Con el desarrollo del procesamiento industrial del pescado en los siglos XIX y XX, las esposas y las familias fueron quedá ndose desplazadas del procesamiento y la venta familiares y acabaron desempleadas o trabajando para empresas pesqueras. La introducción de arrastreros propiedad de empresas y, má s recientemente, de cuotas de pesca propiedad de empresas (en forma de asignaciones a empresas y cuotas individuales negociables) ha desplazado a los pescadores masculinos. Cambios de esta naturaleza han transformado a muchas comunidades pesqueras en localidades dependientes de una sola industria. Hay varios tipos de localidades dependientes de la industria pesquera, pero todas ellas se caracterizan por una elevada dependencia de un solo empleador para obtener trabajo y una significativa influencia de la empresa en la comunidad y, en ocasiones, en la vida familiar de los trabajadores. En el caso má s extremo, las poblaciones depen- dientes de la industria pesquera son en realidad aldeas de empresa, en las que una sola sociedad posee no sólo la planta y algunos buques, sino tambié n las viviendas, las tiendas, los servicios sanitarios, etc. y ejerce un control importante sobre los representantes del gobierno local, los medios de comunicació n y otras instituciones sociales.
Algo má s frecuentes son las poblaciones en que el empleo local está en manos de una empresa, generalmente integrada en un grupo, que utiliza su control sobre el empleo y el mercado para influir indirectamente en la política local y en otras institu- ciones sociales relacionadas con la vida familiar y comunitaria de los trabajadores. La definició n de aldea dependiente de una sola industria pesquera puede extenderse a las sociedades de procesamiento de pescado que, aun estando situadas en comunidades más amplias que no dependen de la pesca, operan con una considerable autonomía respecto de dichas comunidades. Esta estructura es frecuente en la industria de procesamiento del camaró n en la India, que hace un uso extensivo de jóvenes trabajadoras migrantes, a menudo contratadas por agencias de Estados vecinos. Las trabajadoras suelen vivir en complejos propiedad de la empresa y se ven segregadas de la comunidad local por sus prolongados horarios laborales, la ausencia de lazos de parentesco y las barreras de lingü ísticas. Estos lugares de trabajo son una especie de aldeas de empresa en las que las sociedades ejercen una influencia considerable sobre la vida extralaboral de sus trabajadores y é stos no pueden acudir con facilidad a las autoridades locales u otros miembros de la comunidad en busca de ayuda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario