lunes, 31 de enero de 2011

Visión general del sector Aparatos y Equipos Electricos

Los equipos eléctricos comprenden muy diversos tipos de aparatos. Sería imposible ofrecer informació n sobre cada uno de ellos, por lo que en este capítulo só lo se tratan ciertos productos de algunas de las principales industrias. En la fabricación de los equipos intervienen muchos procesos. En este capítulo se explican los posibles riesgos a los que se exponen las personas que trabajan en la fabricación de baterías, pilas, lá mparas y cables elé ctricos, y electrodomé sticos en general. El capítulo se ocupa sobre todo de los equipos elé ctricos, ya que los electrónicos se estudian má s a fondo en el capítulo titulado “Microelectrónica y semiconductores”.

domingo, 30 de enero de 2011

PERFIL GENERAL

En la industria del caucho se utilizan bá sicamente dos tipos de caucho: el natural y el sinté tico. Este ú ltimo, obtenido a través de diferentes polímeros, sirve para la fabricación de una gran variedad de productos (vé ase la Tabla 80.1). El caucho natural se produce principalmente en el sudeste asiá tico, mientras que el sintético procede en su mayoría de países industrializados como Estados Unidos, Japón, Europa occidental y Europa oriental. Brasil es el único país en desarrollo que posee una industria importante de caucho sinté tico.
El 60 % del caucho sinté tico y el 75 % del caucho natural (Greek 1991) se destina a la fabricació n de neumá ticos y productos afines, que da empleo a casi medio millón de trabajadores en todo el mundo. Otras aplicaciones importantes del caucho son la fabricació n de correas y manguitos para vehículos, guantes, preservativos y calzado de goma.
En los ú ltimos tiempos, la industria del caucho ha experimentado un proceso de mundializació n. Al tratarse de una industria que utiliza un gran volumen de mano de obra, se encuentra en expansión en los países en desarrollo. En la Tabla 80.2 se muestra el consumo mundial de caucho natural y sinté tico en 1993.


sábado, 29 de enero de 2011

Síntesis química

Los procesos de síntesis química utilizan productos químicos orgá nicos e inorgá nicos en operaciones discontinuas para producir principios activos dotados de determinadas propiedades físicas y farmacológicas. Por lo general se realiza una serie de reacciones químicas, aislá ndose los productos por extracción,

viernes, 28 de enero de 2011

Salud y seguridad de los trabajadores

Las piezas móviles de las má quinas y el equipo presentan riesgos para la seguridad del trabajador; otros factores de riesgo son el vapor a alta presión, el agua y las superficies calientes y los ambientes calurosos en el lugar de trabajo; los productos químicos corrosivos e irritantes; la manipulació n manual de materiales y equipos, y los niveles altos de ruido. Pueden produ- cirse exposiciones a vapores de disolventes al recuperar o aislar los productos, y a los disolventes como consecuencia de la falta de confinamiento de los equipos de filtración y las emisiones fugitivas de bombas, vá lvulas y estaciones colectoras durante los procesos de extracció n y purificació n. Dado que el aislamiento y el crecimiento de microorganismos son esenciales para la fermentación, los riesgos bioló gicos se reducen utilizando microbios no pató genos, manteniendo los equipos cerrados y tratando el caldo utilizado antes de su vertido.
Generalmente, la preocupació n por la seguridad del proceso es menor durante la fermentació n que durante las operaciones de síntesis orgá nica, ya que la fermentació n se basa en té cnicas de química acuosa y requiere el confinamiento del proceso durante la preparación de la siembra y la fermentació n. Durante las extracciones de disolventes hay riesgos de incendio y explosión; no obstante, la inflamabilidad de los disolventes se reduce por dilución con agua en etapas de filtración y recuperación. Los grandes volú menes de vapor a presió n y de agua caliente asociados a las operaciones de fermentació n plantean riesgos de seguridad (p. ej., quemaduras té rmicas y escaldado).

