lunes, 28 de febrero de 2011

Tipos de caucho natural

Entre los diferentes tipos de caucho natural que se producen actualmente se encuentran las planchas estriadas ahumadas, el caucho de especificació n té cnica, los crepé s, el lá tex, el caucho natural epoxidizado y el caucho natural termoplá stico. Tailandia es el principal proveedor de planchas estriadas ahumadas, con casi la mitad de la producció n mundial de caucho natural. El caucho de especificación técnica (que debe su nombre al hecho de que su calidad, especialmente su pureza y elasticidad, se determina mediante especificaciones té cnicas, en vez de las especificaciones visuales convencionales) o caucho natural en bloque fue introducido en Malasia a mediados del decenio de 1960 y representa casi el 40-45 % de la producció n de caucho natural, siendo Indonesia, Malasia y Tailandia los principales proveedores de este tipo de caucho. En la actualidad, el caucho de crepé só lo representa una pequeñ a parte del mercado mundial de caucho natural. Ultimamente ha crecido el consumo mundial del lá tex de caucho natural, a causa principalmente de la mayor demanda de este tipo de productos como protección frente al virus del SIDA y a otros agentes pató genos transmitidos por la sangre. Los concentrados de lá tex se utilizan para la producció n de pegamentos, tejidos de fondo de alfombras, espumas y productos como globos, guantes y preservativos. El caucho natural epoxidizado se obtiene tratando el caucho natural con perá cidos y se utiliza como alternativa a algunos cauchos sinté ticos. El caucho natural termoplá stico, que se encuentra todavía en la fase inicial de desarrollo comercial, es resultado de la vulcanizació n diná mica parcial de mezclas de poliolefinas y caucho natural.

domingo, 27 de febrero de 2011

CULTIVO DEL ARBOL DEL CAUCHO (II)

Los principales riesgos para los trabajadores de las plantaciones son la exposició n a los elementos atmosfé ricos, las mordeduras de animales, las picaduras de insectos y los riesgos asociados al uso de las herramientas cortantes que se utilizan para hacer la incisió n en el á rbol. Las posibles heridas deben tratarse rá pidamente para minimizar el riesgo de infecció n. Los riesgos atmosfé ricos y de plagas pueden reducirse con medidas preventivas y terapé uticas. En las plantaciones modernas se ha limitado la incidencia de enfermedades como la malaria o la gastroenteritis mediante la profilaxis, el control de los mosquitos y las medidas sanitarias.

El arbusto denominado guayule, planta nativa del sur de
Texas y del centro y norte de Mé xico, contiene caucho natural en sus tallos y raíces, por lo que se recoge toda la planta.
El caucho extraído del guayule es prá cticamente idé ntico al de la Hevea, aunque con menor potencia clorofílica. Actualmente, el caucho extraído del guayule no representa una alternativa comercial viable al de la Hevea.

sábado, 26 de febrero de 2011

CULTIVO DEL ARBOL DEL CAUCHO (I)

