miércoles, 27 de febrero de 2008

Actividades en los viveros

Las actividades típicas de un gran vivero mayorista especializado en el cultivo de plantas enmacetadas de exterior para jardines y usos ornamentales abarcan cuatro etapas:
1. Etapa de propagación. Las nuevas plantas inician su crecimiento en un medio especial utilizando uno de los siguientes cuatro mé todos: esquejes de plantas maduras, cultivo de tejidos, semillas e injertos.
2. Fase de replantación. Cuando las plantas crecen, son replantadas en contenedores individuales de plá sticos llamados “macetas” (normalmente 2 ó 3 veces al principio del ciclo de crecimiento). Una potente cinta transportadora hace pasar las macetas nuevas y de mayor tamañ o por debajo de una tolva donde se llenan de tierra. A medida que las macetas avanzan por la cinta transportadora, las plantas son manualmente trasplantadas en ellas y por ú ltimo transferidas manualmente
a un remolque para su transporte al campo.
3. Etapa de crecimiento o tareas de campo. Las plantas se mantienen
por grupos en el exterior hasta que alcanzan la plena madurez. Durante este período, las tareas consisten en regar, podar, fertilizar, eliminar las malas hierbas, colocar guías, dar forma y distanciar a las plantas a medida que é stas crecen.
4. Transporte. Las plantas maduras son trasladas a la zona de expedición, donde se etiquetan, organizan por pedidos y cargan en los camiones. Esta operación puede también incluir la descarga del camió n en los puntos de venta minorista.

domingo, 24 de febrero de 2008

Enfermedades respiratorias en la ganaderia


Dada la variedad y el grado de las exposiciones relacionadas con la producción ganadera, quizás las enfermedades respiratorias sean el principal problema de salud. Los estudios realizados en algunos sectores de la producción ganadera en zonas desarro- lladas del mundo señalan que el 25 % de los trabajadores de la ganadería padecen alguna forma de enfermedad respiratoria (Thorne y cols. 1996). Los tipos de trabajo que con más frecuencia se asocian con problemas respiratorios son la producción y manipulación de grano y el trabajo en unidades de confi- namiento de animales y en explotaciones lácteas.
Las enfermedades respiratorias de origen agrícola pueden producirse como resultado de la exposición a diversos polvos, gases, productos químicos agrícolas y agentes infecciosos. Las exposiciones al polvo pueden dividirse según se trate de polvos formados fundamentalmente por componentes orgánicos o por componentes inorgánicos. La principal fuente de exposición a polvos inorgánicos es el polvo del campo. El polvo orgánico constituye la principal fuente de exposición respiratoria para trabajadores agrícolas. Las enfermedades correspondientes se producen como resultado de cortas exposiciones periódicas al polvo orgánico agrícola, que contiene grandes cantidades de microbios.
Se denomina síndrome tóxico por polvo orgánico (STPO) una enfermedad aguda parecida a la gripe que se observa tras expo- siciones cortas y periódicas a concentraciones de polvo elevadas (Donham 1986). Se trata de un síndrome con características muy similares a las del pulmón de granjero agudo, si bien no comporta el riesgo de deterioro pulmonar que se asocia con este último. Las bronquitis que afectan a los agricultores pueden ser agudas o crónicas (Rylander 1994). El asma, definida por una obstrucción reversible de las vías respiratorias asociada con inflamación de éstas, también puede ser producida por exposi- ciones agrícolas. En la mayor parte de los casos, este tipo de asma guarda relación con una inflamación crónica de las vías respiratorias, más que con una alergia específica.
La segunda fuente de exposición por orden de frecuencia es la relativa a un nivel algo más bajo de polvo orgánico. Habitual- mente, los niveles de polvo están entre 2 y 9 mg/m3, las cifras de microbios están entre 103 y 105 microorganismos/m3 y la concentración de endotoxinas está entre 50 y 900 UE/m3. Son ejemplos de estas exposiciones el trabajo en explotaciones porcinas, vacunas o de aves de corral. Los síntomas habituales son los de la bronquitis aguda y crónica, un síndrome de tipo asmático y síntomas de irritación de mucosas.
Los gases desempeñan un papel importante como causa de problemas pulmonares en el medio agrícola. En las instalaciones de confinamiento de cerdos y donde se crían aves de corral, los niveles de amoníaco suelen causar problemas respiratorios. La exposición al amoníaco anhidro, un fertilizante, tiene efectos agudos y a largo plazo sobre el tracto respiratorio. La intoxicación aguda por el ácido sulfhídrico que se libera en las instalaciones de depósito de estiércol en los establos de vacas y en las explotaciones de porcino puede producir fallecimientos. La inhalación de fumigantes insecticidas también puede producir muertes.
Es posible ayudar a prevenir las enfermedades respiratorias mediante el control de las fuentes de polvo y de otros agentes. En los edificios para el ganado, hay que disponer de un sistema de ventilación correctamente diseñado y de limpieza frecuente para impedir que se acumule el polvo. Con todo, los sistemas de control mecánicos son insuficientes. Hay que utilizar también mascarillas correctamente seleccionadas. Se pueden considerar alternativas tales como el pastoreo al aire libre y el confinamiento parcial, que pueden ser tan rentables como el confina- miento completo, sobre todo si se tienen en cuenta los costes en salud laboral.