jueves, 27 de enero de 2011

Fermentación

La fermentació n es un proceso bioquímico en el que se utilizan microorganismos seleccionados y té cnicas microbioló gicas para obtener un producto químico. Los procesos de fermentación discontinua comprenden tres etapas bá sicas: preparación del inóculo y siembra, fermentación y recuperación o aislamiento del producto (Theodore y McGuinn 1992). En la Figura 79.3 se presenta un esquema del proceso. La preparació n del inó culo comienza con una muestra de esporas de una cepa microbiana. La cepa se cultiva selectivamente, se purifica y se desarrolla utilizando una batería de té cnicas microbiológicas para obtener el producto deseado. Se activan las esporas de la cepa microbiana con agua y nutrientes en condiciones de temperaturas elevadas y se desarrollan las células del cultivo en una serie de placas de agar, tubos y matraces de ensayo en condiciones ambientales controladas, obtenié ndose una suspensión densa.
Las cé lulas se transfieren despué s a un tanque de siembra para su
crecimiento. El tanque de siembra es un recipiente pequeñ o de fermentació n diseñ ado para optimizar el crecimiento del inó culo. En é l, las cé lulas se cargan en un fermentador de producció n esterilizado por vapor. Se añ aden nutrientes esterili- zados y agua purificada al recipiente para comenzar la fermen- tació n. Durante la fermentació n aerobia, el contenido del fermentador se calienta, agita y ventila mediante una tubería perforada o tubo burbujeador, manteniendo un flujo de aire y una temperatura ó ptimos. Una vez terminada la reacció n bioquímica, se filtra el caldo de fermentació n para retirar los microorganismos, o micelios. El fá rmaco, que puede estar presente en el filtrado o en el micelio, se recupera en varias etapas, como las de extracció n en disolventes, precipitación, intercambio iónico y absorción.
En general se pueden recuperar los disolventes utilizados para la extracción del producto (Tabla 79.2); no obstante, en el agua residual pueden quedar pequeñ as porciones en funció n de su solubilidad y del diseñ o del equipo. La precipitació n es un mé todo para separar el fármaco del caldo acuoso. El producto se separa del caldo por filtración y se extrae de los residuos só lidos; el cobre y el zinc son agentes precipitantes comunes en este proceso. El intercambio ió nico y la adsorción retiran el producto del caldo mediante una reacció n química con materiales só lidos, como resinas o carbó n activado. El principio activo se recupera de la fase sólida mediante un disolvente que se puede recuperar por evaporación.

miércoles, 26 de enero de 2011

Informació n y formación de los trabajadores

En las instalaciones de procesos químicos se debe contar con programas de formación en materia de seguridad de los procesos, con los que se proporcione formación y educació n al personal que corresponda, al recientemente asignado a un puesto y a los nuevos supervisores y trabajadores. La formación impartida a los supervisores y trabajadores en operaciones y mantenimiento de procesos químicos abarcará las á reas siguientes:
• formación, conocimientos y cualificaciones que se exigen a los trabajadores;
• selección y desarrollo de programas de formación relacionados
con el proceso;
• medición y documentació n del rendimiento y la eficacia de los trabajadores;
• diseño de procedimientos de trabajo y mantenimiento del proceso;
• revisión de las operaciones y los riesgos del proceso;
• disponibilidad y adecuació n de los materiales y piezas de repuesto a los procesos en los que se emplean;
• procedimientos de puesta en marcha, funcionamiento, parada y emergencia del proceso;
• riesgos para la seguridad y la salud relacionados con el proceso, los catalizadores y los materiales,
• prácticas y procedimientos de trabajo seguros en la planta y la zona del proceso.

martes, 25 de enero de 2011

Prácticas de trabajo seguro

En las instalaciones de procesos químicos se deben aplicar autorizaciones de trabajo en operaciones con aporte de altas temperaturas y control de trabajo seguro, así como programas de ordenacin de trabajo para controlar las actividades realizadas en o cerca de las á reas de proceso. Los supervisores, los trabajadores y el personal del contratista deben estar familiarizados con los requisitos de los distintos procedimientos de autorización, entre ellos, la expedició n y la expiración de mismo, así como con las medidas adecuadas de seguridad, manipulación de materiales y prevenció n y protecció n contra incendios.
He aquí los tipos de trabajo incluidos normalmente en los procedimientos de autorizació n de una instalació n de productos químicos:
• trabajo a altas temperaturas (soldadura, derivación sobre tubería en carga, motores de combustió n interna, etc.);
• bloqueo/advertencia de equipos con energía elé ctrica, mecánica, neumtica y presión;
• entrada a espacios confinados y utilizació n de gases inertes;
• recipientes, tanques, equipos y circuitos de procesos de venteo, apertura y limpieza,
• control de la entrada de personal no asignado a las á reas de proceso.

En las instalaciones de tratamiento químico se deben elaborar
y aplicar prá cticas de trabajo seguras para controlar los riesgos potenciales durante las operaciones del proceso que incluyan los siguientes aspectos:

• propiedades y factores de riesgo de materiales, catalizadores y productos químicos utilizados en el proceso;
• controles de protección técnica, administrativa y personal para prevenir las exposiciones;
• medidas que deben adoptarse en caso de contacto físico o exposició n a productos químicos peligrosos;
• control de calidad de las materias primas, los catalizadores y control de existencias de productos químicos peligrosos;
• funciones de los sistemas de seguridad y de protecció n
(bloqueo, supresió n, detecció n, etc.),
• riesgos especiales o ú nicos en el lugar de trabajo.

lunes, 24 de enero de 2011

Procedimientos de trabajo

En las instalaciones de procesos químicos se deben elaborar y facilitar a los trabajadores instrucciones de trabajo y procedimientos detallados. Se comprobará regularmente que las instrucciones sean completas y precisas (actualizá ndose o corrigié ndose cuando se produzcan cambios) y cubren los límites de operati- vidad de las unidades de proceso, incluidas las tres áreas siguientes:
1. consecuencias de las desviaciones
2. medidas para evitar o corregir las desviaciones
3. funciones de los sistemas de seguridad relacionados con los límites operativos.

Los trabajadores que intervienen en el proceso tienen acceso a las instrucciones de trabajo de las á reas siguientes:
• puesta en marcha inicial (puesta en marcha despué s de ciclos de parada, emergencias y operaciones temporales);
• puesta en marcha normal (operaciones normales y temporales y parada normal);
• operaciones de parada y cierre de emergencia;
• condiciones en las que se requiere la parada de emergencia y la asignación de las responsabilidades del cierre a operarios cualificados;
• trabajo no rutinario;
• interfaz operador-proceso y operador-equipo,
• controles administrativos frente a controles automatizados.

domingo, 23 de enero de 2011

Operaciones de Planta (IV)

Un programa de gestión de seguridad bien elaborado incluye:
• el conocimiento detallado de las áreas cruciales para la seguridad;
• normas y objetivos para un funcionamiento aceptable;
• un programa de control del funcionamiento que responda a los problemas y documente los resultados;
• un programa de estudio de experiencias para establecer tendencias y definir el grado de cumplimiento de las normas
y la causa de cualquier funcionamiento inaceptable o degenerativo;
• un medio de evaluación de las repercusiones de los cambios propuestos en los equipos físicos o en los procedimientos de operación y de implantación de cambios coherentes con la norma aceptada.

sábado, 22 de enero de 2011

Operaciones en planta (III)

La capacidad del operador para hacer esto dependerá tanto del diseño de la máquina como de su propia competencia y formación.
En todas las centrales nucleares debe haber en todo momento operadores competentes, estables y bien adiestrados en el servicio. Los candidatos a operadores nucleares siguen un completo programa de formación, que suele incluir formación teórica y práctica en ciencia, equipos y sistemas de potencia, protección antirradiación y políticas y principios de funciona- miento. En las centrales nucleares norteamericanas siempre se utilizan simuladores para proporcionar al operador experiencia práctica en las operaciones de la planta, en situaciones difíciles y condiciones inusuales. El vínculo entre el operador y los sistemas de potencia es el instrumental de la sala de control. Un instru- mental bien diseñado puede facilitar la comprensión y la capa- cidad de respuesta de los operadores.
Es habitual la designación del personal de operación clave de una central nuclear ya durante su construcción, para que pueda aportar asesoramiento desde el punto de vista del funciona- miento y seleccionar al personal que se encargará de la puesta en servicio y el trabajo de la central. También se ocupará de preparar un completo conjunto de procedimientos de operación antes de que la central entre en funcionamiento. Los expertos en materia de diseño y el personal del organismo regulador inspecionarán dichos procedimientos para garantizar la coherencia del diseño con las prácticas de operación.
Es de esperar que el personal gestione la central sistemáticamente y con rigor, de acuerdo con los procedimientos de opera- ción y autorizaciones de trabajo. El personal de operación trabaja constantemente para garantizar la seguridad pública llevando a cabo un completo programa de pruebas y controles de los sistemas de seguridad y barreras protectoras y manteniendo la capacidad para afrontar cualquier emergencia en la planta. Si los operadores tienen que tomar medidas en respuesta a una alteración en el estado de la planta, disponen de procedimientos sistemáticos escritos que les guiarán y les proporcionarán la información necesaria para controlar la planta. Dichos procedimientos son revisados por los comités de seguridad de la central y del organismo regulador.

viernes, 21 de enero de 2011

Operaciones en planta (II)

• comprenda cuáles son las condiciones normales de todos los sistemas importantes para el estado global de la planta;

• reconozca, con ayuda de los sistemas automáticos o de los mecanismos especiales de control, cuándo se dan condiciones anómalas y cuál es su importancia;
• sepa cómo responder correctamente para restaurar el funcionamiento normal de la planta o detener la planta en condiciones de seguridad.

jueves, 20 de enero de 2011

Cánceres gastrointestinales

Se ha indicado un incremento del riesgo de cá ncer de estó mago en muchos estudios, pero sin asociarlo con ningú n á rea concreta; por consiguiente, se desconoce cuá l es la exposició n má s rele- vante. El nivel socio-econó mico y los há bitos dieté ticos son tambié n factores de riesgo del cá ncer de estó mago, y podrían confundir los resultados. Estos factores no se han tenido en cuenta en ninguno de los estudios reseñ ados.
La relació n entre el cá ncer de estó mago y el trabajo en las fá bricas de pasta y de papel fue señ alado por primera vez en un estudio realizado en Estados Unidos en el decenio de los 1970 (Milham y Demers 1984). Se encontró que el riesgo era aú n má s alto, casi el doble, cuando se examinó por separado a los traba- jadores ocupados en operaciones al sulfito. Tambié n aparecen los trabajadores ocupados en tareas al sulfito y de pasta papelera en un estudio posterior en el que se registró un incremento del riesgo de cá ncer de estó mago (Robinson, Waxweiller y Fowler 1986). Un riesgo de la misma magnitud se halló en un estudio sueco realizado entre trabajadores de las fá bricas de pasta y papel de un á rea en la que ú nicamente se utilizaba el procedimiento al sulfito (Wingren y cols. 1991). Trabajadores norteamericanos de fá bricas de pasta, papel y cartó n de New Hampshire y del estado de Washington presentaron un incremento de la mortalidad por cá ncer de estó mago (Schwartz 1988; Milham 1976). Los individuos de la muestra eran probablemente una mezcla de trabajadores ocupados en fá bricas al sulfito, al sulfato y papeleras. En un estudio sueco, se observó un aumento al triple de la mortalidad por cá ncer de estó mago en un grupo de trabajadores de fá bricas al sulfito y papeleras (Wingren, Kling y Axelson 1985). La mayoría de los estudios, aunque no todos, indican una mayor incidencia del cá ncer de estó mago en esta industria.
Debido al pequeño número de casos considerados, muchos estudios de otros cá nceres gastrointestinales no son concluyentes. Se observa un incremento del riesgo de cá ncer de colon entre los trabajadores en el procedimiento al sulfato y en la producción de cartón en un estudio finlandés (Jä ppinen y col., 1987), así como entre trabajadores de Estados Unidos del sector de la pasta y el papel (Solet y cols. 1989). La incidencia de cá ncer de vesícula en Suecia entre 1961 y 1979 se puso en relación con los datos profesionales del Censo Nacional de 1960 (Malker y col., 1986). Se constató un incremento de dicha incidencia entre los trabajadores masculinos de las fábricas de papel. Se han observado incrementos del riesgo de cá ncer de páncreas en algunos estudios de trabajadores de fá bricas de papel y al sulfito (Milham y Demers 1984; Henneberger, Ferris y Monson 1989), así como en un amplio grupo de trabajadores de la pasta y el papel (Pickle y Gottlieb, 1980; Wingren y cols. 1991). Estos hallazgos no se han verificado en otros estudios.

martes, 18 de enero de 2011

Cánceres del sistema respiratorio

Los trabajadores de mantenimiento de las fá bricas de pasta y de papel experimentan un creciente riesgo de cá ncer de pulmó n y de mesotelioma maligno debido probablemente a su exposició n al amianto. Un estudio sueco revela un incremento del triple del riesgo del mesotelioma de pleura entre los trabajadores de la pasta y el papel (Malker y cols. 1985). Cuando se analizaron despué s las exposiciones, el 71 % de los casos habían estado expuestos al amianto, la mayoría en el sector de mantenimiento de la fá brica. Se han registrado tambié n aumentos en el riesgo de cá ncer de pulmó n entre los trabajadores de mantenimiento en fábricas de Suecia y de Finlandia (Toré n, Sä llsten y Jä rvholm 1991; Jä ppinen y cols. 1987). En el mismo estudio finlandé s, se observó un incremento del doble del cá ncer de pulmó n entre trabajadores de fá bricas de papel y de cartó n. Los investigadores realizaron un estudio posterior, restringido a los trabajadores de fá bricas de pasta expuestos a compuestos de cloro, y hallaron un incremento del triple del riesgo de cá ncer de pulmón.
Otros pocos estudios sobre los trabajadores de la pasta y el papel han mostrado incrementos de riesgo de cá ncer de pulmó n. Un estudio canadiense muestra un aumento del riesgo entre los operarios expuestos al polvo de papel (Siemiatycki y col. 1986), y estudios suecos y estadounidenses muestran incrementos del riesgo entre los trabajadores de las papeleras (Milham y Demers 1984; Toré n, Jä rvholm y Morgan 1989).

