Cuando el transportador de aves sale del área de elaboración y accede a otra parte del proceso físicamente separada, éstas suelen pasar por otra chamuscadora y a través de un cuchilla circular rotativa que extrae la bolsa o glándula de aceite que presenta cada ave en su parte posterior en la base de la cola. A menudo, estas cuchillas giran libremente y deben ser equipadas con las defensas oportunas. De nuevo en este caso, si la máquina no se ajusta de acuerdo con el peso, deben asignarse trabajadores para la retirada de dicha glándula mediante su extracción con un cuchillo.
A continuación, la cinta transportadora de la aves pasa a través de un dispositivo automático que oprime ligeramente el abdomen hacia arriba mientras que una cuchilla abre el cuerpo del animal sin alterar las vísceras. En la siguiente máquina o fase del proceso se penetra en la cavidad y se extraen las vísceras inalteradas para su inspección. En Estados Unidos, las siguientes etapas de la elaboración pueden contar con la intervención de inspectores de la Administración que comprueban los engordes, las enfermedades de la bolsa de aire, la contaminación fecal y otras anomalías. Normalmente, cada inspector se ocupa de supervisar sólo dos o tres elementos. Si la tasa de anomalías es elevada, los inspectores ralentizan la cadena productiva. A menudo, estas deficiencias no provocan un rechazo completo del producto, y partes específicas de las aves pueden lavarse y sepa- rarse del resto del cuerpo para aumentar el rendimiento.
Cuantos más rechazos, más tareas manuales deben volver a efectuar los trabajadores, lo que exige la realización de movi- mientos repetitivos de corte, partición, etc. Los inspectores de la Administración suelen sentarse en puestos elevados ajustables previstos en la reglamentación, mientras que los trabajadores denominados ayudantes, situados a ambos lados, permanecen de pie sobre enrejados o utilizan un asiento ajustable si éste se encuentra disponible. Los dispositivos de apoyo para los pies, las plataformas de altura ajustable, los asientos y la rotación de puestos de trabajo contribuirá a aliviar el estrés físico y psicoló- gico asociado a esta fase del proceso.
Después de las inspecciones, las vísceras se clasifican según pasan a través de un recogedor de hígados, corazones y demás despojos. Los intestinos, estómagos bazos, riñones y vesículas biliares se descartan y se arrojan a un canal de salida inferior. Los corazones y los hígados se separan y se colocan en otras cintas transportadoras de clasificación o se llevan a un área de elaboración independiente para ser envasadas a granel manual- mente o recombinadas con posterioridad en un paquete de menudillos para su introducción a mano en la cavidad del cuerpo completo del ave puesta a la venta.
Una vez que el cuerpo pasa el recogedor, la cavidad del buche se comprueba a mano para extraer las mollejas y las vísceras restantes si es necesario. Los trabajadores aplican cada mano a un ave cuando pasa la cinta transportadora. Suele emplearse un dispositivo succionador para extraer los pulmones y riñones que permanezcan en el cuerpo del animal. Con frecuencia, debido a la costumbre de las aves de ingerir pequeñas piedras o elementos de la basura durante su crecimiento, los trabajadores sufren heridas punzantes dolorosas en la punta de los dedos o bajo las uñas al explorar las cavidades de los animales.
Estas pequeñas heridas, si no se tratan convenientemente, suponen un riesgo de infección grave, ya que la cavidad de las aves aún no se ha limpiado de bacterias. Puesto que la sensibilidad táctil es necesaria para el trabajo, en esta fase aún no se pueden utilizar guantes que prevengan estos incidentes habituales. Se ha probado con cierto éxito el empleo de guantes de cirujano. El ritmo de la cinta es tan rápido que no permite una inserción cuidadosa de las manos por parte del trabajador.
A continuación, la cinta transportadora de la aves pasa a través de un dispositivo automático que oprime ligeramente el abdomen hacia arriba mientras que una cuchilla abre el cuerpo del animal sin alterar las vísceras. En la siguiente máquina o fase del proceso se penetra en la cavidad y se extraen las vísceras inalteradas para su inspección. En Estados Unidos, las siguientes etapas de la elaboración pueden contar con la intervención de inspectores de la Administración que comprueban los engordes, las enfermedades de la bolsa de aire, la contaminación fecal y otras anomalías. Normalmente, cada inspector se ocupa de supervisar sólo dos o tres elementos. Si la tasa de anomalías es elevada, los inspectores ralentizan la cadena productiva. A menudo, estas deficiencias no provocan un rechazo completo del producto, y partes específicas de las aves pueden lavarse y sepa- rarse del resto del cuerpo para aumentar el rendimiento.
Cuantos más rechazos, más tareas manuales deben volver a efectuar los trabajadores, lo que exige la realización de movi- mientos repetitivos de corte, partición, etc. Los inspectores de la Administración suelen sentarse en puestos elevados ajustables previstos en la reglamentación, mientras que los trabajadores denominados ayudantes, situados a ambos lados, permanecen de pie sobre enrejados o utilizan un asiento ajustable si éste se encuentra disponible. Los dispositivos de apoyo para los pies, las plataformas de altura ajustable, los asientos y la rotación de puestos de trabajo contribuirá a aliviar el estrés físico y psicoló- gico asociado a esta fase del proceso.
Después de las inspecciones, las vísceras se clasifican según pasan a través de un recogedor de hígados, corazones y demás despojos. Los intestinos, estómagos bazos, riñones y vesículas biliares se descartan y se arrojan a un canal de salida inferior. Los corazones y los hígados se separan y se colocan en otras cintas transportadoras de clasificación o se llevan a un área de elaboración independiente para ser envasadas a granel manual- mente o recombinadas con posterioridad en un paquete de menudillos para su introducción a mano en la cavidad del cuerpo completo del ave puesta a la venta.
Una vez que el cuerpo pasa el recogedor, la cavidad del buche se comprueba a mano para extraer las mollejas y las vísceras restantes si es necesario. Los trabajadores aplican cada mano a un ave cuando pasa la cinta transportadora. Suele emplearse un dispositivo succionador para extraer los pulmones y riñones que permanezcan en el cuerpo del animal. Con frecuencia, debido a la costumbre de las aves de ingerir pequeñas piedras o elementos de la basura durante su crecimiento, los trabajadores sufren heridas punzantes dolorosas en la punta de los dedos o bajo las uñas al explorar las cavidades de los animales.
Estas pequeñas heridas, si no se tratan convenientemente, suponen un riesgo de infección grave, ya que la cavidad de las aves aún no se ha limpiado de bacterias. Puesto que la sensibilidad táctil es necesaria para el trabajo, en esta fase aún no se pueden utilizar guantes que prevengan estos incidentes habituales. Se ha probado con cierto éxito el empleo de guantes de cirujano. El ritmo de la cinta es tan rápido que no permite una inserción cuidadosa de las manos por parte del trabajador.
Por último, el cuello es eliminado por un dispositivo al efecto y recogido. La aves pasan por un dispositivo específico de lavado que utiliza agua pulverizada y clorada para lavar las vísceras restantes dentro y fuera del cuerpo del animal A lo largo de las fases de preparación y extracción de vísceras, los trabajadores se ven expuestos a niveles de ruido elevados, suelos resbaladizos e importantes factores de estrés ergonómico en las operaciones de sacrificio, corte y envasado. De acuerdo con un estudio del NIOSH, las tasas de TTA documentados en los centros de producción avícola pueden oscilar entre el 20 y el 30 % de los trabajadores (NIOSH 1990).
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