, ajuste o limpieza, han de volverse a colocar en su sitio antes de volver a utilizar la má quina. Nunca deben abrirse o retirarse las carcasas de seguridad de una má quina en funcionamiento.

martes, 22 de abril de 2014

Exposición a la maquinaria (I)

En la producció n de estos cultivos suele utilizarse maquinaria para la preparació n de la tierra, la plantació n, la escarda, el cultivo y la recolecció n. Muchos de estos cultivos crecen en las laderas o en terrenos desiguales, aumentando el peligro de vuelco de tractores u otras má quinas. Siempre deben respetarse las normas generales de seguridad para evitar el vuelco de tractores y otras má quinas, al igual que la norma de no llevar pasajeros en esas má quinas salvo que sea necesaria la presencia de personal adicional para su correcto manejo y dispongan de una plataforma segura. En el artículo “Mecanizació n” de este mismo capítulo y en otros capítulos de esta Enciclopedia puede encontrarse má s informació n sobre el uso correcto de la maquinaria.
Muchos de estos productos se cultivan en terrenos desiguales, como cauces u orillas de ríos o barrancos, lo que aumenta el peligro, sobre todo cuando se tornan fangosos y resbaladizos o se cubren de maleza. Las caídas delante de una má quina son muy peligrosas, como lo son tambié n otras caídas que pueden causar distensiones y dislocaciones. Siempre deben tomarse precauciones especiales cuando los campos está n hú medos o en la
é poca de la recolecció n, cuando el suelo puede estar cubierto de restos de fruta.
La poda mecá nica de las vides está generalizá ndose en todo el mundo. Suele exigir el uso de cuchillas giratorias o dedos que agarran las vides y las hacen pasar por cuchillas fijas. Este tipo de má quinas pueden ser peligrosas para cualquiera que se encuentre cerca del punto de entrada de las cuchillas y só lo deben ser manejadas por un operario debidamente instruido.

lunes, 21 de abril de 2014

Plaguicidas y fertilizantes

Las uvas y las bayas tienen que someterse a la aplicació n frecuente de plaguicidas para el control de insectos y agentes pató genos. Los aplicadores, mezcladores, cargadores y demás personas presentes en los campos o que ayuden a la aplicació n deben adoptar las precauciones que se indiquen en la etiqueta
o los requisitos de las autoridades locales. La aplicació n de plaguicidas en estos cultivos puede ser especialmente peligrosa por la naturaleza del depó sito necesario para controlar las plagas. Con frecuencia deben rociarse todas las partes de la planta, incluido el envé s de las hojas y todas las superficies de los frutos o bayas. Eso exige a menudo la aplicació n de gotas muy pequeñ as y la utilizació n de aire para facilitar la penetració n entre las hojas y el depó sito del plaguicida. Por ello se utilizan muchos aerosoles, que pueden ser peligrosos por inhalación y exposición ocular o dé rmica.
Los fungicidas suelen aplicarse en forma de polvo a las uvas y muchos tipos de bayas. El má s comú n de ellos es el azufre, que puede utilizarse en la agricultura orgá nica. El azufre puede ser irritante para la persona que lo aplica y para otras presentes en los campos. Tambié n se sabe que alcanza concentraciones atmosfé ricas suficientes para causar explosiones e incendios. Deben tomarse precauciones para evitar que se disperse en forma de una nube de polvo de azufre y alcance una posible fuente de ignició n, como una má quina, un motor elé ctrico u otro aparato que produzca chispas.
Muchos campos son fumigados con materiales muy tó xicos antes de plantar los cultivos para así reducir la població n de plagas de nematodos, bacterias, hongos y virus que pueden atacar a las plantas jó venes. La fumigació n suele consistir en la inyecció n de un gas o líquido en el suelo, cubrié ndolo luego con una lá mina de plá stico para evitar que el plaguicida se escape demasiado pronto. La fumigació n es una prá ctica especializada que só lo debe ser realizada por personas debidamente formadas. En los campos fumigados debe colocarse un cartel de advertencia para que nadie entre hasta que se haya retirado la cubierta y disipado el fumigante.
La aplicació n de fertilizantes conlleva ciertos riesgos. Puede producirse inhalació n de polvo, dermatitis por contacto con la piel e irritació n de los pulmones, la garganta y las vías respiratorias. El uso de una má scara con filtro de polvo puede ser ú til para reducir la exposició n hasta niveles no irritantes.
Los trabajadores pueden verse obligados a entrar en los campos para realizar operaciones de riego, poda o recolecció n poco despué s de la aplicació n de plaguicidas. Cuando no pueda esperarse el tiempo indicado en la etiqueta del plaguicida o la normativa local, deberá n utilizar prendas protectoras para evitar la exposició n. La protecció n mínima consiste en una camisa de manga larga, pantalones largos, guantes, sombrero, zapatos y protecció n de los ojos. Dependiendo del plaguicida utilizado, el tiempo transcurrido desde su aplicació n y la normativa local, es posible que se exija un mayor nivel de protecció n, con un respirador, un traje impermeable y botas de goma. Para determinar el nivel correcto de protecció n conviene consultar con las autoridades locales en materia de plaguicidas.