lunes, 17 de enero de 2011

CANCER en la Fabricacion del Papel

En la fabricació n de pasta y de papel pueden producirse exposiciones a numerosas sustancias citadas por la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cá ncer (IARC) como conocidos, probables y posibles agentes cancerígenos. El amianto, del que se sabe que causa el cá ncer de pulmón y el mesotelioma, se utiliza para aislar conducciones y calderas. El talco, que se utiliza ampliamente como aditivo del papel, puede estar contaminado por amianto. Otros aditivos del papel, como las colas con bencidina, formaldehído y epiclorhidrina, se consideran probables cancerígenos para el hombre. Los compuestos de cromo hexavalente y de níquel generados por la soldadura del acero inoxidable son conocidos cancerígenos pulmonares y nasales. Recientemente, la IARC ha catalogado como cancerígeno el polvo de madera, basá ndose fundamentalmente en la evidencia de cá ncer nasal entre los trabajadores expuestos al polvo de maderas duras (IARC, 1995). Los gases de escape de los motores diesel, la hidracina, el estireno, los aceites minerales, los fenoles clorados y las dioxinas, y las radiaciones ionizantes son otros de los posibles y probables cancerígenos.
Se han realizado pocos estudios epidemioló gicos específicos sobre las operaciones de fabricació n de pasta y de papel, y de ellos se desprenden pocos resultados só lidos. En la clasificación de las exposiciones utilizadas en estos estudios se emplea con frecuencia la amplia categoría industrial “pasta y papel”, y aun las clasificaciones má s específicas agrupan a los trabajadores por tipos de producció n de pasta o por grandes á reas industriales. Los tres estudios de cohortes que se pueden localizar en la literatura abarcan menos de 4.000 trabajadores cada uno. Está n actualmente en marcha varios estudios de grandes cohortes y la IARC está coordinando un estudio multicéntrico internacional que probablemente incluirá datos de más de
150.000 trabajadores de la pasta y el papel, y que permitirá hacer aná lisis con exposiciones mucho má s específicas. En este artículo se revisan los conocimientos disponibles de los estudios publicados hasta la fecha. Se puede obtener informació n má s detallada en las anteriores reseñ as publicadas por la IARC (1980, 1987, y 1995) y por Toré n, Persson y Wingren (1996). Los resultados de las enfermedades malignas de pulmó n, estó mago y hematoló gicas se resumen en la Tabla 72.6.



domingo, 16 de enero de 2011

Peligros ganado Porcino

Las lesiones producidas por el ganado porcino suelen producirse en los edificios de la explotación o en su vecindad. Resultan peligrosos los suelos resbaladizos, los depósitos de estiércol, los equipos automáticos de alimentación y los edificios de confina- miento. Estos edificios tienen un depósito de estiércol que emite gases que, si no se ventilan, pueden causar la muerte no sólo a los cerdos, sino también a los trabajadores.
El comportamiento de los cerdos puede constituir un peligro para los trabajadores. Una cerda atacará si sus lechones se ven amenazados. Los cerdos pueden morder, pisar o tirar a la gente al suelo. Tienden a permanecer o a regresar a las zonas fami- liares. Intentarán regresar a la piara cuando se trate de sepa- rarlos de ella. Es probable que se planten cuando se les traslade de una zona oscura a otra con luz, como cuando se les saca al exterior, a la luz del día. Por la noche, se resistirán a ser trasla- dados a zonas oscuras (Gillespie 1997).
En un estudio canadiense sobre cuidadores de cerdos, el 71 % comunicaron problemas crónicos de espalda. Los factores de riesgo son la presión sobre los discos intervertebrales derivada de los largos períodos de conducción y de estar sentando mientras se maneja equipo pesado. Este estudio también identifica las acciones de levantar, agacharse, girarse, empujar y tirar como factores de riesgo. Además, más del 35 % de estos cuidadores comunicó problemas crónicos en las rodillas (Holness y Nethercott 1994).
Hay tres tipos de exposiciones aéreas que constituyen peligro en las explotaciones de cerdos:
1. el polvo de los alimentos, del pelo de los animales y de la materia fecal
2. los plaguicidas que se usan para los cerdos y otras sustancias químicas, como los desinfectantes
3. amoníaco, ácido sulfhídrico, metano y monóxido de carbono de los depósitos de estiércol.
Los incendios de los edificios son otro peligro potencial, así como la electricidad.
Algunas zoonosis y parásitos pueden ser transmitidos por los cerdos a los trabajadores. Las zoonosis que suelen asociarse con los cerdos son la brucelosis y la leptospirosis (enfermedad del porquero).

sábado, 15 de enero de 2011

Procesos de producción ganado Porcino

Algunas explotaciones de cerdos son pequeñas: uno o dos ejemplares, por ejemplo, que pueden representar gran parte de los bienes de una familia (Scherf 1995). En las grandes explotaciones de porcinos tienen lugar dos procesos principales (Gillespie 1997). Uno es el de producción de razas puras, que consiste en criar
y mejorar a los animales. En las instalaciones de raza pura prevalece la inseminación artificial. Los machos de raza pura suelen utilizarse para cubrir a las hembras del otro proceso de importancia, la producción comercial. Esta última implica la cría para matanza, y habitualmente sigue alguna de las dos dife- rentes formas de operar. Una consiste en un sistema en dos fases. La primera fase consiste en la producción de cerdos, que utiliza un rebaño de cerdas que alimenta entre 14 y 16 lechones por cerda. Los lechones son destetados y se venden a la siguiente fase del sistema, la empresa de compra y terminado, que los alimenta para la matanza. Los alimentos más utilizados son el maíz y el aceite de soja. Las gramíneas que comen las recogen del suelo.
La otra forma de operar, que es la más frecuente, es el sistema completo de cerda y camada. En estas explotaciones se cría una piara completa de cerdas y lechones, cuidando y engordando a los lechones para la matanza.
Algunas cerdas pueden parir más lechones que mamas tienen. Para alimentar a los lechones sobrantes, la práctica habitual consiste en pasar los lechones de las grandes camadas a cerdas que hayan tenido camadas pequeñas. Los cerdos nacen con dientes espiculares, que habitualmente se les cortan a la altura de la encía al cumplir los dos días. Se les practica una incisión en las orejas para poder identificarlos. Más o menos cuando cumplen 3 días se les recorta el rabo. Los cerdos macho criados para matanza son castrados cuando cumplen 3 semanas. Mantener sana a la piara es la faena más importante de la producción porcina. Las medidas higiénicas y la elección de animales sanos son importantes. Se emplean vacunas, sulfamidas
y antibióticos para prevenir muchas enfermedades infecciosas. Se usan insecticidas para controlar piojos y ácaros. Las tenias y otros parásitos de los cerdos se controlan por medio de medidas higiénicas y de fármacos.
Entre las instalaciones que se emplean para la producción de porcino se encuentran los sistemas de pastos, una combinación de pastos y alojamientos baratos con sistemas de confinamiento total que requieren grandes inversiones. Hay una tendencia al aumento del número de alojamientos en confinamiento, porque la cría es más rápida que en los pastos. Pero el pasto es mejor para alimentar a la piara destinada a criar cerdos, porque impide que dicha piara engorde; puede utilizarse en todo el proceso de producción o sólo en parte, junto con el empleo de alojamientos y equipos portátiles.
Los edificios de confinamiento han de tener ventilación para controlar la temperatura y la humedad. Puede añadirse calefac- ción a las porqueras. En los confinamientos se instalan suelos acanalados porque exigen menos trabajo a la hora de gestionar el estiércol. Para la producción de cerdos es necesario acondi- cionar y gestionar los equipos de suministro de agua y alimento. Las instalaciones se limpian por lavado a presión y posterior desinfección de todas las camas, retirando el estiércol y la comida sobrante (Gillespie 1997).

viernes, 14 de enero de 2011

PORCINO

cerdo fue domesticado fundamentalmente a partir de dos especies salvajes: el jabalí europeo y el cerdo de las Indias Orientales. Los chinos ya habían domesticado cerdos en 4.900 a.C., y hoy en día se crían en China más de 400 millones de cerdos, de una población mundial de 840 millones (Caras 1996).
Los cerdos se crían sobre todo para servir de alimento, y tienen muchas utilidades conocidas. Crecen deprisa y alcanzan grandes tamaños, las camadas son grandes y los periodos de gestación cortos, de 100 a 110 días. Los cerdos son omnívoros y comen bayas, carroña, insectos y basura, aparte de maíz, ensilaje y el pasto de las grandes explotaciones. Convierten el 35 % de lo que comen en carne y grasa, lo que les hace más eficaces que las especies de rumiantes, como las vacas (Gillespie 1997).

jueves, 13 de enero de 2011

Combinaciones de trabajo manual, manual-motorizado y mecanizado

Las combinaciones de trabajo manual y mecanizado sin rotación del trabajo siempre significan que las faenas se especializan más. Un ejemplo sería el de los apeadores manuales-motorizados trabajando por delante de un procesador que realiza el desramaje y la corta. Los ciclos de trabajo de los apeadores son cortos y monótonos. El riesgo de sufrir lesiones musculosqueléticas y por esfuerzo repetitivo es muy alto.
En Suecia se realizó una comparación entre operarios de motosierras y de máquinas y se observó que los primeros tenían mayor riesgo de sufrir lesiones musculosqueléticas en la región lumbar, en rodillas y caderas, así como un alto riesgo de dete- rioro auditivo. Por otra parte, los operarios de máquinas estaban sujetos a peligros muy diferentes. Es probable que una comparación con el trabajo manual mostrase otro patrón de riesgos. Las combinaciones de diferentes tipos de faenas aplicando la rotación de trabajos y la ampliación del trabajo dan posibilidades de reducir el tiempo de exposición a muchos riesgos específicos.

miércoles, 12 de enero de 2011

Las lesiones por esfuerzo repetitivo dependen de muchas cosas:

