Los trabajadores de casi todas las áreas de la serrería pueden verse expuestos a la proyección de material en partículas. Las operaciones de descortezado prácticamente no producen serrín, ya que el objetivo es dejar la madera intacta, pero sí es posible que el aire contenga tierra, cortezas y agentes biológicos en suspensión, tales como bacterias y hongos. Los trabajadores de casi todas las áreas de aserrado, astillado y cepillado pueden verse expuestos al polvo de madera. El calor generado por estas operaciones puede provocar exposición a los elementos volátiles de la madera, como los monoterpenos, aldehídos, cetonas y otros, que varían en función de la especie de árbol y de la temperatura. Algunos de los trabajadores más expuestos al serrín son los que utilizan aire comprimido para limpiar. Los que trabajan cerca de los secaderos se ven expuestos a los elementos volátiles de la madera. Además, pueden darse exposiciones a bacterias y hongos patógenos, que se desarrollan a temperaturas inferiores a 70 C. Existe también el peligro de exposición a bacterias y hongos durante la manipulación de astillas y desechos de la madera, y durante el transporte de los troncos en el patio del almacén.
Existen controles técnicos viables, como una ventilación por aspiración localizada, para controlar los niveles de contaminantes suspendidos en el aire, y es posible combinar medidas para controlar el ruido y el polvo. Así, las cabinas cerradas reducen la exposición tanto al ruido como al serrín (y previenen lesiones oculares y de otro tipo). Sin embargo, sólo protegen al operario encerrado en ellas, y es preferible controlar la exposición en origen aislando las operaciones, sobre todo las de cepillado. En algunas fábricas se aplican métodos de limpieza por aspiración y mojado, habitualmente por los contratistas de limpieza, pero no son de uso general. La exposición a hongos y bacterias puede controlarse reduciendo o aumentando las temperaturas de los secaderos y tomando otras medidas para eliminar las condiciones propicias al desarrollo de estos microorganismos.
En las serrerías existen otras exposiciones potencialmente peligrosas. Es posible quedar expuesto a frío y calor extremos cerca de los puntos por donde los materiales entran o salen de la nave, y el calor es también un riesgo en las zonas de secaderos. Otro factor de riesgo es el alto nivel de humedad al serrar troncos mojados. La exposición a los fungicidas se produce prin- cipalmente por vía cutánea y puede darse si se manejan los tableros mientras todavía están mojados durante la clasificación y otras operaciones. Al manejar tableros mojados con fungicidas, deben utilizarse guantes y delantales apropiados. En las operaciones de pulverizado debe utilizarse ventilación por aspiración localizada con cortinas de pulverización y eliminadores de aerosoles y nieblas. Los equipos móviles utilizados para trasladar troncos y madera de un almacén a otro y para cargar los semi- rremolques o vagones de ferrocarril pueden provocar exposición al monóxido de carbono y a otros productos de la combustión. Los afiladores de sierras pueden verse expuestos a niveles peligrosos de humos y polvos, como los de cobalto, cromo y plomo procedente de las operaciones de amolado y soldadura. Es necesario instalar defensas en la maquinaria y ventilación por aspiración localizada.
Existen controles técnicos viables, como una ventilación por aspiración localizada, para controlar los niveles de contaminantes suspendidos en el aire, y es posible combinar medidas para controlar el ruido y el polvo. Así, las cabinas cerradas reducen la exposición tanto al ruido como al serrín (y previenen lesiones oculares y de otro tipo). Sin embargo, sólo protegen al operario encerrado en ellas, y es preferible controlar la exposición en origen aislando las operaciones, sobre todo las de cepillado. En algunas fábricas se aplican métodos de limpieza por aspiración y mojado, habitualmente por los contratistas de limpieza, pero no son de uso general. La exposición a hongos y bacterias puede controlarse reduciendo o aumentando las temperaturas de los secaderos y tomando otras medidas para eliminar las condiciones propicias al desarrollo de estos microorganismos.
En las serrerías existen otras exposiciones potencialmente peligrosas. Es posible quedar expuesto a frío y calor extremos cerca de los puntos por donde los materiales entran o salen de la nave, y el calor es también un riesgo en las zonas de secaderos. Otro factor de riesgo es el alto nivel de humedad al serrar troncos mojados. La exposición a los fungicidas se produce prin- cipalmente por vía cutánea y puede darse si se manejan los tableros mientras todavía están mojados durante la clasificación y otras operaciones. Al manejar tableros mojados con fungicidas, deben utilizarse guantes y delantales apropiados. En las operaciones de pulverizado debe utilizarse ventilación por aspiración localizada con cortinas de pulverización y eliminadores de aerosoles y nieblas. Los equipos móviles utilizados para trasladar troncos y madera de un almacén a otro y para cargar los semi- rremolques o vagones de ferrocarril pueden provocar exposición al monóxido de carbono y a otros productos de la combustión. Los afiladores de sierras pueden verse expuestos a niveles peligrosos de humos y polvos, como los de cobalto, cromo y plomo procedente de las operaciones de amolado y soldadura. Es necesario instalar defensas en la maquinaria y ventilación por aspiración localizada.
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