En los Estados Unidos, un confinamiento típico es un corral largo (60 a 150 m), estrecho (9 a 15 m) de una sola planta con el suelo cubierto por un lecho (a base de una capa de viruta de madera, turba de musgo o serrín). Los dos extremos de la instalación tienen grandes puertas, y a los dos lados corren cortinas hasta media pared, cubriendo toda la longitud de la estructura. Los sistemas de aporte de agua (llamados bebederos) y los sistemas automáticos de alimentación se sitúan cerca del suelo y ocupan toda la longitud del corral. También hay grandes ventiladores de 1,2 m de diámetro para que las aves estén cómodas. Una de las faenas cotidianas del avicultor consiste en mantener condiciones ambientales aceptables para las aves, garantizando el continuo flujo de alimento y agua, y recogiendo y eliminando los animales muertos.
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