jueves, 17 de abril de 2014

CUESTIONES AMBIENTALES Y DE SALUD PUBLICA

Todos los productos del caucho se fabrican a partir de un “compuesto de caucho”, que, a su vez, está formado por un polí- mero de caucho (natural o sinté tico) y otras sustancias como material de relleno, plastificantes, antioxidantes, agentes adyu- vantes, activadores aceleradores o agentes de vulcanización. Muchos de los ingredientes químicos está n clasificados como sustancias peligrosas o tó xicas e incluso algunos como cancerígenos. La manipulació n y procesamiento de estos productos químicos presentan problemas ambientales y de seguridad

miércoles, 16 de abril de 2014

ERGONOMIA (II)

Algunos factores de riesgo relacionados con el puesto de trabajo parecen ser responsables de estos problemas a nivel de sistema ó seo y muscular en la industria del caucho, como posturas está ticas e incó modas de espalda, hombros y muñ ecas, movimientos rá pidos de muñ ecas y espalda, manejo de grandes pesos y grandes tensiones del tronco al manejar piezas volumi- nosas de caucho. Un estudio de los factores asociados a los problemas de la parte inferior de la espalda indica que en la industria del neumá tico los trabajadores mueven pesos supe- riores a otros sectores y, ademá s, esas cargas se manejan a distancias del cuerpo superiores a la media. A esto hay que sumar que esas tensiones y pesos se imponen al cuerpo durante movimientos asimé tricos del tronco, por ejemplo, en posició n curvada. La duració n de la aplicació n de la fuerza en este tipo de trabajo tambié n es problemá tica. A menudo, en una opera- ció n de fabricació n de neumá ticos se requieren aplicaciones de fuerza prolongadas en las que la fuerza del trabajador va dismi- nuyendo con el tiempo. Finalmente, la temperatura en los puestos de trabajo de la industria del caucho suele ser alta y, ademá s, los puestos de trabajo está n expuestos a la suciedad y al polvo. El calor tiende a aumentar la demanda calorífica de la tarea, incrementando así la demanda de energía. Las resinas y el polvo del puesto de trabajo aumentan la probabilidad de que los trabajadores tengan que llevar guantes para realizar su trabajo, lo que incrementa la tensió n de los mú sculos del antebrazo que
controlan los dedos. Ademá s, cuando los trabajadores llevan guantes, realizan un mayor esfuerzo para sujetar las piezas, pues no perciben fá cilmente cuá ndo un objeto está a punto de resbalarse de las manos. Entre las soluciones a estos problemas ergo- nó micos se encuentra la reorganizació n del puesto de trabajo (p. ej., levantando o bajando el objeto o desplazando el puesto de trabajo para suprimir grandes torsiones o curvaturas laterales del tronco, lo que puede conseguirse reorientando el origen y destino de las tareas de elevació n, pasando de giros de 180 a giros de 90 ). A menudo es necesario realizar cambios má s importantes, que pueden ir desde la instalació n de puestos de trabajo ajustables, por ejemplo con mesas de altura variable, hasta la incorporació n de mecanismos elevadores, como ascen- sores o grú as, o incluso la automatizació n total del puesto. Ló gi- camente, algunas de estas soluciones conllevan un alto coste. Por tanto, la clave para un diseñ o ergonó mico adecuado es hacer exclusivamente los cambios necesarios y determinar el efecto del cambio en té rminos de modificació n del riesgo a nivel del sistema ó seo y muscular. Afortunadamente, existen en el mercado nuevos mé todos que permiten cuantificar la dimensió n del riesgo asociado con un determinado diseñ o del puesto de trabajo. Así, por ejemplo, existe un modelo que estudia el riesgo de trastornos ocupacionales de la parte inferior de la espalda en funció n de las exigencias del trabajo (Marras y cols. 1993; 1995). Se han desarrollado asimismo modelos que analizan la carga sobre la columna vertebral debida a actividades diná micas del tronco (Marras y Sommerich 1991; Granata y Marras 1993). Cada vez existen má s modelos en el mercado para estudiar el diseñ o del puesto de trabajo en la industria y el nivel de exposició n.

