sábado, 15 de septiembre de 2007

Accidentes mortales en el trabajo forestal (II)

En el trabajo forestal pueden resultar heridas casi todas las partes del cuerpo, pero las lesiones suelen concentrarse en piernas, pies, espalda y manos, aproximadamente por ese orden. Los cortes y las heridas abiertas son el tipo de lesión más común en el trabajo con motosierras, mientras que en la saca por arrastre predominan las contusiones, aunque también se producen fracturas y dislocaciones.
Dos situaciones en las que se multiplica el ya alto riesgo de sufrir accidentes graves en el aprovechamiento forestal son los árboles “suspendidos” y los árboles derribados por el viento. La fuerza del viento somete a tensión los pies maderables, con lo que se precisan técnicas de corte adaptadas a esa función (véase FAO/CEPE/OIT 1996a; FAO/OIT 1980; y OIT 1998). Los árboles suspendidos son los que, una vez cortados por el pie, no han caído al suelo porque la copa se ha enredado con otros árboles. Son muy peligrosos, hasta el punto de que en algunos países se dice de ellos que “van dejando viudas” debido al gran número de fallecimientos que causan. Para bajar estos árboles con seguridad es preciso ayudarse de utillajes como cabrestantes y ganchos giratorios. En ningún caso debe permitirse el apeo de otros árboles sobre uno suspendido con la idea de tirarlo. Es una práctica conocida en algunos países como “arrastre”, y resulta muy peligrosa.
Los riesgos de accidente están en función no sólo de la tecnología que se utilice y del grado de exposición que comporte el trabajo, sino también de otros factores. En casi todos los casos de los que se disponen datos, existe una diferencia muy significativa entre los segmentos de trabajadores. Los profesionales del trabajo forestal a tiempo completo empleados directamente por una empresa forestal se ven mucho menos afectados que los granjeros, los autónomos o los contratistas. En Austria, los gran- jeros que explotan los bosques estacionalmente sufren el doble de accidentes por millón de metros cúbicos cortados que los trabajadores profesionales (Sozialversicherung der Bauern 1990), mientras que en Suecia llegan a sufrir el cuádruple. En Suiza, los trabajadores empleados en los bosques públicos sólo sufren la mitad de accidentes que los empleados por empresas contratistas, sobre todo en el caso de la contratación de temporeros y de inmigrantes (Wettmann 1992).
La mayor mecanización del aprovechamiento forestal ha tenido consecuencias muy positivas para la seguridad laboral. Los operarios de las máquinas están bien protegidos en cabinas con defensas y los riesgos de accidente han disminuido de manera notable; sufren menos del 15 % de los accidentes que afectan a los operarios de motosierras para obtener la misma cantidad de madera. En Suecia, estos trabajadores sufren una cuarta parte de los accidentes que afectan a los operarios profe- sionales de motosierras.

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