El caucho natural (cis-1,4-polisopreno) es un producto vegetal procesado que se obtiene de la savia de varios centenares de especies de á rboles y plantas existentes en distintas partes del mundo, en especial en el Africa ecuatorial, el sudeste asiá tico y Sudamérica. La savia de aspecto lechoso o lá tex que se obtiene del á rbol Hevea brasiliensis cubre má s del 99 % del consumo mundial de caucho natural. Este producto tambié n puede obtenerse del Ficus elastica y de otras plantas africanas que se cultivan en Costa del
Marfil, Madagascar, Senegal y Sierra Leona. El trans-1,4-poliso- preno natural, que se conoce como gutapercha o balata y se obtiene de á rboles de Sudamé rica e Indonesia, proporciona un caucho menos puro que el isó mero cis. Otra fuente de caucho natural comercial es el arbusto Parthenium argentatum o guayule, que crece en regiones cá lidas y á ridas, como los Estados del suroeste de Estados Unidos.
El caucho procedente de la Hevea se cultiva en plantaciones de
má s de 100 acres pero tambié n en pequeñ as granjas de menos de 10. La productividad de los á rboles del caucho comercial ha ido aumentando progresivamente desde el decenio de 1970, debido principalmente a la reforestació n con á rboles de creci- miento má s rá pido y mayor rendimiento, así como al uso de fertilizantes químicos y al control de las enfermedades del á rbol del caucho. La adopció n de medidas estrictas para controlar los riesgos de los herbicidas y pesticidas durante las operaciones de almacenamiento, mezclado y pulverizació n, el uso de ropa de protecció n adecuada y cremas barrera, la instalació n de vestuarios, y una supervisió n mé dica adecuada han permitido controlar de forma efectiva los riesgos asociados al uso de los productos químicos agrícolas.
El lá tex se obtiene practicando en la corteza del á rbol del caucho una incisió n en espiral en días alternos, aunque la frecuencia y el mé todo pueden variar. El lá tex se recoge en vasos colgados del á rbol, bajo la incisió n, y a continuación se transfiere a cubos que se transportan a las estaciones de procesamiento. Por lo general, se añ ade amoníaco como conservante. El amoníaco rompe las partículas de caucho y produce un producto que forma dos fases con un 30 - 40 % de parte só lida. Este producto se concentra hasta obtener un 60 % de parte só lida, obtenié ndose así un concentrado de lá tex amoniacal con un 1,6 % de amoníaco en peso. También existe un concentrado de lá tex con bajo contenido en amoníaco (0,15 – 0,25 %). Con el fin de evitar la coagulació n y la contaminació n, se añ ade a este concentrado un conservante secundario, como el pentaclo- rofenato só dico, el disulfuro de tetrametiltiuram, el dimetilditiocarbamato sódico o el ó xido de zinc.

viernes, 25 de febrero de 2011

Disolventes utilizados en la industria farmacéutica.



Disolventes
Procesos


Disolventes
Procesos


Acetato de etilo
Q
F
B
Etanol
Q
F
B
Acetato de isopropilo
Q
F
B
Etilenglicol
Q

B
Acetato de n-amilo
Q
F
B
Fenol
Q
F
B
Acetato de n-butilo
Q
F

Formaldehído
Q
F
B
Acetona
Q
F
B
Formamida
Q


Acetonitrilo
Q
F
B
Furfural
Q


Alcohol amílico
Q
F
B
n-Heptano
Q
F
B
Alcohol n-butílico
Q
F
B
n-Hexano
Q
F
B
Amoníaco (acuoso)
Q
F
B
Isobutiraldehído
Q


Anilina
Q


Isopropanol
Q
F
B
Benceno
Q


Isopropil é ter
Q

B
2-Butanona (MEC)
Q


Metanol
Q
F
B
Ciclohexano
Q


Metil cellosolve
Q
F

Clorobenceno
Q


Metil formiato
Q


Cloroformo
Q
F
B
Metil isobutil cetona (MIBC)
Q
F
B
Clorometano
Q


Metilamina
Q


Cloruro de metileno
Q
F
B
2-Metilpiridina
Q


o-Diclorobenceno (1,2-diclorobenceno)
Q


Nafta de petró leo
Q
F
B
1,2-Dicloroetano
Q

B
Piridina
Q

B
Dietilamina
Q

B
Polietilenglicol 600
Q


Dietilé ter
Q

B
n-Propanol
Q

B
N,N-dimetil acetamida
Q


Tetrahidrofurano
Q


Dimetil sulfó xido
Q

B
Tolueno
Q
F
B
Dimetilamina
Q


Triclorofluorometano
Q


N,N-Dimetilanilina
Q


Trietilamina
Q
F

N,N-Dimetilformamida
Q
F
B
Xilenos
Q


1,4-dioxano
Q

B





Q =síntesis química, F = fermentació n, B = extracció n bioló gica o natural.

jueves, 24 de febrero de 2011

Diagrama de un proceso de síntesis orgánica.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Diagrama de un proceso de fermentación.