martes, 15 de abril de 2014

ERGONOMIA (I)

La ergonomía es la ciencia que estudia la relació n entre el traba- jador y su entorno de trabajo. Esta ciencia no só lo comprende el estudio del riesgo para el sistema ó seo y muscular debido al tipo de trabajo, sino tambié n una consideració n de los procesos cogni- tivos del trabajo que pueden ser causa de errores humanos.
En la industria del caucho y los neumá ticos se han identifi cado las tareas que provocan un riesgo mayor de sufrir determi- nados tipos de trastornos en el sistema ó seo y muscular, observá ndose un predominio de las lesiones de espalda. Un muestreo realizado en la industria del caucho y los neumá ticos sobre las tareas de manipulació n de materiales ha demostrado que las tareas de alto riesgo presentan un índice de lesiones en la parte inferior de la espalda que es aproximadamente un 50 % má s alto que el observado en la industria en general. Un estudio de esas tareas revela que los problemas suelen surgir en los trabajos que requieren el transporte manual de los productos de caucho, como en las operaciones de procesamiento del caucho (malaxadores Banbury), de montaje, de acabado y de transporte de los neumá ticos, tanto en la fá brica como en el almacé n. Las lesiones de muñ eca, como el síndrome del tú nel carpiano y la tenosinovitis parecen ser tambié n un problema comú n en las fá bricas de neumá ticos. Un estudio de las operaciones de fabri- cació n de neumá ticos sugiere que deberían observarse tambié n problemas en los hombros. Sin embargo, los registros de lesiones tienden a subestimar el riesgo de las lesiones de hombro debido a una falta de sensibilizació n hacia este problema. Finalmente, parecen existir algunos problemas del proceso cognitivo dentro de la industria del neumá tico, que resultan má s evidentes en las tareas de inspecció n y que a menudo se ven agravados por una escasa iluminació n.

lunes, 14 de abril de 2014

Prácticas generales de servicio y trabajo

Los procedimientos de trabajo escritos, las instrucciones sobre manipulació n del material y las prá cticas de gestió n de residuos reducen la generació n de residuos y mejoran su tratamiento (Theodore y McGuinn 1992). Las buenas prá cticas de trabajo y servicio identifican las responsabilidades específicas respecto a la generació n, manipulació n y tratamiento de residuos. Mediante la formació n y supervisió n del personal se aumenta su capacidad para mejorar y mantener operaciones eficientes de fabricació n y gestió n de residuos. Se debe formar a los trabajadores sobre los riesgos de las prá cticas de gestió n de residuos y los medios apro- piados para responder a los vertidos, fugas y emisiones. Esta formació n debe abordar la manipulació n de materiales, la limpieza o neutralizació n de residuos y la utilizació n de respira- dores y EPP. Los dispositivos de detecció n de vertidos y fugas previenen la contaminació n controlando regularmente el equipo y los servicios de producció n, identificando y controlando las emisiones y las fugas. Estas actividades deben integrarse en prácticas de mantenimiento preventivo para limpiar, calibrar, sustituir y reparar el equipo contaminante.
Mediante instrucciones escritas que describan los procedi- mientos normales de trabajo, así como los procedimientos de puesta en marcha, parada y emergencia, se previene la contami- nació n y se reducen los riesgos para la salud y la seguridad de los trabajadores. Una gestió n cuidadosa de las existencias de mate- riales disminuye los excesos en la adquisició n de materias primas y generació n de residuos; la aplicació n de sistemas informá ticos mejora la gestió n eficaz de las operaciones de la planta, las prá c- ticas de mantenimiento y los inventarios de material. Se pueden instalar sistemas de pesada automá tica, control y alarma para mejorar la gestió n de materiales y equipos (p. ej., tanques de almacenamiento, equipos de procesado y sistemas de trata- miento de residuos). Los instrumentos y sistemas de control modernos aumentan a menudo la productividad de las opera- ciones, reduciendo la contaminació n y los riesgos para la salud y la seguridad. Los programas de prevenció n de la contaminació n examinan todos los residuos generados en una instalació n y las opciones para eliminarlos, reducirlos o tratarlos. Las auditorías medioambientales estudian los puntos fuertes y dé biles de los programas de prevenció n de la contaminació n y gestió n de resi- duos, con vistas a optimizar sus resultados.

