miércoles, 6 de mayo de 2015

CULTIVO DE TABACO (VII)

El color de las hojas curadas y su uniformidad dentro de un mismo lote son características importantes utilizadas por los compradores para seleccionar las hojas de tabaco con fines espe- cíficos. Por ello los cultivadores de tabaco suelen separar manualmente las hojas con colores no deseados (especialmente verde, negro y marró n) antes de poner el tabaco a la venta (vé ase la Figura 64.32). En la mayoría de los países, los tabacos curados se clasifican en lotes homogé neos en cuanto a color, tamañ o, textura y otras características visuales de las hojas (vé ase la Figura 64.33). En algunos países del sur de Africa, donde la mano de obra es abundante y barata y la mayoría de la produc- ció n se exporta, una cosecha puede dividirse en 60 o má s lotes (es decir, grupos) antes de venderse (Figura 64.33). La mayoría de los tipos de tabaco se empaquetan en balas que pesan entre 50 y 60 kg (100 kg en Zimbabwe) y se entregan al comprador ya curados (vé ase la Figura 64.34). En Estados Unidos, el tabaco curado al humo se vende en hojas de arpillera que pesan unos 100 Kg, aunque en la actualidad se está evaluando el uso de balas con un peso superior a 200 kg. En la mayoría de los países, el tabaco se produce y vende de acuerdo con el contrato cele- brado entre el productor y el comprador, con unos precios predeterminados para las distintas categorías. En algunos países que son grandes productores de tabaco, la producció n anual está controlada por el gobierno o está sujeta a negociació n entre el productor y el comprador, y el tabaco se vende mediante un sistema de subasta con (Estados Unidos y Canadá ) o sin (Zimbabwe) precios mínimos establecidos para las distintas categorías. En Estados Unidos, el tabaco curado al humo o Burley que no consigue venderse es adquirido por cooperativas de los cultivadores para evitar que los precios se derrumben y vendido despué s a compradores nacionales o extranjeros. Aunque algunos sistemas de comercializació n han sido mecanizados en su mayor parte, como en Zimbabwe (segú n se indica en la Figura 64.35), sigue necesitá ndose una cantidad considerable de mano de obra manual para descargar y presentar el tabaco en el punto de venta, retirarlo de allí y cargarlo y transportarlo hasta la planta de transformació n del comprador.

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