viernes, 30 de abril de 2010

Combinaciones de trabajo manual, manual-motorizado y mecanizado


En muchos países, los trabajadores manuales trabajan junto con o cerca de los operarios de motosierras o máquinas. El operario se sienta en una cabina o utiliza protectores auditivos y buenos equipos protectores. Pero, en la mayoría de los casos, los trabajadores manuales no llevan protección. No se mantienen las distan- cias de seguridad con las máquinas, lo que provoca un riesgo muy alto de accidente y de deterioro auditivo para los trabajadores no protegidos.

jueves, 29 de abril de 2010

Trabajo mecanizado

La exposición a condiciones climáticas desfavorables es más fácil de resolver cuando las máquinas disponen de cabinas. La cabina puede disponer de aislamiento térmico, aire acondicionado, filtros antipolvo y demás. Estas mejoras cuestan dinero, de modo que en la mayoría de las máquinas antiguas y en muchas de las nuevas el operario sigue expuesto al frío, al calor, a la lluvia y al polvo en una cabina más o menos abierta.
Los problemas de ruido se resuelven de manera similar. Las máquinas utilizadas en climas fríos, como los países nórdicos, necesitan un aislamiento térmico eficiente. También es muy frecuente que dispongan de una buena protección acústica, con niveles de ruido de sólo 70 o 75 dBA. Pero las máquinas con cabinas abiertas suelen tener muy altos niveles de ruido (más de 100 dBA). El polvo es un problema especial en climas calientes y secos. Una cabina bien aislada contra el frío, el calor o el ruido también contribuye a evitar la entrada de polvo. Utilizando una ligera sobrepresión en la cabina, la situación puede mejorarse aún más.
En las máquinas forestales, todo el cuerpo puede sufrir vibra- ciones inducidas por el terreno por el que se desplaza la máquina, por el movimiento de la grúa y otras partes móviles de la máquina y por las vibraciones de la transmisión. Un problema concreto es el impacto para el operario cuando la máquina baja de un obstáculo como puede ser una roca. Los operarios de vehículos para transitar a campo traviesa, como arrastradores y recogedores, suelen tener molestias lumbares. Las vibraciones también aumentan el riesgo de sufrir lesiones por esfuerzos repe- titivos (LER) en cuello, hombros, brazos o manos. Las vibra- ciones aumentan notablemente con la velocidad a la que el operario conduce la máquina.
A fin de reducir las vibraciones, la máquinas de los países nórdicos utilizan asientos con amortiguación de vibraciones. También se intenta reducir los impactos ocasionados por la grúa haciendo que funcione de manera más suave técnicamente y aplicando mejores técnicas de trabajo. De este modo también se consigue la máquina y la grúa duren más tiempo. Un nuevo e interesante concepto es la “cabina Pendo”. Esta cabina va suspendida de sus “orejetas” y unida al resto de la máquina tan sólo por una plataforma. La cabina está aislada de las fuentes de ruido y es más fácil de proteger contra las vibraciones. Da buenos resultados.
Otros métodos intentan reducir las repercusiones derivadas de la conducción sobre el terreno, mediante la utilización de una transmisión y ruedas “inteligentes”. El objetivo es reducir el efecto ambiental, aunque también resulta positivo para el operario. Las máquinas menos costosas suelen reducir poco el ruido, el polvo y la vibración. La vibración también puede ser un problema en tiradores y mandos.
Si no se utilizan métodos técnicos para controlar los riesgos, la única solución disponible es reducirlos disminuyendo el tiempo de exposición, p. ej., por rotación del trabajo.
Existen listas de control ergonómico que han sido preparadas y utilizadas con éxito para evaluar maquinaria forestal, orientar al comprador y mejorar el diseño de las máquinas (véase Apud y Valdés 1995).