domingo, 13 de abril de 2014

Recuperación de recursos y reciclado

La recuperació n de recursos utiliza productos de desecho y regenera materiales durante el procesado separando las impurezas de los residuos de los materiales deseados. Se pueden añ adir residuos só lidos de la fermentació n (p. ej., micelios) a piensos animales como suplemento nutricional o como acondicionantes y fertilizantes del suelo. Asimismo se pueden recuperar sales inorgá nicas de licores químicos producidos durante las operaciones de síntesis orgá nica. A menudo se reciclan mediante separació n y destila- ció n los disolventes consumidos. Los dispositivos de control de las emisiones a la atmó sfera (p. ej., condensadores, equipo de compresió n y refrigeración) reducen las emisiones de compuestos orgá nicos volá tiles (EPA 1993). Estos dispositivos capturan vapores de disolventes mediante condensación, permitiendo la reutilizació n de disolventes como materias primas o para la limpieza de recipientes y equipos. Los purificadores neutralizan o absorben gases y vapores á cidos, cá usticos y solubles, descargado sus efluentes en los sistemas de tratamiento de residuos.
Los disolventes reciclados se pueden reutilizar como medios para reacciones y extracciones y para operaciones de limpieza. No deben mezclarse diferentes tipos de disolventes, ya que esto reduce la posibilidad de reciclado. Algunos disolventes deben separarse durante el procesado (p. ej., disolventes clorados y no clorados, alifá ticos y aromá ticos, acuosos e inflamables). Los só lidos disueltos y suspendidos se extraen o separan de los disol- ventes antes de recuperar é stos. Se identifican la composició n y las propiedades de los disolventes residuales y las materias primas recicladas mediante aná lisis de laboratorio. Actualmente se desarrollan muchas nuevas tecnologías de prevenció n y control de residuos só lidos, líquidos y gaseosos.


sábado, 12 de abril de 2014

Modificaciones de los procesos (II)

Algunos ejemplos de modificaciones de procesos en la producción farmacé utica a granel son los siguientes (Theodore y McGuinn 1992):
• Minimizar las cantidades de materiales peligrosos utilizadas y seleccionar materiales cuyos residuos se puedan controlar, recuperar y reciclar, cuando sea posible.
• Desarrollar e instalar sistemas de reciclado de materias primas
(p. ej., disolventes), productos intermedios, residuos y materiales de servicio (p. ej., agua refrigerante, líquidos de transferencia de calor, lubricantes, vapores condensados).
• Examinar reactivos, disolventes y catalizadores para optimizar
la eficacia de las reacciones químicas.
• Modificar el diseñ o y las características del equipo de procesado para minimizar la contaminació n y los residuos.
• Mejorar los procesos para optimizar los rendimientos del producto y propiedades deseadas, eliminando el procesado adicional (p. ej., recristalizació n, secado y molturació n).
• Considerar la utilizació n de equipos universales (p. ej., reactores, filtros y secadores) para reducir la contaminació n y los residuos durante las transferencias, la limpieza y otras etapas del proceso.
• Utilizació n de instrumentos adecuados, sistemas de control automatizados y programas informá ticos para maximizar la eficiencia de los procesos y reducir la contaminació n y los residuos.

