lunes, 10 de septiembre de 2007

Problemas ambientales y de salud pública (II)

Desde finales del decenio de 1930, la ayuda federal de Estados Unidos ha canalizado millones de dólares hacia la investigación sobre la fauna, la conservación, la gestión y la educación de los cazadores. Uno de los resultados de estos esfuerzos es que las poblaciones de animales silvestres utilizadas activamente por cazadores y tramperos gozan ahora de una relativa buena salud y son capaces de sostener los usos para consumo. La experiencia de la ayuda federal indica que cuando la fauna cuenta con el respaldo de una comunidad dispuesta a pagar los costes de investigación y gestión, el futuro de esas especies es relativamente brillante. Por desgracia, no ocurre así en el caso de numerosos ecosistemas y especies silvestres de todo el mundo. A medida que nos aproximamos a un nuevo siglo, la alteración de los hábitat y la extinción de las especies se nos aparecen como problemas de conservación muy evidentes.
El otro desafío pendiente es la controversia sobre los derechos de los animales. ¿Son la caza normal y la caza con cepo, sobre todo con fines recreativos o no de subsistencia, activi- dades socialmente aceptables en un mundo que entrará en el siglo XXI con una población creciente y recursos cada vez más limitados? Este debate social se ha intensificado en las últimas décadas. Un aspecto positivo del diálogo es que quienes participan en estas actividades han tenido que esforzarse por mejorar la fundamentación de sus posturas y por mantener grados elevados de rendimiento de sus actividades de caza normal y caza con cepo. Las actividades que ofendían la sensibilidad del público en general, como la matanza a palos de las crías de foca en la costa de Terranova, se han suprimido en ocasiones, en este caso concreto con un enorme coste social y económico para los habitantes de Terranova, que han participado durante siglos en tales actividades. La amenaza reciente de las comunidades europeas de prohibir la importación de pieles capturadas por cepos de presa en la pata de acero ha intensificado la búsqueda de métodos prácticos y más humanitarios de matar a ciertos animales de pelo. Esa misma prohibición propuesta supone una amenaza para una forma de vida de subsistencia que ha existido durante mucho tiempo en la Norteamérica rural. (Para más detalles, véase Hercovici 1985).

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