Las minas pequeñas pueden dividirse en dos categorías. La primera abarca minas y canteras pequeñ as de materiales industriales y de construcción, operaciones que en su mayoría están dirigidas a mercados locales y que existen en casi todos los países controladas por una normativa legal, pero, al igual que en las
pequeñ as plantas de fabricació n, la falta de inspecció n y de un control riguroso favorecen la existencia de operaciones ilegales.
La segunda categoría es la minería de minerales valiosos, especialmente oro y piedras preciosas (vé ase la Figura 74.2). Los productos se exportan, por lo general, a travé s de organismos legales o ilegales. Dado su tamañ o y cará cter, las leyes resultan inadecuadas e imposibles de aplicar en este tipo de minas.
Las minas pequeñ as emplean una gran cantidad de mano de obra, especialmente en las á reas rurales. En algunos países, trabajan muchas má s personas en minas pequeñ as que en el sector minero establecido. Los datos existentes indican que má s de seis millones de personas trabajan en minas pequeñ as. Sin embargo y por desgraciada, muchos de estos trabajos son preca- rios y no cumplen la normativa internacional y nacional de trabajo. La tasa de accidentes en las minas pequeñ as es, por lo general, seis o siete veces más elevada que en las grandes explo- taciones, incluso en los países industrializados. Las enfermedades, provocadas muchas veces por unas condiciones de trabajo poco higié nicas, son muy comunes. Aunque esta es la tó nica general en las minas pequeñ as, existen tambié n algunas seguras y limpias.
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