sábado, 19 de julio de 2008

Mujeres pescadoras: Leslie Smith

La razó n por la que creo haber tenido suerte es por haber estado ahí, una mujer llevando un barco con una tripulación formada ú nicamente por mujeres y lo está bamos haciendo. Y lo hacíamos tan bien como cualquier otro de la flota, de forma que nunca pensé : “Una mujer no puede hacerlo, no puede resolverlo o no es capaz de hacerlo”, porque el primer trabajo que tuve fue con mujeres y lo hacíamos bien. Así que tenía ese factor de confianza desde el principio de mi carrera de marinero... (p. 35).

Cuando está s en un barco, no tienes vida, careces de espacio físico, no tienes tiempo para ti misma. Todo es el barco, la pesca, durante cuatro meses seguidos...(p. 36).
...Tengo poca protección de algunos vientos, pero la aprovecharé toda... Tambié n hay mucha marea. Echas estas anclas; tienes quince o veinte anclas, algunas de trescientas libras, para mantener la red en su lugar. Y cada vez que vas, ves que la red se ha torcido
y tienes que arrastrar las anclas de un lado a otro. La mayoría de las veces, el tiempo no es muy bueno. Siempre tienes que luchar contra el viento. Es un desafío, un desafío físico, no un desafío mental... (p. 37).
Recorrer los muelles [ir de barco en barco buscando trabajo] fue lo peor. Tras hacerlo durante un tiempo, me di cuenta de que só lo tienes posibilidades de ser contratada en un 15 % de los barcos, porque los demá s no contratan mujeres. Sobre todo porque sus esposas no los dejan o porque ya hay una mujer en el barco o simplemente porque son sexistas – no quieren mujeres. Pero entre esos tres factores, el nú mero de barcos en que podías trabajar era tan reducido que resultaba desalentador. Había que descubrir qué barcos eran. Y eso significaba recorrer los muelles...(p. 81).

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