domingo, 17 de febrero de 2008

ENFERMEDADES ASOCIADAS CON LA CAZA Y LA CAZA CON CEPO: El tétanos

El tétanos es otra enfermedad grave que infecta tanto a seres humanos como a animales. Las bacterias que lo causan también son muy comunes en suelos y otras partes del medio ambiente, y son habitantes normales de los aparatos digestivos de numerosos animales. Las heridas, sobre todo las punzantes profundas, que se ensucian son las que tienen más probabilidades de infectarse. La prevención comprende el cuidado apropiado de la herida y la vacunación sistemática.
Garrapatas, mosquitos, pulgas y otros insectos picadores transmiten a menudo infecciones de los animales al hombre. Así, la peste bubónica es un ejemplo de enfermedad bacteriana trans- mitida por picaduras de pulga. Las pulgas se infectan cuando se alimentan de la sangre de un animal infectado, por lo general un roedor, conejo o liebre, pero también diversos carnívoros. La pulga transmite entonces la infección al siguiente animal del que se alimenta, incluido el hombre. Las personas también pueden infectarse al manipular tejidos de animales infectados, o al inhalar gotitas aerotransportadas procedentes de seres humanos o animales, por lo general gatos, con la forma neumónica de la peste. Los síntomas iniciales de la peste bubónica son inespecíficos y comprenden fiebre, escalofríos, náuseas y postración. Posteriormente, los ganglios linfáticos pueden hincharse e inflamarse (los bubones que dan el nombre a la enfermedad)
Una enfermedad más común transmitida por la picadura de un insecto es la enfermedad de Lyme o borreliosis, que es una de las muchas que transmiten las garrapatas. El primer síntoma es a menudo una erupción de la piel en forma de diana, es decir, un círculo rojo con el centro claro en el lugar de la picadura. La erupción desaparece, pero si no se administra tratamiento la enfermedad puede evolucionar a la artritis y a complicaciones más graves.

miércoles, 13 de febrero de 2008

Métodos, equipos y riesgos comunes: Apeo y preparativos de extracción (II)


El método más común de apeo con motosierra es el representado en la Figura 68.6. Tras determinar la dirección de derribo (1) y despejar la base del árbol y las vías de escape, se empieza serrando la boca (2), que debe penetrar en el árbol entre una quinta y una cuarta parte de su diámetro. La boca debe abrirse a un ángulo aproximado de 45°. El corte oblicuo (3) se realiza antes del corte horizontal (4), que debe unirse con el oblicuo siguiendo una línea recta perpendicular a la dirección de derribo. Si los tocones pueden arrancar astillas del árbol, como suele ocurrir con las maderas más blandas, la boca deberá terminarse realizando pequeños cortes laterales (5) a ambos lados de la juntura (6). El corte posterior (7) también debe ser horizontal y ha de hacerse a una altura de entre 2,5 y 5 cm con respecto a la base de la boca. Si el diámetro del árbol es menor que el sable, el corte posterior puede realizarse en un solo movimiento (8). En caso contrario, la sierra deberá moverse varias veces (9). El método más generalizado se utiliza para apear árboles con raigales de más de 15 cm de diámetro. La técnica estándar se modifica si los árboles tienen copas de un solo lado, si están inclinados o si su diámetro supera el doble de la longitud de la hoja de la motosierra. En los manuales de formación de la FAO/OIT (1980), y en muchos otros dirigidos a operarios de motosierras, se incluyen instrucciones detalladas.
Unos trabajadores cualificados pueden apear un árbol con un alto grado de precisión siguiendo este método. Los árboles que tienen copas simétricas o que están ligeramente inclinados en una dirección que no es la óptima para la caída pueden desviarse de la dirección prevista al caer o no llegar a caer. En estos casos, es necesario emplear herramientas como palancas de apeo (para árboles pequeños) o martillos y cuñas (para árboles grandes) a fin de desplazar el centro de gravedad natural del árbol en la dirección deseada.