miércoles, 28 de abril de 2010

Trabajo forestal manual-motorizado


El trabajador forestal manual-motorizado es aquel que trabaja con máquinas portátiles como motosierras o limpiatrochas mecánicos y está expuesto a las mismas condiciones climáticas que el trabajador manual. Por consiguiente, tiene la misma necesidad de ropa e instalaciones de alojamiento adecuadas. Un problema específico es el uso de equipos protectores personales en climas calientes. Pero el trabajador también está sujeto a otros riesgos específicos debidos a las máquinas con las que trabaja.
El ruido supone un problema cuando se trabaja con una motosierra, sierra limpiatrochas o aparato similar. El nivel de ruido de la mayoría de las motosierras utilizadas en el trabajo forestal normal supera los 100 dBA. El operario está expuesto a este nivel de ruido durante entre 2 y 5 horas diarias. Es difícil reducir los niveles de ruido de estas máquinas sin que resulte demasiado pesado y difícil trabajar con ellas. Por consiguiente, es esencial utilizar protectores auditivos. Aun así, muchos opera- rios de motosierras sufren pérdidas auditivas. En Suecia, alre- dedor del 30 % de los operarios de motosierras sufrían un grave deterioro auditivo. Otros países declaran cifras altas pero varia- bles en función de cómo se defina el término “pérdida auditiva”, de la duración de la exposición, del uso de protectores auditivos, etcétera.
La vibración inducida en las manos es otro problema con las motosierras. La enfermedad de los “dedos blancos” ha supuesto un problema importante para algunos trabajadores forestales que manejan motosierras. El problema se ha minimizado con las modernas motosierras. Por ejemplo, el uso de eficientes amorti- guadores antivibración (que en climas fríos se combinan con mangos con calefacción) ha supuesto en Suecia que el número de operarios de motosierras que sufren de dedos blancos se haya reducido a un7u8 %, que se corresponde con la cifra global de incidencia natural de los dedos blancos en todos los suecos. Otros países declaran un gran número de trabajadores con dedos blancos, pero es probable que no utilicen las modernas motosierras de vibración reducida.
El problema es semejante cuando se utilizan sierras trochadoras y sierras de podar. Son máquinas que no se han estudiado a fondo, ya que en la mayoría de los casos el tiempo de exposición es breve.
Las investigaciones recientes apuntan a un riesgo de pérdida de fuerza muscular debida a las vibraciones, a veces incluso sin que aparezcan los dedos blancos.

martes, 27 de abril de 2010

Molienda


La molienda consta de una serie de operaciones que consisten en la trituración de los cereales para obtener fécula o harina, normalmente del trigo, la avena, el maíz, el centeno, la cebada y el arroz. El producto en bruto se muele y se criba hasta que se alcanza el tamaño deseado. Habitualmente, la molienda comprende las fases siguientes: entrega del cereal en bruto en el silo de la fábrica, limpieza y preparación del cereal, molienda del cereal y clasificación por tamaño y parte, empaquetado de la harina, la fécula y los subproductos obtenidos para su distribu- ción comercial o su transporte a granel destinado a la utilización en diversas aplicaciones industriales.

lunes, 26 de abril de 2010

Recogida, consolidación y almacenamiento de cereales

Los cereales se cultivan en explotaciones agrarias y se trasladan a silos con elevador. Son transportados en camión, por ferrocarril, en barcazas o buques en función de la ubicación de la explotación y del tamaño y el tipo de almacén. Los silos con elevador se utilizan para recoger, clasificar y almacenar productos agrarios. Los cereales se separan de acuerdo con su calidad, su contenido en proteínas, su humedad y otros factores. Los silos con elevador contienen depósitos, tanques y otros receptáculos con cintas trans- portadoras continuas verticales y horizontales. Ambas constan de cubetas; las primeras, para transportar el cereal hasta las bandejas de pesado y, las segundas, para la distribución del cereal en los depósitos. Estos disponen de salidas de descarga en su parte inferior para depositar el cereal en la cinta horizontal que lo traslada a la cinta vertical para su pesado y su transporte o devolución al almacén. Los silos con elevador pueden tener una capacidad que oscila entre miles de fanegas en el caso de los almacenes locales y millones de fanegas en el de los silos terminales. A medida que estos productos avanzan en su elaboración, pueden ser manipu- lados en numerosas ocasiones a través de silos con elevador de tamaño y capacidad cada vez mayor. Cuando están preparados para su transporte a otros silo o instalación productiva, se cargan en un camión, un vagón, una barcaza o un buque.

domingo, 25 de abril de 2010

CEREALES, ELABORACION DE • CEREALES Y PRODUCTOS DE CONSUMO BASADOS EN CEREALES


Los cereales pasan por numerosas fases y procesos en su elaboración para el consumo humano. Las etapas principales son: la recogida, la consolidación y el almacenamiento en silos, la obtención de un producto intermedio como la fécula o la harina y la conversión en productos terminados como el pan, los copos o los aperitivos.

viernes, 23 de abril de 2010

Preparación de la cama de siembra

Una cama de siembra adecuada es aquella que es mullida, mejor que compacta, y está exenta de vegetació n que interfiera con la siembra. Su preparació n implica el uso de diferentes tipos de herramientas manuales, el arado cincel poco profundo o un arado de vertedera tirado por animales (Figura 64.14) o accesorios de tractor para arado, rastrillado, etc. Un arado tirado por un buey puede cultivar 0,4 hectá reas de tierra en un día, y una pareja de bueyes puede proporcionar energía de hasta 1 caballo de fuerza.
Al utilizar equipo tirado por animales, el trabajador actú a como controlador de é stos y guía el apero con un mango. En la mayoría de los casos camina detrá s del apero o se sienta sobre el equipo (por ejemplo, gradas de disco y enfangadoras). La conducció n de accesorios tirados por animales implica un gran gasto de energía. Con un arado de 15 cm, una persona puede caminar unos 67 km para cubrir una hectá rea. Si se camina a una velocidad de 1,5 km/h, el gasto de energía humana llega a 21 kJ/min (unos 5,6  104 kJ por ha). Un mango de los accesorios que sea demasiado largo o corto produce molestias físicas.