Para ver de mejor manera este diagrama click sobre la imagen

martes, 22 de febrero de 2011

Garantías de calidad de diseño

Cuando se inician nuevos procesos o cambios esenciales de los ya existentes, suelen realizarse una serie de revisiones del diseñ o de la seguridad de los procesos antes y durante la construcció n (antes de la revisió n previa a la puesta en marcha). La revisió n del control del diseñ o, realizada inmediatamente antes de la fase en que se consideran los planes y especificaciones como “representaciones definitivas del diseñ o”, abarca las á reas siguientes:
• planos, situació n, espacio, clasificació n elé ctrica y drenajes;
• aná lisis de riesgos y diseñ o del proceso desde el punto de vista químico;
• requisitos y cualificaciones para la gestió n del proyecto;
• diseñ o e integridad de los equipos de proceso y mecá nicos;
• planos de conducciones e instrumentos;
• dispositivos té cnicos fiables de seguridad, de emergencia, de alarma y de bloqueo,
• materiales de construcción y compatibilidad.

Normalmente se realiza otra revisión antes del inicio de la construcció n en la que se consideran los aspectos siguientes:
• procedimientos de demolición y excavación;
• control de las materias primas;
• control del personal de construcció n y equipamiento en la instalació n y en el lugar donde é sta se halle.
• procedimientos de fabricació n, construcció n e instalació n,
e inspecció n de los mismos.

lunes, 21 de febrero de 2011

Revisiones de seguridad antes de la puesta en marcha

En las plantas químicas, las revisiones de la seguridad del proceso previas a la puesta en marcha se realizan antes de poner en marcha nuevas instalaciones de proceso o introducir nuevos materiales o productos químicos peligrosos en las instalaciones, despué s de un ciclo de parada importante o de modificaciones significativas de los procesos.

Las revisiones de seguridad previas a la puesta en marcha garantizan que se ha realizado lo siguiente:
• se han verificado la construcció n y montaje, los materiales y el equipo conforme a los criterios de diseñ o;
• se han inspeccionado, comprobado y certificado los sistemas
del proceso y el hardware, incluido el programa de control del ordenador;
• se han inspeccionado, probado y certificado las alarmas e
instrumentos;
• se han inspeccionado, probado y certificado los dispositivos de emergencia y seguridad y los sistemas de señ ales;
• se han inspeccionado, probado y certificado los sistemas de protecció n y prevenció n de incendios;
• se han desarrollado y revisado los procedimientos de segu- ridad, prevenció n de incendios y respuesta de emergencia, que han de estar en su sitio y ser los adecuados;
• los procedimientos de puesta en marcha está n instalados y se han iniciado las acciones adecuadas;
• se han analizado los riesgos del proceso; abordado, aplicado o resuelto todas las recomendaciones, y documentado las acciones;
• se ha completado toda la formació n inicial y/o de recuerdo exigida al personal de funcionamiento y mantenimiento, incluidas la respuesta de emergencia, los riesgos del proceso y los riesgos para la salud;
• está n completos y en su sitio todos los procedimientos de trabajo (normal y de cambio de estado), los manuales de funcionamiento, los procedimientos de los equipos y los de mantenimiento,
• se cumplen los requisitos de gestió n de cambio para nuevos procesos y modificació n de los ya existentes.

domingo, 20 de febrero de 2011

Personal de empresas contratistas

En las instalaciones de procesos químicos es habitual acudir a contratistas, para lo cual la planta debe instituir procedimientos que garanticen que los empleados del contratista encargados de mantenimiento, reparaciones, ciclos de parada, renovaciones esenciales o trabajos especializados, conoce los riesgos, los materiales, los procesos, los procedimientos de trabajo y de seguridad y los equipos. La eficiencia de estos trabajadores ha de evaluarse perió dicamente para garantizar que está n formados, cualificados, que cumplen todas las reglas y procedimientos de seguridad y que son conscientes de:
• los posibles riesgos de incendios, explosiones y emisió n de materiales tó xicos relacionados con su trabajo;
• los procedimientos de seguridad de la planta y las prá cticas
de trabajo seguras del contratista;
• el plan de emergencia y las acciones del personal del contratista,
• los controles de entrada, salida y presencia del personal del contratista en las á reas de proceso.

sábado, 19 de febrero de 2011

Principios de seguridad y características de diseño relacionadas con la seguridad (II)