viernes, 8 de febrero de 2008

Piel

Los problemas dermatológicos asociados a las industrias alimentarias son la dermatitis y las alergias de contacto (p. ej., el eczema). Debido a cuestiones de higiene, los trabajadores deben lavarse las manos con jabón muy a menudo, y lo hacen en recipientes que contienen compuestos amónicos cuaternarios. La constante humedad de las manos puede reducir el contenido de lípidos de la piel y dar lugar a la aparición de dermatitis, enfermedad por la que la piel se inflama como resultado del contacto con productos químicos y aditivos alimentarios. El trabajo con grasas y aceites puede obstruir los poros de la piel y generar síntomas acneícos. El 80 % de las dermatitis de origen profesional están causadas por estos irritantes primarios.
Existe una preocupación cada vez mayor por la posibilidad de que aumente la sensibilización de los trabajadores respecto a las proteínas microbianas y los péptidos generados por la fermentación y la extracción, lo que puede dar lugar a eczemas y otras alergias. Una alergia es una respuesta hipersensible de cualquier tipo superior a la que se produce normalmente en presencia de antígenos (no propios) en el medio ambiente. La dermatitis por contacto alérgica no suele detectarse antes del quinto al séptimo día posterior al inicio de la exposición. La dermatitis de origen profesional por hipersensibilidad también se ha observado en trabajadores que están en contacto con encimas como la tripsina, la quimotripsina y la proteasa.
Los disolventes clorados (véase la sección “Sistema respiratorio” anterior) estimulan a las células de la epidermis para adoptar pautas de crecimiento peculiares, y tal estimulación queratínica puede dar lugar a la formación de tumores. Otros compuestos clorados presentes en los jabones con fines bacteri- cidas pueden provocar dermatitis por fotosensibilidad.

martes, 5 de febrero de 2008

Buques de pesca

Como ya se ha dicho, los buques de pesca utilizados para la pesca de altura son de tipos y tamañ os muy variados : arrastreros de popa (buques para pescado fresco con líneas de procesamiento), buques con redes de cerco, palangreros, buques-fá brica, etc.
Segú n la definició n internacional, un buque de pesca es un buque usado para la captura comercial de pescado, ballenas, focas, morsas u otros recursos marinos vivos. Un buque de procesamiento es un buque utilizado exclusivamente para procesar las capturas.
Las características de los buques de pesca son tan diferentes
de las de otras embarcaciones marítimas que no pueden cubrirse individualmente en los convenios internacionales para la seguridad de la vida en el mar. En 1977, la Conferencia sobre seguridad de buques de pesca celebrada en Torremolinos, Españ a, elaboró un Convenio internacional para la seguridad de los buques de pesca. Dicho convenio se basa en los trabajos té cnicos realizados por la OMI durante varios añ os, en particular por el Subcomité sobre seguridad de los buques de pesca del Comité de seguridad marítima. Con anterioridad, ese Comité había adoptado unas recomendaciones sobre la estabilidad de los buques de pesca que fueron publicadas por la OMI
e incluidas en el Convenio de 1977 sobre la seguridad de los buques de pesca. El Convenio estipula que só lo es aplicable a los buques de pesca nuevos de 24 m de eslora o má s. Los buques pesqueros de menor tamañ o no está n cubiertos por este importante Convenio en materia de seguridad porque los tipos exitentes en las flotas pesqueras nacionales son muy diversos y la informació n té cnica disponible es sumamente limitada. Así pues, só lo por falta de información básica no pudieron establecerse disposiciones de seguridad para estos buques. Incluso entre aquellos que rebasan en poco la medida de 24 m existen grandes diferencias en la forma del casco y los mé todos de pesca. Todas estas características tienen una influencia considerable sobre la estabilidad y la navegabilidad en general.