Un elemento muy importante para garantizar la salud del trabajador es la formulación de un programa de adaptación al puesto adecuado. Durante un período máximo de dos semanas, el nuevo colgador se acostumbrará a las condiciones de su acti- vidad y comenzará a desarrollar su trabajo gradualmente hasta que realice un turno completo. Otro elemento fundamental es la rotación de puestos; después de dos horas colgando aves, este trabajador puede ser asignado a una tarea menos extenuante. La división del trabajo entre colgadores puede ser tal que la institución de descansos breves y frecuentes en áreas de aire acondicionado resulta esencial. En algunas fábricas se ha intentado duplicar las plantillas para que los trabajadores puedan desempeñar su labor durante 20 minutos y descansar otros 20, reduciendo así los factores de estrés ergonómico.
Las condiciones de salud y comodidad de los colgadores dependen en cierta medida de las condiciones meteorológicas externas y de la situación de las aves. Si el tiempo es cálido y seco, las aves portan polvo y ácaros, que quedan en suspensión en el aire con facilidad. Si es húmedo, las aves resultan más difí- ciles de manipular, los guantes se humedecen de inmediato y los colgadores deben aumentar su esfuerzo para agarrarlas. Recien- temente se ha avanzado en el desarrollo de guantes reutilizables con almohadillas.
El efecto de las partículas, las plumas, los ácaros y otros elementos en suspensión en el aire puede moderarse con un sistema eficaz de extracción localizada (VAL). Un sistema equilibrado en el que se aplique el principio de contrafase y se utilice la refrigeración o la calefacción de corriente descendente, resul- tará beneficioso para los trabajadores. Otros ventiladores distri- buidos en el área en cuestión reducirían la eficacia de dicho sistema.
Una vez colgadas de las argollas, las aves son transportadas para su aturdimiento inicial con electricidad. El alto voltaje no las mata, pero las obliga a colgar flácidamente mientras una rueda rotante (neumático de bicicleta) dirige su cuello hacia una hoja cortante circular que gira en dirección contraria. El cuello se secciona parcialmente con el corazón del animal aún latiendo para que bombee al exterior el resto de la sangre, que ha de eliminarse totalmente del cuerpo. Un trabajador cualificado debe situarse para sacrificar las aves que la máquina no ha alcanzado. Debido al exceso de sangre, el trabajador ha de protegerse utilizando ropa impermeable y protectores oculares. Asimismo, debe disponerse de instalaciones para el lavado de ojos.
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