Durante el procedimiento de concesión de licencias, cada instalación nuclear debe demostrar que la liberación de radiacti- vidad será inferior a los límites reglamentados, tanto en condiciones normales de servicio como en caso de avería o accidente. La prioridad es evitar los fallos y no limitarse a mitigar sus consecuencias, pero el diseño tiene que ser capaz de resolver los fallos si llegan a producirse a pesar de todas las precauciones. Ello exige la aplicación del más alto grado de control y de garantía de calidad a todos los equipos, funciones de construc- ción y operaciones. Las características de seguridad inherentes y las medidas técnicas de seguridad están diseñadas para evitar
y controlar los accidentes y contener y minimizar la liberación de materiales radiactivos.
En especial, la generación de calor y la capacidad de enfria- miento deben corresponderse en todo momento. En funcionamiento, el reactor se enfría bombeando refrigerante a través de unas tuberías conectadas al mismo, que lo hacen circular por la superficie de la camisa del combustible. Si se corta la corriente de las bombas o se produce una avería repentina en las tuberías de conexión, se interrumpirá el enfriamiento del combustible, lo que podría dar lugar a un rápido aumento de la temperatura del combustible, un posible fallo de la camisa del combustible y el escape de material radiactivo del combustible a la vasija del reactor. Una rápida parada de la reacción de fisión en cadena, junto con la posible activación de sistemas de refrigeración auxi- liares o de emergencia, evitará que se deteriore el combustible. Estas medidas de seguridad existen en todas las centrales nucleares.
Aun cuando se pare el reactor, la pérdida de la refrigeración y una avería en la instalación de refrigeración auxiliar o de emergencia podrían provocar el sobrecalentamiento del combustible debido a la producción constante de calor ocasionada por la desintegración de los productos de fisión en el combustible, como se indica en la Figura 76.2. Aunque el calor de desintegración es sólo del 1 % o el 2 % de la producción de calor a plena potencia, si no se elimina, la temperatura del combustible puede alcanzar niveles de fallo en cuestión de minutos desde el momento de la pérdida total de la refrigeración. El principio de seguridad en materia de diseño de centrales nucleares exige que se evalúen minuciosamente todas las circunstancias que puedan provocar sobrecalentamiento y deterioro del combustible y la liberación de materiales radiactivos del mismo y que se eviten por medio de sistemas técnicos de control y protección.

viernes, 18 de febrero de 2011

Principios de seguridad y características de diseño relacionadas con la seguridad (I)

Hay cuatro aspectos de la reacción de fisión en cadena que pueden resultar peligrosos y que no es posible separar del aprovechamiento de la energía nuclear para la producción de electri- cidad, lo que hace necesario la adopción de medidas de seguridad:
1. la fisión produce radiación ionizante, que impone una protección frente a la exposición directa a la radiación;
2. se crean productos de fisión altamente radiactivos, que requieren recintos estancos para evitar la contaminación del medio ambiente exterior y una posible ingestión;
3. la reacción de fisión en cadena es un proceso dinámico que requiere un control constante;
4. la producción de calor no puede detenerse instantáneamente, ya que la desintegración radiactiva continúa produciendo
calor una vez terminada la reacción de fisión en cadena, por lo que se requiere una refrigeración de larga duración.
Los requisitos de seguridad derivados de estas características marcan las principales diferencias en cuanto a equipos de seguridad y estrategia de funcionamiento entre una central nuclear y las centrales eléctricas que utilizan combustibles fósiles. Su cumplimiento es diferente en los distintos tipos de centrales nucleares, pero los principios fundamentales de seguridad son los mismos en todas ellas.

jueves, 17 de febrero de 2011

Operaciones de Planta (V)