viernes, 11 de abril de 2014

Modificaciones de los procesos (I)

Se pueden modificar los procesos con objeto de formular nuevamente los productos utilizando materiales menos peligrosos o persistentes o modificando las operaciones de fabricació n para reducir las emisiones a la atmó sfera, los efluentes líquidos y los residuos só lidos. La reducció n de la cantidad y la toxicidad de residuos es prudente, ya que mejora la eficiencia de los procesos de fabricació n y reduce los costes y el impacto de la eliminación de residuos. Las disposiciones sobre autorización de fá rmacos pueden limitar la capacidad de los fabricantes farmacé uticos para modificar los materiales peligrosos, los procesos de fabricació n, los equipos y las instalaciones (Spilker 1994). En una primera etapa, los fabricantes de medicamentos deben prever los impactos sobre el medio ambiente, la salud y la seguridad de la selecció n de materiales peligrosos y el diseñ o de procesos de fabricació n. Cada vez es má s difícil introducir modificaciones durante las
ú ltimas etapas del desarrollo de los fármacos, sin pé rdidas de tiempo y gastos considerables.
Sería deseable desarrollar procesos de fabricació n con disol- ventes menos peligrosos. Se prefieren el acetato de etilo, los alco- holes y la acetona a disolventes altamente tó xicos como el benceno, el cloroformo y el tricloroetileno. En la medida de lo posible, deben evitarse algunas sustancias debido a sus propiedades físicas, ecotoxicidad o persistencia en el medio ambiente (p. ej., metales pesados, cloruro de metileno) (Crowl y Louvar 1990). La sustitució n de disolventes por lavados acuosos durante las filtraciones en la fabricació n de productos químicos a granel reduce los residuos líquidos y las emisiones de vapor. Asimismo, la sustitució n de soluciones de disolventes por solu- ciones acuosas durante el recubrimiento de los comprimidos reduce el impacto sobre el medio ambiente, la salud y la segu- ridad. La contaminació n se previene mediante la mejora y automatizació n del equipo de procesado, así como mediante calibraciones, revisiones y un mantenimiento preventivo regu- lares. La optimizació n de las reacciones de síntesis orgá nica aumenta los rendimientos del producto, disminuyendo a menudo la generació n de residuos. Unos sistemas incorrectos o ineficaces de control de la temperatura, la presió n y los mate- riales provocan reacciones químicas ineficaces, generando resi- duos só lidos, líquidos y gaseosos adicionales.


jueves, 10 de abril de 2014

Procesos de craqueo

Despué s de la destilació n se utilizan otros procesos de refino para alterar las estructuras moleculares de las fracciones con el fin de crear má s productos de valor. Uno de estos procesos, el conocido como craqueo, descompone (rompe) fracciones de petró leo pesadas, de alto punto de ebullició n, y los convierte en productos má s valiosos: hidrocarburos gaseosos, materiales para mezclas de gasolina, gasó leo y fuel. Durante el proceso, algunas de las moléculas se combinan (polimerizan) para formar molé culas mayores. Los tipos bá sicos de craqueo son el craqueo té rmico, el craqueo catalítico y el hidrocraqueo.

miércoles, 9 de abril de 2014

Resumen de los procesos de refino del petróleo


martes, 8 de abril de 2014

Procesos de conversión del petróleo crudo

Los procesos de conversión, como el craqueo, la combinación y la rectificació n, modifican el tamañ o y la estructura de las molé culas de hidrocarburos para convertir las fracciones en productos de má s valor (vé ase la Tabla 78.3) .
Como resultado de la conversión se crean varias molé culas de hidrocarburos que no suelen encontrarse en el petró leo crudo, aunque son importantes para el proceso de refino. Las olefinas (alquenos, olefinas dicíclicas y alquinos) son molé culas de hidro- carburos de cadena o anillo insaturados con un enlace doble como mínimo. Por lo comú n, se forman por craqueo té rmico y catalítico, y rara vez se encuentran de modo natural en el petró leo crudo sin procesar.
Los alquenos son molé culas de cadena recta y fó rmula CnHn, que contienen al menos un enlace doble (insaturado) en la cadena. La molé cula de alqueno má s sencilla es el etileno de olefina monocíclica, con dos á tomos de carbono unidos por un doble enlace, y cuatro á tomos de hidró geno. Las olefinas dicíclicas (que contienen dos dobles enlaces), como el 1,2-butadieno y el 1,3-butadieno, y los alquinos (con un triple enlace), como el acetileno, se encuentran en el C5 y las fracciones má s ligeras procedentes del craqueo. Las olefinas son má s reactivas que las
parafinas o los naftenos, y se combinan fá cilmente con otros elementos, como el hidró geno, el cloro y el bromo.

