El trabajo al aire libre, sujeto a condiciones climáticas, es tanto positivo como negativo para el trabajador forestal. El aire fresco en un clima agradable está muy bien, pero en condiciones desfavorables pueden surgir problemas.
Trabajar en un clima caliente pone presión al trabajador forestal que realiza trabajos pesados. Entre otras cosas, la frecuencia cardíaca aumenta para mantener la temperatura corporal baja. Sudar conlleva la pérdida de fluidos corporales. El trabajo pesado a altas temperaturas supone que un trabajador puede necesitar beber 1 litro de agua por hora para mantener el equilibrio de los fluidos corporales.
En un clima frío, los músculos no funcionan bien. Aumenta el riesgo de sufrir lesiones musculosqueléticas y accidentes.
Además, el gasto energético aumenta notablemente, ya que sólo mantenerse caliente cuesta mucha energía.
Las condiciones lluviosas, sobre todo en combinación con el frío, entrañan un mayor riesgo de accidente, ya que es más difícil sujetar las herramientas. También suponen un enfriamiento del cuerpo aún mayor.
Para que el trabajador forestal se mantenga caliente y seco es esencial que disponga de ropa adecuada para diferentes condiciones climáticas. En climas calientes sólo se requiere ropa muy ligera. Entonces resulta bastante problemático utilizar calzado y ropa que le proteja suficientemente contra espinas, golpes de ramas y plantas irritantes. Los alojamientos deben disponer de instalaciones suficientes para lavar y secar la ropa. La mejora de las condiciones en los campamentos ha reducido mucho los problemas de los trabajadores en muchos países.
Establecer límites de condiciones climáticas aceptables para trabajar basándose exclusivamente en la temperatura es muy difícil. En primer lugar, la temperatura varía bastante de un lugar del bosque a otro. El efecto sobre la persona depende además de muchas otras cosas, como la humedad, el viento y la ropa.
Trabajar en un clima caliente pone presión al trabajador forestal que realiza trabajos pesados. Entre otras cosas, la frecuencia cardíaca aumenta para mantener la temperatura corporal baja. Sudar conlleva la pérdida de fluidos corporales. El trabajo pesado a altas temperaturas supone que un trabajador puede necesitar beber 1 litro de agua por hora para mantener el equilibrio de los fluidos corporales.
En un clima frío, los músculos no funcionan bien. Aumenta el riesgo de sufrir lesiones musculosqueléticas y accidentes.
Además, el gasto energético aumenta notablemente, ya que sólo mantenerse caliente cuesta mucha energía.
Las condiciones lluviosas, sobre todo en combinación con el frío, entrañan un mayor riesgo de accidente, ya que es más difícil sujetar las herramientas. También suponen un enfriamiento del cuerpo aún mayor.
Para que el trabajador forestal se mantenga caliente y seco es esencial que disponga de ropa adecuada para diferentes condiciones climáticas. En climas calientes sólo se requiere ropa muy ligera. Entonces resulta bastante problemático utilizar calzado y ropa que le proteja suficientemente contra espinas, golpes de ramas y plantas irritantes. Los alojamientos deben disponer de instalaciones suficientes para lavar y secar la ropa. La mejora de las condiciones en los campamentos ha reducido mucho los problemas de los trabajadores en muchos países.
Establecer límites de condiciones climáticas aceptables para trabajar basándose exclusivamente en la temperatura es muy difícil. En primer lugar, la temperatura varía bastante de un lugar del bosque a otro. El efecto sobre la persona depende además de muchas otras cosas, como la humedad, el viento y la ropa.
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