Del área de clasificación, las aves pasan colgadas a diversos procesos, máquinas y líneas de producción en una zona de la fábrica denominada de elaboración secundaria o posterior. Algunas máquinas son alimentadas manualmente con opera- ciones en las que se han de utilizar las dos manos. Otros equipos europeos más modernos, situados en ubicaciones independientes, pueden separar los muslos y las alas y dividir la pechuga sin la intervención del trabajador. De nuevo en este caso, la homogeneidad del tamaño y del peso de las aves es esencial para un funcionamiento eficaz de estos equipos automáticos. Las hojas circulares rotatorias deben cambiarse todos los días.
Los técnicos y los operarios de mantenimiento cualificados deben permanecer atentos al comportamiento de los equipos. El acceso a los mismos para su ajuste, mantenimiento e higiene debe ser frecuente, utilizando escaleras fijas, no de mano, y plataformas de trabajo considerables. Al cambiar las cuchillas, deben tomarse precauciones debido al carácter resbaladizo de las mismas por la presencia de grasa. Para proteger la mayor parte de la mano, deben utilizarse guantes especiales resistentes al corte y al deslizamiento, mientras que las puntas de los dedos pueden emplearse para manipular las herramientas, pernos y tuercas aplicados a la sustitución.
La evolución de los gustos de los consumidores han afectado al proceso productivo. En algunos casos, los productos (p. ej., muslos y pechuga) deben comercializarse sin piel. Se han desarrollado equipos para retirarla y evitar que los trabajadores deban realizar esta operación manualmente. No obstante, a medida que se incorporan equipos automatizados y se reestruc- turan las líneas de producción, empeoran las condiciones de espacio y comodidad a las que se enfrentan los trabajadores para maniobrar gatos, transportar cargas o contenedores de plástico de producto congelado con pesos superiores a 27 kg por suelos resbaladizos y húmedos.
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