Diversos gases tóxicos y asfixiantes que resultan de la degradación microbiana de los excrementos de los animales (orina y heces) pueden asociarse con el confinamiento del ganado. Los excrementos suelen almacenarse en forma líquida debajo del edificio, sobre un suelo de listones o en un tanque o estanque en el exterior del edificio. Este sistema de almacenamiento suele ser anaerobio, lo que da lugar a la formación de algunos gases tóxicos (véase la Tabla 70.9) (Donham, Yeggy y Dauge 1988). Véase también el artículo “Gestión del estiércol y de los excrementos” en este capítulo.
En casi todas la actividades en las que tiene lugar la digestión anaerobia de excrementos se producen sobre todo cuatro gases tóxicos o asfixiantes: dióxido de carbono (CO2), amoníaco
(NH3), ácido sulfhídrico (H2S) y metano (CH4). En la descompo- sición de excrementos de animales también puede producirse una pequeña cantidad de monóxido de carbono (CO), pero la principal fuente de éste último son los hornos donde se queman los combustibles fósiles. Los niveles habituales de estos gases
(también en forma de partículas) en el aire de los edificios desti- nados al confinamiento de porcino se muestran en la Tabla 70.10. También se incluye una lista de las exposiciones máximas recomendadas en explotaciones porcinas, según recientes investigaciones (Donham y Reynolds 1995; Reynolds
y cols. 1996) y los valores umbrales límite (threshold limit values, TLV) fijados por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH 1994). Estos TLV han sido adoptados por muchos países como límites legales. Puede verse cómo en muchas de las instalaciones hay al menos un gas, y a menudo varios, que sobrepasan los límites de exposición. Hay que destacar que la exposición simultánea a estas sustancias tóxicas puede ser aditiva o sinérgica, sobrepasándose el TLV de la mezcla aunque no se superen los TLV individuales. Las concentraciones suelen ser más altas en invierno que en verano, porque se reduce la ventilación para conservar el calor.
Estos gases han sido implicados en diversas afecciones agudas de los trabajadores. El H2S ha sido implicado en muchas muertes súbitas de animales y en el fallecimiento de algunos seres humanos (Donham y Knapp 1982). La mayor parte de los tenerse en cuenta asimismo los posibles efectos sobre los fetos humanos. La principal fuente de CO son las unidades de cale- facción que queman hidrocarburos y que están en mal estado. La gran acumulación de polvo que se produce en las instala- ciones de confinamiento de cerdos dificulta la conservación de las calefacciones en buenas condiciones de funcionamiento. Los sistemas de calor radiante a base de propano también son causa habitual de que disminuyan los niveles de CO (p. ej., de 100 a 300 ppm). Otra fuente son las limpiadoras de alta presión con motor de combustión interna funcionando en el interior de la instalación; hay que instalar alarmas de CO.
Cuando el sistema de ventilación falla, se producen otras situaciones causantes de un peligro agudo. En esas circuns- tancias, los niveles de gases pueden aumentar rápidamente hasta niveles críticos. En este caso, el principal problema es la sustitución del oxígeno por otros gases, fundamentalmente CO2 produ- cido en el depósito o procedente de la actividad respiratoria de los animales que se encuentran en la instalación. Se pueden alcanzar condiciones letales en sólo 7 horas. Con respecto a la salud de los cerdos, el fallo de la ventilación en climas templados puede hacer que la temperatura y la humedad alcancen niveles letales en 3 horas. Hay que vigilar los sistemas de ventilación.
Un cuarto peligro potencial agudo procede de la acumulación de CH4, que es más ligero que el aire y que, cuando es emitido por el depósito de estiércol, tiende a acumularse en las partes altas de la instalación. Ha habido varios casos de explosiones ocurridas cuando la acumulación de CH4 entraba en ignición por una luz de alarma o por la llama de soldadura de un trabajador.
En casi todas la actividades en las que tiene lugar la digestión anaerobia de excrementos se producen sobre todo cuatro gases tóxicos o asfixiantes: dióxido de carbono (CO2), amoníaco
(NH3), ácido sulfhídrico (H2S) y metano (CH4). En la descompo- sición de excrementos de animales también puede producirse una pequeña cantidad de monóxido de carbono (CO), pero la principal fuente de éste último son los hornos donde se queman los combustibles fósiles. Los niveles habituales de estos gases
(también en forma de partículas) en el aire de los edificios desti- nados al confinamiento de porcino se muestran en la Tabla 70.10. También se incluye una lista de las exposiciones máximas recomendadas en explotaciones porcinas, según recientes investigaciones (Donham y Reynolds 1995; Reynolds
y cols. 1996) y los valores umbrales límite (threshold limit values, TLV) fijados por la Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH 1994). Estos TLV han sido adoptados por muchos países como límites legales. Puede verse cómo en muchas de las instalaciones hay al menos un gas, y a menudo varios, que sobrepasan los límites de exposición. Hay que destacar que la exposición simultánea a estas sustancias tóxicas puede ser aditiva o sinérgica, sobrepasándose el TLV de la mezcla aunque no se superen los TLV individuales. Las concentraciones suelen ser más altas en invierno que en verano, porque se reduce la ventilación para conservar el calor.
Estos gases han sido implicados en diversas afecciones agudas de los trabajadores. El H2S ha sido implicado en muchas muertes súbitas de animales y en el fallecimiento de algunos seres humanos (Donham y Knapp 1982). La mayor parte de los tenerse en cuenta asimismo los posibles efectos sobre los fetos humanos. La principal fuente de CO son las unidades de cale- facción que queman hidrocarburos y que están en mal estado. La gran acumulación de polvo que se produce en las instala- ciones de confinamiento de cerdos dificulta la conservación de las calefacciones en buenas condiciones de funcionamiento. Los sistemas de calor radiante a base de propano también son causa habitual de que disminuyan los niveles de CO (p. ej., de 100 a 300 ppm). Otra fuente son las limpiadoras de alta presión con motor de combustión interna funcionando en el interior de la instalación; hay que instalar alarmas de CO.
Cuando el sistema de ventilación falla, se producen otras situaciones causantes de un peligro agudo. En esas circuns- tancias, los niveles de gases pueden aumentar rápidamente hasta niveles críticos. En este caso, el principal problema es la sustitución del oxígeno por otros gases, fundamentalmente CO2 produ- cido en el depósito o procedente de la actividad respiratoria de los animales que se encuentran en la instalación. Se pueden alcanzar condiciones letales en sólo 7 horas. Con respecto a la salud de los cerdos, el fallo de la ventilación en climas templados puede hacer que la temperatura y la humedad alcancen niveles letales en 3 horas. Hay que vigilar los sistemas de ventilación.
Un cuarto peligro potencial agudo procede de la acumulación de CH4, que es más ligero que el aire y que, cuando es emitido por el depósito de estiércol, tiende a acumularse en las partes altas de la instalación. Ha habido varios casos de explosiones ocurridas cuando la acumulación de CH4 entraba en ignición por una luz de alarma o por la llama de soldadura de un trabajador.
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