En la siembra y cuidado de los cultivos es esencial asegurar que los aperos de siembra o de arado se mueven en línea recta y que los tractores siguen las rodadas o el centro de la hilera.
En general, estas actividades obligan al conductor a trabajar en posiciones poco confortables e implican una considerable tensió n nerviosa y emocional debido a la visibilidad restringida en el á rea de trabajo, lo que da lugar a una rá pida fatiga.
La disposició n de las má quinas sembradoras y su preparació n para el uso, así como la necesidad de trabajo manual auxiliar, especialmente la manipulación de los materiales, pueden implicar cargas físicas considerables.
La amplia distribución geográ fica de las variedades de cereales implica una gran diversidad de condiciones meteorológicas durante la siembra. La siembra de cereales de invierno puede hacerse, por ejemplo, cuando la temperatura exterior varía de 3-10 C a 30–35 C. Los cereales de primavera se siem- bran cuando la temperatura exterior varía de 0 C a 15–20 C.
Las temperaturas en las cabinas del tractor sin aire acondicionado pueden ser muy altas en las regiones en las que el clima es suave y cá lido.
En las zonas templadas, las condiciones microclimá ticas de las cabinas son en general favorables durante la siembra de cultivos como la remolacha, el maíz o el girasol. El cultivo se realiza cuando la temperatura exterior es alta y la radiación solar intensa. La temperatura en las cabinas sin aire acondicionado puede llegar a 40 C e incluso má s. Los conductores pueden trabajar en condiciones poco confortables durante un 40 al 70 % del tiempo de funcionamiento.
En las operaciones de preparació n del suelo se remueve é ste considerablemente, lo que provoca la formación de polvo. Las concentraciones má ximas de polvo en el aire de la zona de respiración no deben exceder de 10 a 20 mg/m3. El polvo es inorgá nico en un 90 %, y contiene una gran cantidad de sílice libre. Los niveles de ruido y vibración en la cabina del conductor son algo menores que los existentes durante el cultivo.
Durante la siembra y el cultivo, los trabajadores pueden estar expuestos a abonos, fertilizantes químicos y plaguicidas. Cuando no se siguen las normas de seguridad para manipular estos materiales, o si las má quinas no funcionan adecuadamente, la concentración de los materiales peligrosos en la zona de respiració n puede sobrepasar los valores permisibles.
En general, estas actividades obligan al conductor a trabajar en posiciones poco confortables e implican una considerable tensió n nerviosa y emocional debido a la visibilidad restringida en el á rea de trabajo, lo que da lugar a una rá pida fatiga.
La disposició n de las má quinas sembradoras y su preparació n para el uso, así como la necesidad de trabajo manual auxiliar, especialmente la manipulación de los materiales, pueden implicar cargas físicas considerables.
La amplia distribución geográ fica de las variedades de cereales implica una gran diversidad de condiciones meteorológicas durante la siembra. La siembra de cereales de invierno puede hacerse, por ejemplo, cuando la temperatura exterior varía de 3-10 C a 30–35 C. Los cereales de primavera se siem- bran cuando la temperatura exterior varía de 0 C a 15–20 C.
Las temperaturas en las cabinas del tractor sin aire acondicionado pueden ser muy altas en las regiones en las que el clima es suave y cá lido.
En las zonas templadas, las condiciones microclimá ticas de las cabinas son en general favorables durante la siembra de cultivos como la remolacha, el maíz o el girasol. El cultivo se realiza cuando la temperatura exterior es alta y la radiación solar intensa. La temperatura en las cabinas sin aire acondicionado puede llegar a 40 C e incluso má s. Los conductores pueden trabajar en condiciones poco confortables durante un 40 al 70 % del tiempo de funcionamiento.
En las operaciones de preparació n del suelo se remueve é ste considerablemente, lo que provoca la formación de polvo. Las concentraciones má ximas de polvo en el aire de la zona de respiración no deben exceder de 10 a 20 mg/m3. El polvo es inorgá nico en un 90 %, y contiene una gran cantidad de sílice libre. Los niveles de ruido y vibración en la cabina del conductor son algo menores que los existentes durante el cultivo.
Durante la siembra y el cultivo, los trabajadores pueden estar expuestos a abonos, fertilizantes químicos y plaguicidas. Cuando no se siguen las normas de seguridad para manipular estos materiales, o si las má quinas no funcionan adecuadamente, la concentración de los materiales peligrosos en la zona de respiració n puede sobrepasar los valores permisibles.
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