Además de los procedimientos de operación normal, cada central nuclear dispone de un sistema de notificación de incidentes con el que se investiga y registra cualquier fallo o deterioro de los equipos, deficiencias en el diseño o la construcción y errores de funcionamiento detectados por los sistemas de vigi- lancia o por pruebas e inspecciones periódicas. Se determina la causa fundamental de cada incidente de modo que pueda adoptarse una medida preventiva o correctiva apropiada. Los informes de incidentes, incluidos los resultados de los análisis y las recomendaciones, son analizados por la dirección de la central y por expertos en materia de seguridad y factores humanos que no suelen estar radicados en la central.
El sistema de notificación de incidentes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) funciona en todo el mundo como complemento de los sistemas nacionales para garantizar el intercambio de información entre todos los países participantes. La Asociación Mundial de Operadores Nucleares
(WANO, World Association of Nuclear Operators) también faci- lita el intercambio de información detallada en el plano operativo.
Los reactores nucleares y todos los sistemas auxiliares y rela- cionados con la seguridad se mantienen y se prueban periódica- mente obedeciendo a unos requisitos de garantía de calidad con el fin de asegurar su fiabilidad durante toda su vida de servicio. Además de la vigilancia automática, se realizan pruebas e investigaciones manuales sistemáticas en busca de evidencias de deterioros o fallos. Entre ellas cabe citar una vigilancia de campo constante, el mantenimiento preventivo, las pruebas periódicas y el estudio de los cambios registrados en las condiciones de la planta.
Se establecen objetivos de funcionamiento muy exigentes para los sistemas de proceso y seguridad a fin de que el riesgo para el personal y la población se mantenga dentro de unos límites aceptablemente reducidos. Para los sistemas de proceso, que funcionan activamente mientras se genera electricidad, los porcentajes de fallo se comparan con los objetivos de funciona- miento y, si éste se encuentra por debajo de lo exigido, se pueden introducir cambios en el diseño. Para los sistemas de seguridad el planteamiento es diferente, ya que sólo entran en funcionamiento si fallan los sistemas de proceso. Se controlan por medio de completos programas de pruebas, y los resultados se utilizan para determinar cuánto tiempo podría quedar fuera de servicio cada uno de ellos. El tiempo total calculado se compara con una norma de funcionamiento muy exigente. Si se detecta una deficiencia en un sistema de seguridad se corrige inmediatamente o se para el reactor.
También se aplican vastos programas de pruebas y mantenimiento durante las paradas periódicas programadas. Por ejemplo, todas las vasijas y componentes a presión y sus soldaduras se inspeccionan sistemáticamente con métodos no destructivos y siguiendo las normas de seguridad.

miércoles, 16 de febrero de 2011

INDUSTRIA DE PAPEL CUESTIONES DE SALUD PUBLICA Y AMBIENTAL

Como la industria del papel y la pasta de papel consume grandes cantidades de recursos naturales (p. ej., madera, agua y energía), puede ser un gran contribuyente a los problemas de contaminacion del agua, del aire y del suelo, por lo que está siendo sometida a una estrecha vigilancia en los ú ltimos añ os. Esta preocupación es legítima considerando la cantidad de contaminantes del agua generados por tonelada de pasta (p. ej., demanda de DBO, 55 kg de oxígeno biológico, 70 kg de só lidos en suspensión , y hasta 8 kg de compuestos organoclorados) y la cantidad total de pasta producida mundialmente (180 millones de toneladas en 1994). Ademá s, tan só lo alrededor del 35 % del papel utilizado es reciclado, por lo que el papel residual es un contribuyente fundamental a los desperdicios só lidos mundiales (alrededor de 150 millones de un total de 500 millones de toneladas anuales). Histó ricamente, el control de la contaminació n no se tenía en cuenta al proyectar las fá bricas de pasta y de papel. Muchos de los procesos empleados en la industria fueron desarrollados con muy poca atenció n para minimizar el volumen de residuos y la concentració n de contaminantes. Desde el decenio de 1970, las tecnologías de reducció n de la contaminació n son un compo- nente integrante del proyecto de las fá bricas en Europa, Norteamerica y otras partes del mundo. La Figura 72.12 ilustra las tendencias en el período 1980 a 1994 en las fabricas canadienses en respuesta a algunos de estos aspectos ambientales: incremento del empleo de productos residuales de la madera y del papel reciclable como fuente de fibra, y disminució n de la demanda de oxígeno y de compuestos organoclorados en las aguas residuales.
En este artículo se abordan los principales aspectos ambientales relacionados con los procesos de fabricació n de pasta y de papel, se identifican las fuentes de contaminació n en cada proceso y se describen brevemente las tecnologías de control, incluidos los tratamientos externos y las modificaciones en la planta. Los aspectos inherentes a los residuos de la madera y a los fungicidas se tratan má s detalladamente en el capítulo Industria de la madera

