El manejo de elefantes comporta varios tipos de peligro; son los debidos al tamaño del animal, al enorme tamaño de los objetos que mueven y a su comportamiento. La colocación del tack y la manipulación del mando expone al manipulador a riesgos de lesión. Además, éste puede caerse. La posibilidad de lesionarse se ve agravada por las operaciones de acarreo, que implican transportar, empujar, traccionar y amontonar; los troncos de teca pueden pesar hasta 1.360 kg. El comportamiento del elefante puede ser impredecible y lesionar al domador. Los machos cautivos son muy peligrosos y difíciles de contener. Los machos en celo son particularmente peligrosos. Se ha comuni- cado que uno de Sri Lanka mató a nueve mahouts, si bien volvió al trabajo después de cada ataque, debido al valor que tenía para sus dueños (Schmidt 1997).
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