La caza comercial de la ballena continú a despertando una intensa atenció n pú blica y política debido a: 1) que se considera que las ballenas son seres únicos, 2) el cará cter inhumano de las té cnicas de caza y 3) el hecho de que la mayoría de las pobla- ciones de ballenas —como la azul, el rocual o el cachalote— han sufrido un drá stico descenso. Actualmente, la caza se concentra en la ballena hocicuda, que las flotas balleneras no cazaban anteriormente por su pequeño tamañ o (7 a 10 m) en comparació n con otras mucho má s grandes.
En 1982, La Comisió n Ballenera Internacional (CBI) adoptó una moratoria global para la caza comercial de las ballenas que entró en vigor en la temporada ballenera 1985/1986 y se prevé que tenga una duración indefinida. Sin embargo, dos países —Noruega y Rusia— mantienen reservas oficiales a esta moratoria y Noruega la utiliza para proseguir la caza comercial de ballenas en el Atlántico nororiental. Aunque Japó n no mantiene ninguna reserva a la moratoria, sigue cazando ballenas en el Pacífico norte y en los océ anos meridionales amparándose en un artículo del Convenio internacional para la regulació n de la pesca de la ballena que permite a los Estados parte matar ballenas con fines de investigació n científica. Las flotas japonesa y noruega matan menos de 1.000 ballenas anuales y prá cticamente toda la carne de ballena termina en el mercado japoné s para consumo humano.
En 1982, La Comisió n Ballenera Internacional (CBI) adoptó una moratoria global para la caza comercial de las ballenas que entró en vigor en la temporada ballenera 1985/1986 y se prevé que tenga una duración indefinida. Sin embargo, dos países —Noruega y Rusia— mantienen reservas oficiales a esta moratoria y Noruega la utiliza para proseguir la caza comercial de ballenas en el Atlántico nororiental. Aunque Japó n no mantiene ninguna reserva a la moratoria, sigue cazando ballenas en el Pacífico norte y en los océ anos meridionales amparándose en un artículo del Convenio internacional para la regulació n de la pesca de la ballena que permite a los Estados parte matar ballenas con fines de investigació n científica. Las flotas japonesa y noruega matan menos de 1.000 ballenas anuales y prá cticamente toda la carne de ballena termina en el mercado japoné s para consumo humano.
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