El funcionamiento de las centrales termoeléctricas alimentadas con carbón comprende una serie de operaciones que pueden exponer a los trabajadores a lesiones traumáticas y a peligrosos agentes físicos y químicos. Es posible controlar estos riesgos con un buen diseño, una buena información de los trabajadores y la planificación del trabajo. Un buen diseño es la garantía de que todos los componentes cumplen las normativas pertinentes de integridad y seguridad de funcionamiento. También de que la distribución de los equipos permite un manejo y mantenimiento de los mismos con seguridad gracias a un fácil acceso. Unos trabajadores bien informados son conscientes de los riesgos que pueden correr en el lugar de trabajo, lo que les permite elaborar planes para atajar los riesgos efectivamente encontrados. Dichos planes comprenden la identificación de los riesgos y la aplicación de los controles convenientes, que pueden consistir en una combi- nación de cortes de corriente, barreras físicas y equipos de protec- ción personal. El análisis de la experiencia adquirida en materia de accidentes demuestra que las centrales modernas tienen un funcionamiento seguro en comparación con otras industrias mecánicas pesadas. Del personal que trabaja en las centrales, los empleados que sufren el mayor número de accidentes con baja laboral son los operarios de mantenimiento. Entre las lesiones más frecuentes se encuentran los esguinces y torceduras de los tejidos blandos del cuerpo, siendo las lesiones de espalda las más corrientes. También se observan enfermedades laborales asociadas a la exposición crónica al ruido y, ocasionalmente, al amianto.
El funcionamiento de una central eléctrica moderna puede dividirse en una serie de operaciones.
El funcionamiento de una central eléctrica moderna puede dividirse en una serie de operaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario