El cultivo de la tierra (arado, grada, binado, grada de disco, etc. es importante y constituye la etapa preliminar de la producció n de la cosecha que requiere un trabajo má s intenso. Estas operaciones suponen el 30 % de los trabajos de plantación y cultivo.
Por lo general, el arado del suelo genera polvo. La naturaleza de éste es variable, y depende de las condiciones meteoroló gicas, la estación, el tipo de trabajo, el tipo de suelo, etc. La concentración de polvo en la cabina del tractor puede variar de algunos mg/m3 a centenares de mg/m3, en función sobre todo del cierre de la cabina. En un 60 a un 65 % de los casos se supera el nivel de polvo total permisible; los niveles permisibles de polvo respirable (menor o igual a 5 micras) se sobrepasan durante el 60 al 80 % del tiempo (vé ase la Figura 64.11). El contenido de sílice del polvo varía del 0,5 al 20 % (Kundiev 1983).
El cultivo implica la realización de operaciones que consumen energía, especialmente durante el arado, y requiere una movilización considerable de los recursos de energía de las má quinas, generá ndose niveles considerables de ruido en el lugar donde se sienta el conductor. Estos niveles de ruido llegan a 86 a 90 dBA e incluso má s, creando un riesgo considerable de trastornos auditivos.
Por lo general, los niveles de vibració n del cuerpo entero en el asiento del conductor pueden ser muy altos, sobrepasando los niveles establecidos por la Organización Internacional de Normalizació n (ISO 1985) para los límites de rendimiento disminuido por la fatiga y frecuentemente para el límite de exposición.
El suelo se prepara sobre todo a principios de la primavera y en otoñ o, de forma que el microclima de las cabinas en zonas templadas en las máquinas sin aire acondicionado no supone un problema para la salud, a excepción de los días calurosos.
Por lo general, el arado del suelo genera polvo. La naturaleza de éste es variable, y depende de las condiciones meteoroló gicas, la estación, el tipo de trabajo, el tipo de suelo, etc. La concentración de polvo en la cabina del tractor puede variar de algunos mg/m3 a centenares de mg/m3, en función sobre todo del cierre de la cabina. En un 60 a un 65 % de los casos se supera el nivel de polvo total permisible; los niveles permisibles de polvo respirable (menor o igual a 5 micras) se sobrepasan durante el 60 al 80 % del tiempo (vé ase la Figura 64.11). El contenido de sílice del polvo varía del 0,5 al 20 % (Kundiev 1983).
El cultivo implica la realización de operaciones que consumen energía, especialmente durante el arado, y requiere una movilización considerable de los recursos de energía de las má quinas, generá ndose niveles considerables de ruido en el lugar donde se sienta el conductor. Estos niveles de ruido llegan a 86 a 90 dBA e incluso má s, creando un riesgo considerable de trastornos auditivos.
Por lo general, los niveles de vibració n del cuerpo entero en el asiento del conductor pueden ser muy altos, sobrepasando los niveles establecidos por la Organización Internacional de Normalizació n (ISO 1985) para los límites de rendimiento disminuido por la fatiga y frecuentemente para el límite de exposición.
El suelo se prepara sobre todo a principios de la primavera y en otoñ o, de forma que el microclima de las cabinas en zonas templadas en las máquinas sin aire acondicionado no supone un problema para la salud, a excepción de los días calurosos.
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