martes, 15 de febrero de 2011

Otros cánceres

Entre los trabajadores de las fá bricas de papel de Estados Unidos con presunta exposició n al formaldehído, se encontraron cuatro casos de cá ncer de vías urinarias, despué s de 30 añ os de estado latente, cuando solamente se esperaba uno (Robinson, Waxweiller y Fowler, 1986). Todas estas personas habían trabajado en las áreas de secado de papel de diversas papeleras.
En un estudio de casos-controles de Massachusetts, los tumores del sistema nervioso central en la infancia se relacionaron con la ocupació n del padre, sin especificar, en una fá brica de pasta o de papel (Kwa y Fine 1980). Los autores consideran esta observació n como un caso fortuito. Sin embargo, tambié n se han encontrado incrementos del riesgo en tres estudios posteriores (Johnson y cols. 1987; Nasca y cols. 1988; Kuijten, Bunin y Nass 1992). En estudios de Suecia y Finlandia, se han observado incrementos de dos a tres veces del riesgo de tumores cere- brales entre los trabajadores de fá bricas de pasta y de papel.

lunes, 14 de febrero de 2011

Cánceres hematológicos

La cuestió n de la presencia de linfomas entre los trabajadores de las fá bricas de pasta y de papel fue planteada inicialmente en un estudio realizado en Estados Unidos en el decenio de 1960, en el que se halló un incremento del javascript:void(0)cuádruplo de la enfermedad de Hodgkin (Milham y Hesser 1967). En un estudio posterior, se estudió la mortalidad entre los trabajadores de las fá bricas de pasta y de papel del estado de Washington entre 1950 y 1971, observá ndose un aumento al doble del riesgo tanto de la enfermedad de Hodgkin como de mieloma mú ltiple (Milham 1976). Este estudio fue seguido de otro en el que se analizó la mortalidad entre miembros de sindicatos de la pasta y el papel de Estados Unidos y Canadá (Milham y Demers, 1984). Se apreció un incre- mento al triple del riesgo de linfosarcoma y sarcoma reticular entre los trabajadores ocupados en operaciones al sulfito, mientras que en los trabajadores al sulfato había un riesgo cuatro veces mayor de enfermedad de Hodgkin. En un estudio de cohortes, se observó que los trabajadores al sulfato tenían un riesgo del doble de linfosarcoma y retículosarcoma (Robinson, Waxweiller y Fowler 1986).
En muchos de los estudios en los que se pudo investigar la existencia de linfomas malignos, se observó un incremento del riesgo (Wingren y col., 1991; Persson y cols. 1993). Puesto que este incremento del riesgo sucede tanto entre los trabajadores de fá bricas que utilizan el procedimiento al sulfito, como el procedi- miento al sulfato, todo apunta a una fuente de exposició n comú n. En los departamentos de clasificació n y astillado, las exposiciones son bastante similares. El personal está expuesto al polvo de la madera, terpenos y otros compuestos extraíbles de la madera. Ademá s, ambos procesos blanquean con cloro, que puede generar subproductos orgá nicos clorados, incluidas pequeñ as cantidades de dioxinas.
Comparados con los estudios sobre linfomas, los estudios sobre leucemias presentan pautas menos consistentes, y los riesgos estimados son menores.