Grado de tensión en el músculo. Una alta tensión muscular estática
o repetida y monótona puede deberse, por ejemplo, al uso de mandos pesados, al trabajo en posturas difíciles o los impactos y las vibraciones en todo el cuerpo, pero también a un fuerte estrés mental. El estrés puede deberse a una gran concentración, a la toma de decisiones complicadas o a la situación psicosocial, como p. ej., la falta de control sobre la situación en el trabajo y las relaciones con los supervisores o compañeros.
Tiempo de exposición al trabajo estático. Las continuas tensiones musculares estáticas sólo pueden interrumpirse realizando frecuentes pausas y micropausas, cambiando las faenas, rotando los trabajos, etcétera. Una larga exposición total a movimientos de trabajo monótonos durante años aumenta el riesgo de sufrir lesiones por esfuerzo repetitivo, que aparecen gradualmente y pueden ser irreversibles cuando se manifiestan.
Situación individual (“resistencia”). La “resistencia” del individuo cambia con el tiempo y depende de su predisposición heredada y de su estado físico y psicológico y situación social.
Las investigaciones realizadas en Suecia han demostrado que la única manera de reducir estos problemas es trabajar con todos estos factores, sobre todo por medio de la rotación y la ampliación del trabajo. Estas medidas disminuyen el tiempo de exposición y mejoran el bienestar y la situación psicosocial del trabajador.
Los mismos principios son válidos para todo el trabajo forestal: manual, manual-motorizado o mecanizado.

martes, 11 de enero de 2011

Trabajo mecanizado

Las cargas de trabajo físico en la mayoría de las máquinas fores- tales con muy pequeñas en comparación con el trabajo manual o manual-motorizado. El operario o el mecánico sigue viéndose expuesto a veces al levantamiento de grandes pesos durante los trabajos de mantenimiento y reparación. El trabajo del operario consiste en guiar los movimientos de la máquina, controlando la fuerza a ejercer por medio de tiradores, palancas, botones, etcé- tera. Los ciclos de trabajo son muy cortos. La mayor parte del trabajo es repetitivo y estático, lo que puede comportar un alto riesgo de lesiones por esfuerzo repetitivo en cuello, hombros, brazos, manos o dedos.

En la maquinaria de los países nórdicos, el operario trabaja sólo con tensiones muy limitadas en los músculos, utilizando mini-joysticks, sentado en un asiento ergonómico con apoya brazos. Pero las lesiones por esfuerzo repetitivo siguen siendo un problema importante. Los estudios realizados demuestran que entre el 50 y el 80 % de los operarios de las máquinas tienen molestias en cuello u hombros. Suele ser difícil realizar compa- raciones de cifras porque las lesiones se desarrollan de forma gradual durante un largo período de tiempo. Los resultados dependen de cómo se definan los términos “lesión” o “molestias”.

lunes, 10 de enero de 2011

Exploración médica

Los aspirantes a trabajar en este sector deben someterse a una exploración médica centrada en la detección de alergias preexis- tentes y en la comprobación de las funciones del hígado, los riñones y los pulmones. Pueden exigirse exploraciones especiales
a los encargados de la aplicación de plaguicidas y a los trabajadores que utilizan protectores respiratorios. Es necesario llevar a cabo evaluaciones de la capacidad auditiva para valorar posibles pérdidas de la misma. En los seguimientos periódicos se tratará de establecer las modificaciones producidas.

domingo, 9 de enero de 2011

Riesgos para la salud (II)

En la mayoría de los centros de producción cerealista se aplican plaguicidas en los períodos de inactividad, cuando la presencia de trabajadores en las instalaciones es mínima. El personal que lo lleve a cabo debe formar parte del equipo encar- gado de la aplicación de estas sustancias y recibir una formación especial. Deben observarse las normas de reentrada para prevenir la sobreexposición. En muchos lugares se calienta la estructura en su conjunto a temperaturas en torno a los 60 °C durante 24 a 48 horas, en lugar de utilizar plaguicidas químicos.
Asimismo, los trabajadores pueden verse expuestos a los plaguicidas presentes en el cereal elaborado transportado a la terminal de carga y descarga en camiones o vagones.
El ruido es un problema común en la mayoría de estos centros de fabricación. Los niveles predominantes oscilan entre los 83 y los 95 dBA, pero pueden exceder los 100 dBA en ciertas áreas. La posibilidad de recurrir a la absorción acústica es limitada, debido a la necesidad de limpiar los equipos utilizados en estas instalaciones. La mayoría de los suelos están fabricados en cemento, loseta y acero inoxidable para facilitar las tareas de limpieza y evitar que el centro productivo se convierta en un refugio de insectos. Muchos trabajadores se desplazan de un área a otra y pasan poco tiempo desarrollando su actividad en las zonas más ruidosas. De este modo se reduce la exposición personal de manera considerable, si bien deben utilizarse protec- tores auditivos para lograr que el ruido percibido se sitúe en niveles aceptables.
El trabajo en un espacio cerrado como un depósito, un tanque o un silo puede plantear riesgos físicos y de salud a los trabajadores. La mayor preocupación se refiere a la deficiencia de oxígeno. Los recipientes de este tipo, cerrados hermética- mente, pueden registrar carencias de oxígeno debido a la presencia de gases inertes (nitrógeno y dióxido de carbono para evitar la propagación de plagas) y a la acción biológica (proliferación de insectos y de moho). Antes de acceder a un depósito de este tipo u otros espacios cerrados, deben compro- barse las condiciones atmosféricas en el interior para determinar la existencia de oxígeno en una cantidad suficiente. Si la proporción de éste es inferior a 19,5 %, debe procederse a la ventilación. Asimismo, debe examinarse la aplicación reciente de plaguicidas u otros materiales tóxicos que puedan estar presentes. Los riesgos físicos en este tipo de espacios consisten en el hundimiento en el cereal y en la posibilidad de quedar atra- pado debido a la configuración del lugar (paredes inclinadas hacia dentro y equipos instalados en el interior). No debe permitirse la presencia de trabajadores en silos, depósitos o tanques de cereal durante las operaciones de extracción del mismo. Pueden evitarse lesiones y muertes mediante la desactivación y el bloqueo de todos los equipos asociados al espacio limitado, garantizando que los miembros del personal utilizan arneses con cuerda salvavidas mientras permanezcan en el interior de estos recintos y manteniendo el suministro de aire respirable. Antes de la entrada, debe comprobarse la atmósfera para determinar la presencia de gases combustibles, vapores y agentes tóxicos, así como la suficiencia del oxígeno existente. Los trabajadores no deben acceder a estos depósitos y situarse debajo de una acumu- lación de cereal en forma de puente o en lugares donde el cereal amontonado a ambos lados pueda caer y cubrirlos totalmente.