Gite (1991) y Gite y Yadav (1990) sugirieron que la altura ó ptima para el mango de un accesorio puede ajustarse entre 64 y 84 cm (1,0 a 1,2 veces la altura metacarpiana III del operario). Se utilizan herramientas manuales (layas, palas, azadas, etc.) para cavar y mullir el suelo. Para minimizar el esfuerzo al palear, Freivalds (1984) dedujo la velocidad ó ptima de trabajo (es decir, la velocidad de paleado) (18 a 21 paladas/minuto), la carga de la pala (5 a 7 kg para 15 a 20 paladas/minuto, y 8 kg para 6 a 8 paladas/minuto), distancia de lanzamiento (1,2 m) y altura de lanzamiento (1 a 1,3 m). Las recomendaciones incluyen tambié n un á ngulo de elevació n de la pala de 32, un mango largo, una pala ancha y cuadrada para palear, una pala con punta redonda para cavar y una estructura hueca para reducir el peso de la pala.
Nag y Pradhan (1992) sugirieron tareas de cava de alta y baja altura de impulsió n (vé ase la Figura 64.15), sobre la base de estudios fisioló gicos y biomecá nicos. Como norma general, el mé todo de trabajo y la forma de la azada son los factores deci- sivos para la eficacia de las tareas de cava (Pradhan y cols. 1986). El modo de golpear la pala contra el suelo determina el á ngulo con el que penetra en é ste. Para el trabajo de baja altura de impulsió n, el rendimiento se optimizó a 53 golpes/minuto, con un á rea de tierra excavada de 1,34 m2/minuto, y una relació n trabajo: descanso 10:7. Para el trabajo de alta altura de impul- sió n, las condiciones ó ptimas fueron 21 golpes por minuto y 0,33 m2/minuto de tierra excavada. La forma de la pala
—rectangular, trapezoidal, triangular o circular— depende del propó sito y preferencia de los usuarios. Las dimensiones recomendadas para los distintos modos de escarda son: peso 2 kg, ángulo entre pala y mango 65 a 70, longitud del mango 70 a 75 cm, longitud de la pala 25 a 30 cm, anchura de la pala 22 a 24 cm y diá metro del mango 3 a 4 cm.

jueves, 22 de abril de 2010

Operaciones agrícolas, herramientas y maquinaria manuales

La agricultura de los países tropicales requiere mucho trabajo. La proporció n de la población rural con respecto a la tierra cultivable es en Asia dos veces mayor que en Africa y tres veces mayor que en Amé rica Latina. Se estima que má s del 70 % de la energía requerida para las tareas de producció n de cultivos procede del esfuerzo humano (FAO 1987). La mejora de las herramientas, equipos y mé todos de trabajo existentes tiene efectos significativos en la disminució n del esfuerzo y la fatiga humanos y en el aumento de la productividad de las explotaciones. En cuanto a los cultivos de campo, las actividades agrícolas se pueden clasi- ficar segú n la demanda fisioló gica de trabajo para una capacidad de trabajo individual má xima (Tabla 64.5).

miércoles, 21 de abril de 2010

OPERACIONES MANUALES EN LA • AGRICULTURA

Los mé todos y prá cticas agrícolas varían según los países:
• Agricultura industrial: países industrializados occidentales (clima templado) y sectores especializados de países tropicales.
• Agricultura de la revolución verde: áreas bien dotadas de los
tró picos, llanuras de regadío y deltas de Asia, América Latina y norte de Africa.
• Agricultura de zonas con escasos recursos: regiones interiores,
tierras de secano, bosques, montañ as y colinas, tierras semidesérticas y pantanos. Cerca de 1.000 millones de personas en Asia, 300 millones en el Africa subsahariana y 100 millones en Amé rica Latina dependen de esta forma de agricultura. Las mujeres constituyen una gran proporció n de los agricultores de subsistencia: cerca del 80 % de los alimentos del Africa subsa- hariana, del 50 al 60 % de los alimentos de Asia, del 46 % de los alimentos del á rea del Caribe, del 31 % del Norte de Africa y Medio Oriente y del 30 % de los alimentos de Amé rica Latina son producidos por mujeres (Dankelman y Davidson 1988).
Segú n las distintas características agrícolas y climá ticas, los cultivos se clasifican de la forma siguiente:
• Cultivos de campo (cereales, oleaginosas, fibras, azú car y forraje), regados por el agua de lluvia o cultivados con regadío controlado.
• Cultivos de tierras altas y semialtas (trigo, cacahuetes, algodó n, etc.) cuando los regadíos o el agua de lluvia no están disponibles en abundancia.
• Cultivo en tierras hú medas (cultivos de arroz), practicados en los lugares en que la tierra se ara y se enfanga con 5 a 6 cm de agua y se transplantan las plá ntulas.
• Horticultura, con cultivos de frutas, hortalizas y flores.
• Cultivos de plantación o perennes, como cocos, caucho, café , té , etc.
• Pastizales, que crecen de forma natural sin intervenció n humana.