Durante el procedimiento de concesión de licencias, cada instalación nuclear debe demostrar que la liberación de radiacti- vidad será inferior a los límites reglamentados, tanto en condiciones normales de servicio como en caso de avería o accidente. La prioridad es evitar los fallos y no limitarse a mitigar sus consecuencias, pero el diseño tiene que ser capaz de resolver los fallos si llegan a producirse a pesar de todas las precauciones. Ello exige la aplicación del más alto grado de control y de garantía de calidad a todos los equipos, funciones de construc- ción y operaciones. Las características de seguridad inherentes y las medidas técnicas de seguridad están diseñadas para evitar
y controlar los accidentes y contener y minimizar la liberación de materiales radiactivos.
En especial, la generación de calor y la capacidad de enfria- miento deben corresponderse en todo momento. En funcionamiento, el reactor se enfría bombeando refrigerante a través de unas tuberías conectadas al mismo, que lo hacen circular por la superficie de la camisa del combustible. Si se corta la corriente de las bombas o se produce una avería repentina en las tuberías de conexión, se interrumpirá el enfriamiento del combustible, lo que podría dar lugar a un rápido aumento de la temperatura del combustible, un posible fallo de la camisa del combustible y el escape de material radiactivo del combustible a la vasija del reactor. Una rápida parada de la reacción de fisión en cadena, junto con la posible activación de sistemas de refrigeración auxi- liares o de emergencia, evitará que se deteriore el combustible. Estas medidas de seguridad existen en todas las centrales nucleares.
Aun cuando se pare el reactor, la pérdida de la refrigeración y una avería en la instalación de refrigeración auxiliar o de emergencia podrían provocar el sobrecalentamiento del combustible debido a la producción constante de calor ocasionada por la desintegración de los productos de fisión en el combustible, como se indica en la Figura 76.2. Aunque el calor de desintegración es sólo del 1 % o el 2 % de la producción de calor a plena potencia, si no se elimina, la temperatura del combustible puede alcanzar niveles de fallo en cuestión de minutos desde el momento de la pérdida total de la refrigeración. El principio de seguridad en materia de diseño de centrales nucleares exige que se evalúen minuciosamente todas las circunstancias que puedan provocar sobrecalentamiento y deterioro del combustible y la liberación de materiales radiactivos del mismo y que se eviten por medio de sistemas técnicos de control y protección.
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