domingo, 27 de julio de 2008

Control de la contaminación del agua

La industria alimentaria genera un efluente de residuos antes de su tratamiento con un contenido extremadamente alto de materia orgánica soluble. Incluso las pequeñas fábricas estacio- nales producen cargas de residuos equiparables a las de poblaciones de 15.000 a 25.000 habitantes, mientras que las grandes generan cantidades de residuos comparables a las correspondientes a unas 250.000 personas. Si las corrientes o cursos de agua que reciben los efluentes son demasiados pequeños y el volumen de los residuos demasiado grande, éstos utilizarán el oxígeno disuelto en el proceso de estabilización y contaminarán
o degradarán el agua mediante la reducción de los niveles de este elemento a cifras inferiores a las que requieren organismos acuá- ticos normales. En la mayoría de los casos, los residuos proce- dentes de los centros de producción alimentaria pueden someterse a tratamiento biológico.
La importancia de las aguas residuales varía considerablemente en función del tipo de fábrica, los procesos específicos aplicados y las características de las materias primas. Desde un punto de vista económico, suele resultar menos costoso tratar residuos de gran potencia y escaso volumen que los de índole inversa. Por esta razón, los efluentes con una elevada demanda biológica de oxígeno (DBO), como la sangre de los pollos o la carne, no deben verterse a las alcantarillas de los centros de producción avícola y cárnica para reducir la carga de contaminación y conservarse en recipientes para su evacuación indivi- dual en un centro de tratamiento de subproductos o de clasificación.
Los cursos de aguas residuales con valores de pH (acidez) extremos deben ser objeto de especial atención debido a su efecto sobre el tratamiento biológico. La combinación de cursos de agua con residuos ácidos y básicos puede dar lugar a la neutralización y, siempre que sea posible, la cooperación con industrias circundantes puede resultar muy beneficiosa.
La parte líquida de los residuos alimentarios suele tamizarse o separarse después de su asentamiento, como fase preliminar en todo proceso de tratamiento, con el fin de poder evacuar éstos como basura o combinados con otros sólidos en un programa de recuperación de subproductos.
El tratamiento de las aguas residuales puede llevarse a cabo siguiendo diversos métodos físicos, químicos y biológicos. Puesto que los procesos secundarios son más caros, la utilización al máximo del tratamiento primario es fundamental en la reducción de las cargas de contaminantes. En este tipo de tratamiento se incluyen procesos como el depósito o la sedimentación simple, la filtración (simple, doble y múltiple), la floculación, la flotación, el intercambio de iones por centrifugación, la ósmosis inversa, la absorción de carbono y la precipitación química. Las instalaciones de sedimentación van desde sencillos estanques a complejos depósitos de decantación diseñados de forma especí- fica para las características de cada curso de aguas residuales.
La utilización de un tratamiento biológico secundario con posterioridad al primario suele constituir una necesidad si se trata de alcanzar ciertos niveles relativos a los efluentes líquidos. Como la mayoría de las aguas residuales de la industria alimentaria contienen principalmente contaminantes orgánicos biode- gradables, los procesos biológicos utilizados como tratamiento secundario pretenden reducir la DBO del curso mezclando combinaciones superiores de organismos y oxígeno en el mismo para facilitar una rápida oxidación y su estabilización antes de su evacuación al medio ambiente.
Las técnicas y las combinaciones de éstas pueden adaptarse para hacer frente a condiciones específicas de los residuos. Por ejemplo, en el caso de los generados por la industria láctea, se ha comprobado la eficacia del tratamiento anaeróbico encaminado
a eliminar la parte principal de la carga contaminante, unido a un tratamiento aeróbico posterior diseñado para reducir la DBO residual y la demanda química de oxígeno (DQO) hasta alcanzar valores inferiores y separar los nutrientes biológicamente. La combinación biogaseosa de metano (CH4) y CO2 resultante del tratamiento anaeróbico puede capturarse y emplearse como alternativa a los combustibles fósiles o como fuente generadora de energía eléctrica (normalmente, 0,30 m3
de biogás por kg de DQO eliminada).
Son ejemplos de otros métodos secundarios de amplia utilización el proceso de cienos activos, los filtros aeróbicos percola- dores, el riego por aspersión y la utilización de diversos estanques y lagunas. La existencia de malos olores se ha asociado al empleo de estanques de profundidad inadecuada. Los olores generados por los procesos anaeróbicos pueden elimi- narse mediante la aplicación de filtros de suelo que oxiden los gases polares desagradables.

1 comentario:

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