domingo, 13 de febrero de 2011

PRODUCCION DE AVES DE CORRAL Y DE HUEVOS

La producción agrícola de aves que pesan 18 kg o menos incluye no sólo pollos, pavos, gansos y pintadas, sino también aves de caza, como perdices, codornices, urogallos y faisanes. Aunque algunas de estas aves se crían al aire libre, la mayor parte de la producción de aves de corral y huevos se produce en instalaciones de confinamiento o corrales especialmente diseñados. Las aves grandes que pesan entre 40 y 140 kg, como casuarios, ñandúes y avestruces, también se crían en granjas por su carne, huevos, piel, plumas y grasa. Pero debido a su mayor tamaño la mayor parte de estas aves, que se conocen en conjunto como rátidas, suelen criarse al aire libre en zonas valladas que contienen refugios para ellas.
Los pollos y pavos constituyen la mayor parte de las aves de corral que se producen en el mundo. Los agricultores de Estados Unidos producen al año un tercio de los pollos del mundo, más que los seis siguientes países productores de pollos juntos (Brasil, China, Japón, Francia, Reino Unido y España). Igualmente, más de la mitad de la producción mundial de pavos tiene lugar en los Estados Unidos, seguidos por Francia, Italia, Reino Unido y Alemania.
Aunque en Estados Unidos ya había producción comercial de pollo en 1880, la producción se aves de corral y huevos no se consideró como industria a gran escala hasta 1950 aproximada- mente. En 1900, un pollo pesaba un poco menos de un kilo a las
16 semanas. Antes de que la producción de aves de corral se convirtiera en industria, los pollos que se compraban para comer eran estacionales, y abundaban más al principio del verano. Las mejoras en las prácticas de alimentación, el uso del alimento para engorde, procesado y comercialización, el aloja- miento y el control de las enfermedades contribuyeron al creci- miento de la industria de las aves de corral. La disponibilidad de vitamina D artificial también fue una contribución fundamental. Todas estas mejoras lograron que la producción de pollo durara todo el año, que los periodos de producción fueran más cortos y que aumentara el número de aves alojadas a la vez, de sólo unos pocos cientos a varios miles. La producción de pollos tiernos (pollos de 7 semanas que pesan unos 2 kg) aumentó espectacularmente en Estados Unidos, de 143 millones de pollos en 1940, a 631 millones en 1950, a 1.800 millones en 1960
(Nesheim, Austic y Card 1979). Los agricultores estadounidenses produjeron unos 7.600 millones de pollos tiernos en 1996
(USDA 1997).
La producción de huevos también ha sufrido un aumento espectacular, similar al de la producción de pollos tiernos. A comienzos del siglo XX, una ponedora producía unos
30 huevos al año, la mayor parte en primavera. Hoy en día, la media anual por ponedora está por encima de los 250 huevos.
La cría de rátidas se dedica sobre todo al avestruz africano, al emú y al casuario australianos y al ñandú suramericano.
(La Figura 70.6 muestra un rebaño de avestruces, y la Figura 70.7, uno de emús). La cría de rátidas empezó en Sudáfrica al finales del siglo XIX, en respuesta a la moda del uso de las plumas de las alas y de la cola de los avestruces. Aunque las plumas de avestruz ya no decoran los sombreros ni la ropa, la producción comercial continúa no sólo en Sudáfrica, sino también en otros países africanos, como Namibia, Zimbabue y Kenia. También se crían rátidas en Australia, Alemania, Reino Unido, Italia, China y Estados Unidos. La popularidad de la carne de estas aves está creciendo porque se trata de carne roja con textura y sabor de ternera, pero con una nivel de grasas saturadas muy inferior

sábado, 12 de febrero de 2011

Ganado Porcino Medidas de prevención (II)

Es posible disminuir el riesgo de lesión musculosquelética por medio de la reducción de la exposición a traumatismos repetidos (haciendo descansos frecuentes o variando el tipo de faenas), y mejorando la postura, reduciendo los pesos que se levantan (con la ayuda de un compañero o de máquinas) y evitando los movimientos rápidos y bruscos.
Para controlar el polvo hay que reducir la densidad de la piara, para que la concentración de polvo sea menor. Además, los sistemas de alimentación automáticos deben ir metidos protegidos para contener el polvo. Pueden emplearse humidifi- cadores de agua, pero son ineficaces con el agua congelada y pueden contribuir a la supervivencia de bioaerosoles y a incrementar los niveles de toxinas. Los filtros y depuradoras de aire en el sistema de ventilación garantizan la limpieza de las partículas de polvo en el aire reciclado. Los respiradores son otra forma de controlar las exposiciones al polvo (Feddes y Barber 1994).
Hay que instalar troneras en los depósitos de estiércol para impedir que los gases peligrosos entren en los edificios de la explotación. Debe haber ventiladores eléctricos en los depósitos. Los trabajadores han de recibir formación sobre la forma segura de usar los plaguicidas y otras sustancias químicas, como los desinfectantes que se emplean en la producción de cerdos.
La limpieza, la vacunación, la cuarentena de los animales enfermos y la evitación de exposiciones son formas de controlar las zoonosis. Al tratar con cerdos enfermos, lleve guantes de goma. Toda persona que caiga enferma tras haber trabajado con cerdos debe acudir a un médico (Gillespie 1997).

