jueves, 17 de julio de 2008

Mujeres pescadoras: Theresa Peterson

...La ú ltima temporada de fletá n negro empezó el 15 de mayo. Eramos dos chicas y dos chicos. El patró n quería una tripulación que pudiera enganchar rá pidamente la carnada en los aparejos; eso es lo que buscaba. ...Al principio, todo lo que intentá bamos hacer era cambiar anzuelos. Es una cuestió n de nú meros. Lo ideal es hacer entre 18.000 y 20.000 anzuelos diarios. Así que é ramos cuatro personas poniendo carnada en los anzuelos todo el tiempo
y otra recogiendo el aparejo. Las que ponían el cebo se rotaban con la que enrollaba el aparejo. Habíamos vuelto a la forma tradicional de pescar. La mayoría de los barcos de las Kodiak van echando el aparejo en un cubo, tal como viene, luego se coge el cubo y se pone la carnada. En las antiguas goletas para pescar fletá n todo se enrollaba a mano, para poder desenredar hasta el último anzuelo. Se trata de hacer una buena bobina para que, al desenrollarla, se pueda poner la cebo al doble de velocidad. Los primeros días vimos el tiempo que se tardaba en colocar la carnada en los sedales enredados (las largas líneas en las que se atan los anzuelos). Me negué a poner carnada a otro sedal en ese estado, así que todos empezamos a enrollar a mano, cada uno por su lado. Cuando lo haces, puedes salir de tu estació n de carnada. Realmente, trabajá bamos durante muchas horas, a menudo 24 horas, luego empezá bamos al día siguiente y trabajá bamos durante la noche hasta las dos de la mañana y al día siguiente otras 24 horas. Despué s nos tumbá bamos unas tres horas y nos volvíamos a levantar para otra jornada de 24 horas y un par de horas de descanso. Calculamos que la primera semana dormimos un total de 10 horas. Así, íbamos haciendo bromas, veinticuatro horas trabajando y una de descanso.
Nunca antes había pescado con tanta intensidad. Cuando empezó la temporada, pescamos el sá bado todo el día, todo el domingo y la mitad del lunes. Es decir, má s de 46 horas sin dormir, trabajando con tanta fuerza, velocidad y ritmo como te daba el cuerpo. Luego nos echá bamos durante tres horas. Te levantas y está s tiesa. Despué s desembarcamos la captura, algo má s de
40.000 libras de pescado en cuatro días, de forma que prá cticamente estuvimos de pie esos cuatro días. Era una buena carga, realmente te motivaba. Ganaba mil dó lares diarios... Son las temporadas cortas, las temporadas cortas de palangre las que hacen que los buques hagan estos horarios... con una temporada de tres semanas casi te ves obligado a hacerlo, a menos que puedas rotar con otra persona [dejarlos dormir]. (pp. 31-33).

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