domingo, 25 de marzo de 2012

RIESGOS (III)

Se precisan excelentes capacidades de control de la radiación para proteger adecuadamente a los trabajadores que acceden a las áreas de radiación durante estos períodos. Como muchos trabajadores contratados pueden entrar en una central nuclear durante una parada y desplazarse después a otra central, es necesario mantener una estrecha coordinación entre las autori- dades reguladoras e industriales para controlar la exposición total anual de un trabajador determinado.
Los sistemas de transmisión y distribución comparten algunos de los peligros de la central nuclear, pero se caracterizan además por exposiciones laborales exclusivas. Las enormes tensiones e intensidades intrínsecas del sistema crean una predisposición a choques eléctricos y quemaduras mortales cuando los trabaja- dores ignoran los procedimientos de seguridad o están inadecua- damente protegidos. Si los transformadores se sobrecalientan, pueden incendiarse y explotar, liberando aceite y posiblemente PCB y sus productos de descomposición.
Las subestaciones eléctricas comparten con las centrales nucleares la posibilidad de una exposición a materiales aislantes,
a los CEM y a los riesgos de los espacios cerrados. En el sistema de distribución, las operaciones de corte, quema y empalme de cables eléctricos exponen a los trabajadores al plomo y a otros metales tanto en forma de polvo como de humos. Las estruc- turas subterráneas que soportan el sistema también deben consi- derarse espacios cerrados con posibles riesgos. El pentaclofenol, un pesticida utilizado para la conservación de los postes de madera de las líneas eléctricas, representa un riesgo exclusivo del sistema de distribución.
Finalmente, los lectores de contadores y los trabajadores al aire libre pueden verse expuestos a la violencia callejera; este conjunto de trabajadores se han visto afectados por muertes producidas en intentos de robo.

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