sábado, 8 de enero de 2011

Riesgos para la salud (I)

Puede generarse polvo cuando el cereal se traslada o se remueve. Aunque en la mayoría de los casos, este polvo es un mero factor de irritación del tracto respiratorio, los polvos deri- vados de cereales no elaborados pueden contener mohos y otros contaminantes capaces de provocar fiebre y reacciones asmáticas alérgicas en personas sensibles. Los trabajadores tienden a evitar el desarrollo de su trabajo en áreas de generación de polvo durante períodos prolongados. Habitualmente, se utiliza protección respiratoria en los casos necesarios. Las mayores exposi- ciones al polvo se producen en las operaciones de carga y descarga y en las de limpieza general. En algunos estudios se han indicado la existencia de cambios en la función respiratoria relacionados con este tipo de exposición. El TLV estipulado por la actual Conferencia Americana de Higienistas Industriales del Gobierno (ACGIH) respecto a la exposición en el trabajo al polvo de cereales es de 4 mg/m3 en el caso de la avena, el trigo y la cebada, y de 10 mg/m3 en otros casos (partículas, no clasificadas de otro modo).
Suelen utilizarse protectores respiratorios para reducir al mínimo la exposición. Los protectores de este tipo aprobados pueden ser muy eficaces si se emplean correctamente. Los trabajadores deben recibir formación sobre su uso correcto, su mante- nimiento y sus limitaciones. La conservación de las instalaciones es esencial.
Los plaguicidas se utilizan en las industrias cerealistas para controlar la acción de insectos, roedores, pájaros, moho, etc. Algunos de los más comunes son la fosfamina, los organofos- fatos, las piretrinas. Los efectos para la salud de estas sustancias pueden consistir en dermatitis, mareos, náuseas y problemas a largo plazo de hígado, riñón y de las funciones del sistema nervioso; sólo se producen si la exposición de los trabajadores es excesiva.

viernes, 7 de enero de 2011

Protección de las plantas: El pulverizador de mochila y El pulverizador de cubo manual

El pulverizador de mochila a motor consta de un depó sito de aproxi-
madamente 10 l y un motor refrigerado por aire de 1 a 3 caba- llos de fuerza. El pulverizador y el motor está n montados sobre un bastidor y son transportados en la espalda del operario.
El pulverizador de cubo manual y el pulverizador accionado con el pie
requieren dos personas para accionar la bomba y pulverizar.

jueves, 6 de enero de 2011

Protección de las plantas: El pulverizador de mochila de compresión y El pulverizador de mochila de palanca

• El pulverizador de mochila de compresión consta de un depó sito, una bomba y un cilindro con tobera y manguera.
• El pulverizador de mochila de palanca (10 a 20 l) se acciona mediante una palanca.

miércoles, 5 de enero de 2011

Protección de las plantas

Los aplicadores de fertilizantes, plaguicidas, herbicidas y otros productos químicos funcionan a presió n a travé s de toberas o mediante fuerza centrífuga. La pulverizació n a gran escala se realiza con atomizadores hidrá ulicos de toberas, manejados manualmente o utilizando equipos sobre tractores. Los pulverizadores de mochila son modelos a pequeñ a escala de pulverizadores sobre vehículos (Bull 1992).