miércoles, 4 de febrero de 2009

INDUSTRIA AVICOLA: Preparación

A continuación, la cinta transportadora de aves pasa a través de una serie de cubas o depósitos de agua caliente circulante. Se denominan escaldaderas. El agua suele calentarse mediante serpentines de vapor y tratarse o clorarse para destruir las bacterias. Con ello se consigue una rápida eliminación de las plumas. Deben tomarse precauciones al trabajar alrededor de escaldaderas. Con frecuencia, los conductos y las válvulas no están protegidas, su aislamiento es deficiente y el contacto con los mismos provoca quemaduras.
Cuando las aves salen de estos depósitos, el cuerpo se pasa a través de un dispositivo en forma de U que lo decapita. Estas piezas suelen transportarse en cubas de agua a un área de clasificación (o de tratamiento de subproductos).
La línea con el cuerpo de las aves pasa a través de máquinas dotadas de varios tambores rotatorios con una especie de dedos de caucho que retiran las plumas. Estas caen en un canal inferior con agua en circulación que se dirige al área de clasificación.
La homogeneidad en el peso de las aves es fundamental en todos los aspectos del proceso de elaboración. Si los pesos varían de una carga a otra, los departamentos productivos deben ajustar sus equipos convenientemente. Por ejemplo, si a aves de poco peso les siguen otras de peso superior en las despluma- doras, es posible que los tambores rotativos no consigan eliminar la totalidad de las plumas, lo cual provoca rechazos y repetición del trabajo. No sólo aumenta los costes de elaboración, sino que también provoca estrés ergonómico adicional de las manos, ya que alguien debe extraer las plumas utilizando unas tenazas.
Una vez superadas las desplumadoras, la línea de aves pasa a través de una chamuscadora. Se trata de un dispositivo a gas con tres quemadores a cada lado, utilizado para quemar los pelos y las plumas más pequeñas de las aves. Debe tomarse precauciones para asegurar el mantenimiento de la integridad de los conductos de gas, debido a las condiciones corrosivas de las áreas de desplumado y preparación.
Posteriormente, las aves se someten a la acción de una máquina que les corta las patas. Estas pueden transportarse por separado a un área de elaboración independiente para su limpieza, clasificación por tamaño, selección, refrigeración y envasado para el mercado asiático.
Las aves deben volverse a colgar de otras argollas antes de entrar en la sección de extracción de vísceras de la fábrica. La forma de las argollas en esta fase es ligeramente diferente y suelen ser más largas. La automatización en esta parte del proceso puede aplicarse de inmediato (véase la Figura 67.7). No obstante, los trabajadores deben estar pendientes de los bloqueos de las máquinas, de volver a colgar las aves que se caen y de cortar manualmente las patas a tijera si la desjarretadora no corta adecuadamente. Desde el punto de vista de la elaboración
y de los costes, es esencial que se utilicen todas las argollas. Volver a colgar las aves exige de los trabajadores la realización de movimientos muy repetitivos y la adopción de posturas incómodas (elevación de los codos y de los hombros), por lo que corren un mayor riesgo de sufrir trastornos por traumatismos acumulados (TTA).
En caso de avería o desajuste de la maquinaria, debe dedicarse un gran esfuerzo a la restitución de las líneas, en ocasiones a costa de la seguridad de los trabajadores. Al tratar de acceder a los puntos pertinentes de los equipos, puede que los trabajadores de mantenimiento no se entretengan en conseguir una escalera y se suban a la parte superior de las máquinas húmedas y resbaladizas. Las caídas constituyen un riesgo. Cuando se adquieren e instalan estos equipos, debe preverse la disposición de un acceso y un mantenimiento sencillos. Es necesario instalar en cada máquina puntos de bloqueo e interruptores. El fabricante debe considerar el medio ambiente y las condiciones peligrosas en las que ha de llevarse a cabo el mantenimiento.


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