Los estudios dedicados a la seguridad y la salud de los plantadores silvícolas son escasos en todo el mundo. La plantación de árboles a escala industrial, aunque aparentemente bucólica, es fatigosa y peligrosa. Un estudio pionero en este campo, realizado por Smith (1987) en la Columbia Británica, reveló que el 90 % de los 65 plantadores entrevistados habían sufrido una enfermedad, lesión o accidente durante toda una vida de trabajo en planta- ciones silvícolas. En un estudio similar realizado por el IRSST (Instituto para la Seguridad y la Salud en el Trabajo) de Quebec (Giguère y cols. 1991, 1993), 24 de cada 48 plantadores silvícolas declararon haber sufrido una lesión relacionada con su trabajo a lo largo de su vida profesional en este campo. En Canadá, 15 plantadores silvícolas fallecieron entre 1987 y 1991 por las siguientes causas relacionadas con su trabajo: accidentes de tráfico (7), animales salvajes (3), rayos (2), incidentes durante el alojamiento (incendio, asfixia: 2) e insolación (1).
Aunque escasas y realizadas con un pequeño número de trabajadores, las pocas investigaciones de indicadores fisiológicos de esfuerzo físico (frecuencia cardíaca, parámetros de hematoLogía sanguínea, elevada actividad de enzimas séricas) conclu- yeron todas ellas que la plantación de árboles es una ocupación muy fatigosa tanto en términos de esfuerzo cardiovascular como musculosquelético (Trites, Robinson y Banister 1993; Robinson Trites y Banister 1993; Giguère y cols. 1991; Smith 1987). Banister, Robinson y Trites (1990) definieron el “agotamiento del plantador”, un síndrome derivado de una deficiencia hema- tológica y caracterizado por la presencia de somnolencia, debilidad y mareos, parecido al “síndrome de agotamiento suprarrenal” o “anemia deportiva” que desarrollan los atletas en sus entrenamientos. (Para conocer datos sobre cargas de trabajo en Chile, véase Apud y Valdés 1995; en Pakistán, véase Saarilahti y Asghar 1994).
Aunque escasas y realizadas con un pequeño número de trabajadores, las pocas investigaciones de indicadores fisiológicos de esfuerzo físico (frecuencia cardíaca, parámetros de hematoLogía sanguínea, elevada actividad de enzimas séricas) conclu- yeron todas ellas que la plantación de árboles es una ocupación muy fatigosa tanto en términos de esfuerzo cardiovascular como musculosquelético (Trites, Robinson y Banister 1993; Robinson Trites y Banister 1993; Giguère y cols. 1991; Smith 1987). Banister, Robinson y Trites (1990) definieron el “agotamiento del plantador”, un síndrome derivado de una deficiencia hema- tológica y caracterizado por la presencia de somnolencia, debilidad y mareos, parecido al “síndrome de agotamiento suprarrenal” o “anemia deportiva” que desarrollan los atletas en sus entrenamientos. (Para conocer datos sobre cargas de trabajo en Chile, véase Apud y Valdés 1995; en Pakistán, véase Saarilahti y Asghar 1994).
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