Si el plantador todavía no tiene un plantón en su mano, coge uno del envase, lo dobla, lo introduce en el hoyo y lo endereza. La planta debe quedar recta, bien introducida en la tierra, y las raíces deben quedar cubiertas por completo. Es interesante observar aquí que la herramienta juega un importante papel secundario al servir de soporte al plantador en el momento de doblar y enderezar, aliviando así el esfuerzo de los músculos dorsales. Los movimientos pueden realizarse con la espalda recta o flexionada, en función de la longitud de la barra y del tipo de mango.
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