La generación de energía hidroeléctrica está considerada respe- tuosa con el medio ambiente. Por supuesto, las ventajas que ofrece a la sociedad en términos de suministro de energía y estabilización de los caudales de agua son muy importantes. Pero no deja de tener un coste ecológico, que en los últimos años ha sido objeto de un reconocimiento y una atención cada vez mayores por parte de la opinión pública. Por ejemplo, ahora se sabe que la inundación de grandes áreas de tierra y roca con agua ácida produce la lixiviación de los metales contenidos en las mismas. Se ha observado bioacumulación de mercurio en los peces captu- rados en aguas de estas áreas inundadas.
La inundación también modifica los patrones de turbulencia del agua así como el nivel de oxigenación. Ambas cosas pueden tener graves efectos ecológicos. Por ejemplo, en los ríos repre- sados no puede tener lugar la migración de los salmones. Esta desaparición se debe, en parte, a que los peces no pueden localizar o atravesar el camino al nivel de agua superior. Además, el agua se parece más a la de un lago que a la de un río, y el agua estancada de un lago no es compatible con la migración del salmón.
La inundación también destruye el hábitat de los peces y puede desmantelar las zonas de cría de los insectos que sirven de alimento a los peces y otros organismos. En algunos casos, la inundación anega productivos terrenos agrícolas y forestales. La inundación de grandes áreas también ha provocado inquietud por el cambio climático y otros cambios del equilibrio ecológico. La retención de agua dulce cuyo destino era mezclarse con una masa de agua salada también plantea el problema de los posibles cambios de salinidad.
La inundación también modifica los patrones de turbulencia del agua así como el nivel de oxigenación. Ambas cosas pueden tener graves efectos ecológicos. Por ejemplo, en los ríos repre- sados no puede tener lugar la migración de los salmones. Esta desaparición se debe, en parte, a que los peces no pueden localizar o atravesar el camino al nivel de agua superior. Además, el agua se parece más a la de un lago que a la de un río, y el agua estancada de un lago no es compatible con la migración del salmón.
La inundación también destruye el hábitat de los peces y puede desmantelar las zonas de cría de los insectos que sirven de alimento a los peces y otros organismos. En algunos casos, la inundación anega productivos terrenos agrícolas y forestales. La inundación de grandes áreas también ha provocado inquietud por el cambio climático y otros cambios del equilibrio ecológico. La retención de agua dulce cuyo destino era mezclarse con una masa de agua salada también plantea el problema de los posibles cambios de salinidad.
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