lunes, 7 de abril de 2014

Columnas de destilación (II)

Se utilizan productos químicos para controlar la corrosión por ácido clorhídrico producida en las unidades de destilació n. Puede inyectarse amoníaco en la corriente de la secció n superior antes de la condensación inicial, y/o inyectarse con mucho cuidado una solució n alcalina en la alimentació n de petróleo crudo caliente. Si no se inyecta suficiente agua de lavado, se forman depó sitos de cloruro de amonio y se produce una intensa corrosió n.
La destilació n atmosfé rica y al vacío son procesos cerrados, por lo que las exposiciones son mínimas. Cuando se procesan crudos agrios (con alto contenido de azufre) se produce exposi- ció n al á cido sulfhídrico en el intercambiador y el horno de precalentamiento, la zona de destilació n instantá nea y el sistema de evaporació n superior de la torre, el horno y la torre de vacío, y el intercambiador de calor de residuos. Todos los crudos de petró leo y los productos de destilació n contienen compuestos aromá ticos de alto punto de ebullició n, como los HAP cancerí- genos. La exposició n de corta duració n a altas concentraciones de vapor de nafta causa cefaleas, ná useas y mareos, y la de larga duració n, pé rdida del conocimiento. Las naftas aromá ticas contienen benceno, por lo que debe limitarse la exposició n a las mismas. Es posible que los productos de evaporació n del deshe- xanizador contengan grandes cantidades de hexano normal que afecten al sistema nervioso. En el intercambiador de precalentamiento, en zonas superiores de la torre y en productos de evapo- ració n a veces hay cloruro de hidró geno. El agua residual contiene a veces sulfuros hidrosolubles en altas concentraciones
y otros compuestos hidrosolubles, como amoníaco, cloruros, fenol y mercaptano, dependiendo del crudo de partida y de los productos químicos de tratamiento.


domingo, 6 de abril de 2014

Discontinua

En los reactores donde se producen reacciones exoté rmicas, un aspecto importante es la obstrucció n de las paredes o los tubos internos causada por el refrigerante utilizado para mantener la temperatura. El mé todo de eliminació n de los materiales atas- cados se realiza de distintas formas, y está en funció n de sus características: con un disolvente, un chorro a alta presió n o, en algunos casos, manualmente. En cualquier caso, deben contro- larse cuidadosamente la seguridad y la exposició n. El movimiento de los materiales dentro y fuera del reactor no debe permitir la entrada de aire, que puede formar una mezcla de vapor infla- mable. El vacío debe romperse con un gas inerte (p. ej., nitrogeno). La entrada al recipiente para inspecció n y otros trabajos debe considerarse como entrada en un espacio confinado, debié ndose observar las normas y procedimientos para esta operació n. Deben conocerse la toxicidad cutá nea y por inhala- ció n, y los té cnicos deben conocer los riesgos para la salud.

sábado, 5 de abril de 2014

Reacción

En todas las reacciones es necesaria su clasificació n en base a cuestiones como las siguientes: Para definir los requisitos de calentamiento o enfriamiento precisos para controlar una reacció n es necesario clasificarla como exoté rmica o endoté rmica
(que produce o consume calor). Ademá s, deben establecerse crite- rios sobre reacciones incontroladas para instalar sensores y controles que lo impidan. Antes de poner en funcionamiento un reactor a pleno rendimiento, se deben investigar y elaborar procedimientos de emergencia que garanticen la contenció n segura de la reacció n incontrolada. Algunas de las posibles soluciones son: disponer de un equipo de control de emergencia que se active automá ticamente, inyectar productos químicos que detengan la reacció n y contar con dispositivos de purga que puedan adaptar y controlar el contenido del reactor. Las vá lvulas de seguridad y la purga son de gran importancia, y requieren equipos bien cuidados y en funcionamiento permanente. En consecuencia, suelen instalarase varias vá lvulas de seguridad con dispositivos de enclavamiento para permitir que no se reduzca la capacidad de protecció n requerida durante el mantenimiento de una vá lvula.
Si, debido a un fallo en el funcionamiento, hay escapes por una vá lvula o boquilla de seguridad, el efluente de descarga debe ser contenido en prá cticamente todos los casos para reducir al mínimo los riesgos para la seguridad y la salud. Así pues, deben estudiarse cuidadosamente el mé todo de contenció n de las descargas de emergencia mediante tuberías y la disposi- ció n final de la descarga del reactor. En general, deben separase los vapores de los líquidos: los primeros se envían a un dispositivo de despresurizació n o recuperació n, y los segundos se reci- clan siempre que sea posible. La retirada de los só lidos requiere un estudio má s complejo.

viernes, 4 de abril de 2014

Reactores

En la industria química existen muchos tipos de reactores. La selección del reactor depende de algunas variables, entre las cuales está si la reacció n es discontinua o continua. Con frecuencia las reacciones discontinuas se convierten en continuas cuando se tiene má s experiencia con las reacciones y mejoran algunas circunstancias, como disponer mejores catalizadores. El proceso de reacció n continua es generalmente má s eficaz y da lugar a un producto má s consistente, lo cual favorece el cumplimiento de los objetivos en cuanto a la calidad del producto. No obstante, aú n existe un gran nú mero de operaciones discontinuas.


jueves, 3 de abril de 2014

Equipos de proceso

En el tratamiento de productos químicos se utiliza una gran variedad de equipos, debido a los numerosos procesos, los requi- sitos especiales para cada uno de ellos y las variaciones de los productos. Así pues, es imposible revisar todos los equipos químicos utilizados hoy en día, por lo que en esta sección nos ocuparemos de los equipos má s aplicados, segú n la secuencia del proceso.

miércoles, 2 de abril de 2014

Excavación de pozos

Un pozo es una abertura vertical o muy inclinada que conecta diferentes niveles en una mina y puede servir como escalera para acceder al tajo, como paso del mineral o como parte del sistema de ventilació n de la mina. La excavació n de pozos es una tarea difícil y peligrosa pero necesaria. Los mé todos utilizados van desde la simple perforació n y voladura manuales hasta la excavación mecá nica de la roca con maquinaria especializada (vé ase la Figura 74.11).

martes, 1 de abril de 2014

Galerías y rampas

Una galería es un tú nel horizontal de acceso que se utiliza para transportar roca y mineral. La excavació n de una galería es una actividad rutinaria dentro del trazado de una mina. En minas mecanizadas, se utilizan trenes electrohidrá ulicos perforadores mú ltiples de doble brazo para perforar los frentes. Una galería típica presenta un perfil de 16,0 m2 de sección y el frente se perfora a una profundidad de 4,0 m. Los barrenos se cargan de forma neumá tica con un explosivo (normalmente fueloil de nitrato amó nico (ANFO) a granel) que se transporta en un camió n especial. Se utilizan detonadores no elé ctricos (Nonel) de retardo breve.
Las labores de desescombro se realizan con vehículos CLV
(cargar, levantar, volcar) (vé ase la Figura 74.10) con palas de cerca de 3,0 m3 de capacidad. Los escombros se transportan directamente al sistema de paso de mineral, donde se transfieren a camiones de mayor tonelaje. Las rampas son pasajes con desniveles entre 1:7 y 1:10 (muy superiores a los de las carreteras normales), que conectan uno o má s niveles y permiten una trac- ció n adecuada para los equipos pesados de autopropulsió n. Tienen a menudo forma de espiral. La excavació n de las rampas, que se realiza con el mismo equipo utilizado en las gale- rías, es un trabajo de rutina dentro del trazado de una mina.