Las concentraciones de polvo en la zona de respiración dependen principalmente de la concentración externa y de la estanqueidad al aire de la cabina de la má quina. Las má quinas má s antiguas sin cabina dejan a los conductores expuestos al polvo. La formació n de polvo es más intensa durante la recolec- ció n de cereales secos, cuando la concentración de polvo en las cabinas no cerradas de las cosechadoras combinadas puede llegar a 60 a 90 mg/m3. El polvo consta sobre todo de trocitos de plantas, polen y esporas de hongos, en su mayoría formando partículas grandes no respirables (mayores de 10 micras). El contenido de sílice libre es inferior al 5,5 %.
La formación de polvo durante la recolección de remolacha es menor. La concentración máxima de polvo en la cabina no supera los 30 mg/m3.
La recolección de cereales se realiza generalmente en la estación más cálida. La temperatura de la cabina puede aumentar entonces hasta 36 a 40 C. El nivel de radiación solar directa puede alcanzar los 500 W/m2 y aú n má s si se utiliza vidrio corriente para las ventanas de la cabina. El vidrio coloreado reduce la temperatura de la cabina en 1 a 1,6 C. Un sistema mecá nico de ventilació n forzada con un flujo de 350 m3/h
puede crear una diferencia de temperatura entre el aire del interior y del exterior de 5 a 7 C. Si la cosechadora está equipada con persianas ajustables, esta diferencia disminuye a 4 a 6 C.
Los cultivos de labranza se recogen en los meses del otoñ o. En general, las condiciones del microclima en las cabinas en este tiempo no suponen un gran problema de salud.
La experiencia de los países desarrollados indica que la agricultura en pequeñ as explotaciones puede ser rentable con la
mecanización a pequeñ a escala (minitractores - unidades motorizadas con una capacidad de hasta 18 caballos de fuerza, con diferentes tipos de equipo auxiliar).
El uso de este tipo de equipos da lugar a varios problemas de salud específicos. Entre é stos se incluyen la intensificació n de la carga de trabajo en determinadas estaciones, el uso de mano de obra infantil y de personas ancianas, la ausencia de medios de protecció n frente al intenso ruido, las vibraciones del cuerpo entero y localizadas, las condiciones meteoroló gicas nocivas, el polvo, los plaguicidas y los gases de escape. El esfuerzo necesario para mover las palancas de control de las unidades motorizadas puede llegar a 60 a 80 N (Newtons).
Algunos tipos de trabajo se realizan con la ayuda de animales de tiro o manualmente, debido a la falta de equipo o a la imposibilidad de utilizar maquinaria por algú n motivo. El trabajo manual requiere generalmente un esfuerzo físico considerable. Las necesidades de energía durante el arado, la siembra con tracció n por caballos y la siega manual pueden llegar a 5.000 a
6.000 cal/día o más.
Durante el trabajo manual son frecuentes las lesiones, especialmente entre los trabajadores sin experiencia, y asimismo las quemaduras por las plantas, las picaduras de insectos y reptiles y las dermatitis a causa de la savia de algunas plantas.
La formación de polvo durante la recolección de remolacha es menor. La concentración máxima de polvo en la cabina no supera los 30 mg/m3.
La recolección de cereales se realiza generalmente en la estación más cálida. La temperatura de la cabina puede aumentar entonces hasta 36 a 40 C. El nivel de radiación solar directa puede alcanzar los 500 W/m2 y aú n má s si se utiliza vidrio corriente para las ventanas de la cabina. El vidrio coloreado reduce la temperatura de la cabina en 1 a 1,6 C. Un sistema mecá nico de ventilació n forzada con un flujo de 350 m3/h
puede crear una diferencia de temperatura entre el aire del interior y del exterior de 5 a 7 C. Si la cosechadora está equipada con persianas ajustables, esta diferencia disminuye a 4 a 6 C.
Los cultivos de labranza se recogen en los meses del otoñ o. En general, las condiciones del microclima en las cabinas en este tiempo no suponen un gran problema de salud.
La experiencia de los países desarrollados indica que la agricultura en pequeñ as explotaciones puede ser rentable con la
mecanización a pequeñ a escala (minitractores - unidades motorizadas con una capacidad de hasta 18 caballos de fuerza, con diferentes tipos de equipo auxiliar).
El uso de este tipo de equipos da lugar a varios problemas de salud específicos. Entre é stos se incluyen la intensificació n de la carga de trabajo en determinadas estaciones, el uso de mano de obra infantil y de personas ancianas, la ausencia de medios de protecció n frente al intenso ruido, las vibraciones del cuerpo entero y localizadas, las condiciones meteoroló gicas nocivas, el polvo, los plaguicidas y los gases de escape. El esfuerzo necesario para mover las palancas de control de las unidades motorizadas puede llegar a 60 a 80 N (Newtons).
Algunos tipos de trabajo se realizan con la ayuda de animales de tiro o manualmente, debido a la falta de equipo o a la imposibilidad de utilizar maquinaria por algú n motivo. El trabajo manual requiere generalmente un esfuerzo físico considerable. Las necesidades de energía durante el arado, la siembra con tracció n por caballos y la siega manual pueden llegar a 5.000 a
6.000 cal/día o más.
Durante el trabajo manual son frecuentes las lesiones, especialmente entre los trabajadores sin experiencia, y asimismo las quemaduras por las plantas, las picaduras de insectos y reptiles y las dermatitis a causa de la savia de algunas plantas.
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