Es posible disminuir el riesgo de lesión musculosquelética por medio de la reducción de la exposición a traumatismos repetidos (haciendo descansos frecuentes o variando el tipo de faenas), y mejorando la postura, reduciendo los pesos que se levantan (con la ayuda de un compañero o de máquinas) y evitando los movimientos rápidos y bruscos.
Para controlar el polvo hay que reducir la densidad de la piara, para que la concentración de polvo sea menor. Además, los sistemas de alimentación automáticos deben ir metidos protegidos para contener el polvo. Pueden emplearse humidifi- cadores de agua, pero son ineficaces con el agua congelada y pueden contribuir a la supervivencia de bioaerosoles y a incrementar los niveles de toxinas. Los filtros y depuradoras de aire en el sistema de ventilación garantizan la limpieza de las partículas de polvo en el aire reciclado. Los respiradores son otra forma de controlar las exposiciones al polvo (Feddes y Barber 1994).
Hay que instalar troneras en los depósitos de estiércol para impedir que los gases peligrosos entren en los edificios de la explotación. Debe haber ventiladores eléctricos en los depósitos. Los trabajadores han de recibir formación sobre la forma segura de usar los plaguicidas y otras sustancias químicas, como los desinfectantes que se emplean en la producción de cerdos.
La limpieza, la vacunación, la cuarentena de los animales enfermos y la evitación de exposiciones son formas de controlar las zoonosis. Al tratar con cerdos enfermos, lleve guantes de goma. Toda persona que caiga enferma tras haber trabajado con cerdos debe acudir a un médico (Gillespie 1997).
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