miércoles, 19 de diciembre de 2007

Perspectiva general


Los problemas de salud humanos y los patrones de enfermedad que se asocian con la producción de ganado pueden agruparse en función del tipo de contacto existente entre los animales y las personas (véase la Tabla 70.4). El contacto puede producirse por interacción física directa, o a través de un agente orgánico o inorgánico. Los problemas de salud que se asocian con todos los tipos de producción de ganado pueden agruparse en estos dos ámbitos. El contacto humano directo con el ganado va desde la fuerza bruta de grandes animales como el búfalo chino hasta el contacto cutáneo indetectable con los pelos microscópicos de la lagarta oriental japonesa. Puede producirse una variedad paralela de problemas de salud, que van desde la irritación temporal hasta el golpe físicamente debilitante. Los problemas impor- tantes son las lesiones traumáticas derivadas del manejo de animales grandes, la hipersensibilidad a venenos o las toxicosis por mordeduras y picaduras de artrópodos venenosos y las dermatitis cutáneas de contacto y alérgicas.
Ciertos agentes orgánicos emplean diversas vías para pasar del ganado a los seres humanos, dando lugar a distintos problemas de salud. Entre los más importantes desde el punto de vista global están las zoonosis. En todo el mundo se han identifi- cado más de 150 zoonosis, de las cuales unas 40 son importantes para la salud humana (Donham 1985). La importancia de las zoonosis depende de factores regionales, como las prácticas agrí- colas, el entorno y el status social y económico de la región. Sus consecuencias para la salud van desde síntomas gripales relativamente benignos por brucelosis hasta la tuberculosis debilitante o los efectos potencialmente letales de Escherichia coli o la rabia.
Otros agentes orgánicos son los que se asocian con enferme- dades respiratorias. Los sistemas intensivos de producción de ganado en edificios de confinamiento crean ambientes cerrados en los que el polvo, en el que se encuentran microbios y sus productos intermediarios, se concentran y aerosolizan junto con los gases que, a su vez, son respirados por las personas. Aproximadamente el 33 % de los trabajadores de explotaciones porcinas de Estados Unidos padecen el síndrome tóxico por polvo orgánico (STPO) (Thorne y cols. 1996). Existen problemas comparables en las explotaciones estabuladas de vacuno, donde el polvo que contiene endotoxinas y/o otros agentes biológicamente activos en el entorno contribuye a las bronquitis, al asma profesional y a la inflamación de mucosas. Aunque estos problemas son más llamativos en los países industrializados, en los que la agricultura está muy extendida, la creciente exportación de tecnologías de producción de ganado en confinamiento a las zonas en desarrollo como el sureste de Asia y América Central aumenta los riesgos para los trabaja- dores de esas regiones.
Los problemas de salud derivados de los agentes físicos suelen estar relacionados con las herramientas o con la maquinaria directa o indirectamente implicadas en la producción ganadera en el medio ambiente agrario. Los tractores son la principal causa de fallecimiento en explotaciones agrícolas en países desarrollados. Además, las elevadas tasas de sordera que se asocia con la maquinaria y los ruidos de la producción ganadera en confinamiento, y los trastornos musculosqueléticos causados por movimientos repetitivos, son otras tantas consecuencias de las formas industrializadas de agricultura animal. La industrialización agrícola, que se caracteriza por el empleo de tecnologías intensivas con grandes capitales que actúan como interfaz entre los seres humanos y el medio físico para producir alimento, está detrás del crecimiento de los agentes físicos como factores de salud importantes relacionados con la ganadería.

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