lunes, 5 de enero de 2009

CUESTIONES AMBIENTALES Y DE SALUD PUBLICA (II)

Los espacios confinados, como tanques, barriles, tinajas, fosos de aguas residuales y tanques de almacenamiento o de mezcla, utilizados frecuentemente en las instalaciones de la industria de bebidas, pueden causar dañ os catastróficos. Este asunto no ha sido objeto de una atención suficiente por parte del personal directivo de la industria de bebidas, pues se considera que la mayor parte de los tanques están “limpios” y los accidentes ocurren con poca frecuencia. Aunque las lesiones en los distintos tipos de tanques utilizados en las fá bricas de bebidas son raras, puede producirse un incidente grave al introducir materiales peligrosos durante las operaciones de limpieza o como conse- cuencia de anomalías atmosfericas, desencadenando un desenlace fatal. (Vé ase el recuadro sobre espacios confinados.)
La mayoría de las instalaciones de fabricació n de bebidas tienen zonas de almacenamiento de materias primas y de producto terminado. El equipo de manipulación de material autopropulsado representa una seria amenaza tanto en las plantas de producción como en cualquier almacén. Las lesiones má s comunes que producen las elevadoras-transportadoras de horquilla y equipo similar son el aplastamiento de peatones o del conductor si el vehículo se da la vuelta. Las plantas de producción con frecuencia se quedan pequeñ as a medida que aumenta la capacidad de producció n del equipo existente. Estas condiciones de espacio insuficiente conducen a accidentes graves con el equipo de manipulació n del material.
La producció n de bebidas requiere agua pura y sistemas de refrigeració n. Las sustancias químicas má s utilizadas para satisfacer estos requisitos son el cloro y el amoniaco líquido anhidro, respectivamente, y ambas se consideran sustancias extremada- mente nocivas. Con frecuencia, el cloro se adquiere y se alma- cena en cilindros metálicos a presión de varios tamañ os. El personal puede lesionarse al sustituir un cilindro por otro o por la existencia de fugas o válvulas defectuosas. La liberació n accidental de amoniaco anhidro puede causar quemaduras en la piel y en el sistema respiratorio. Una liberació n grande e incontrolada de amoniaco anhidro produce concentraciones en el aire suficientemente importantes para explotar violentamente. A menudo, se utilizan sistemas de emergencia para detectar fugas y mecanismos de ventilació n automá tica, así como equipos barrera, junto con procedimientos de evacuació n y respuesta. El cloro y el amoniaco anhidro son sustancias químicas de olor fuerte e identificable y se pueden detectar fá cilmente en el aire. Se considera que estas propiedades son bastante perceptibles para alertar a los trabajadores de su presencia.
El dió xido de carbono, el má s utilizado para la aplicación de presió n y para la carbonatación, y el monó xido de carbono emitido por la combustión interna de los motores, está n presentes en la mayor parte de las fá bricas de bebidas. Las zonas de llenado suelen ser las má s propensas a tener altos niveles de dió xido de carbono, especialmente durante los procedimientos de cambio del producto. Las compañ ías de bebidas han incrementado la gama de productos que ofrecen al pú blico, de modo que los cambios son más frecuentes y aumenta la necesidad de ventilación aspirante del dió xido de carbono. El monó xido de carbono se encuentra en las elevadoras de horquilla o equipo similar. Se puede acumular una concentració n peligrosa si los motores no trabajan de acuerdo con las especificaciones de los fabricantes.

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