viernes, 11 de febrero de 2011

Ganado Porcino Medidas de prevención (I)

Se han recomendado diversas medidas de seguridad para el manejo seguro de los cerdos (Gillespie 1997):
• Se debe evitar trabajar en el mismo recinto con los lechones y sus madres.
• Al manejar cerdos hay que utilizar algún obstáculo o protec- ción sólida para evitar las mordeduras y el caer al suelo empujado por el animal.
• Se le puede dar la vuelta a un cerdo colocándole un cesto que le cubra la cabeza.
• Hay que mantener a los niños alejados de las porquerizas e impedirles que alimenten a los lechones a través de las vallas.
• Debido a sus instintos gregarios, resulta más fácil separar a un grupo de cerdos de la piara que a un animal solo.
• Es posible trasladar a los cerdos de zonas oscuras a otras ilumi- nadas utilizando luz artificial. Cuando se les traslada de noche, ya sea usando pasillos o callejuelas, se debe colocar una luz en el punto de destino.
• Los pasillos de carga no han de tener más de 25 grados de inclinación.

jueves, 10 de febrero de 2011

Riesgo Industria Forestal

En Finlandia se han realizado trabajos prometedores sobre la percepción, evaluación y asunción de riesgos en la industria forestal. Sus hallazgos sugieren que los trabajadores desarrollan modelos internos acerca de sus trabajos que llevan al desarrollo de rutinas automáticas o semiautomáticas. La teoría de los modelos internos describe la actividad normal de un trabajador forestal, como el manejo de una motosierra o una máquina forestal, los cambios introducidos a través de la experiencia, las razones para dichos cambios y la creación de situaciones de riesgo (Kanninen 1986). Ha contribuido a dar una explicación coherente para muchos accidentes y a efectuar propuestas de prevención.
De acuerdo con esta teoría, los modelos internos evolucionan a niveles sucesivos a través de la experiencia. Kanninen (1986) ha sugerido que en el manejo de motosierras el modelo movi- miento-control es el más bajo en la jerarquía de este tipo de modelos, seguido por el modelo de manipulación de árboles y el modelo del ambiente de trabajo. Según esta teoría, los riesgos aparecen cuando el modelo interno del trabajador forestal se desvía de las necesidades objetivas de la situación: puede no estar suficientemente desarrollado, o contener factores de riesgo inherentes, o no utilizarse en un momento determinado (p. ej., a causa de la fatiga) o no existir un modelo que encaje con una situación inusual (p. ej., un vendaval). Cuando se produce una de estas situaciones, es probable que provoque un accidente.

En el desarrollo y utilización de modelos influyen la expe- riencia y la formación, lo cual puede explicar los resultados contradictorios de los estudios realizados sobre percepción y evaluación de riesgos en la revisión de Slappendel y cols. (1993). Los trabajadores forestales consideran en general que la asun- ción de riesgos forma parte de su trabajo. Cuando esta tendencia es pronunciada, la compensación del riesgo puede minar los esfuerzos por mejorar la seguridad en el trabajo. En estas situaciones, los trabajadores ajustan su comportamiento y vuelven a lo que aceptan como nivel de riesgo. Por ejemplo, ésta puede ser parte de la explicación a la eficacia limitada de los equipos de protección personal (EPP). Sabiendo que están prote- gidos por botas y pantalones a prueba de cortes, los trabajadores van más aprisa, aproximan el cuerpo más a la máquina y siguen el camino más corto en algunas situaciones incumpliendo con ello los reglamentos en materia de seguridad porque “les llevan demasiado tiempo”. Por lo común, la compensación del riesgo parece ser parcial. Es probable que existan diferencias entre trabajadores individuales y grupos, y que los factores de recom- pensa sean importantes para desencadenar la compensación del riesgo. Entre las recompensas cabría citar una menor incomo- didad (como no llevar ropa protectora agobiante en un clima caluroso) o beneficios financieros (como en los sistemas de remuneración a destajo), pero el reconocimiento social en una cultura machista también es un motivo concebible. La selección y la instrucción de los trabajadores y la organización del trabajo deben intentar minimizar los incentivos a la compensación del riesgo.