viernes, 10 de abril de 2009

Peligros del almacenamiento


En las instalaciones donde se almacenan los residuos sólidos debe mantenerse el control de los vertidos y escapes de agua a las aguas superficiales y subterráneas. Por eso deben ser instalaciones pavimentadas o forradas (que pueden funcionar como estanques estacionales) o cubiertas.
El almacenamiento líquido y de lechada se limita básicamente a estanques, lagunas, zanjas o tanques, subterráneos o no El almacenamiento de larga duración coincide con el tratamiento in situ, habitualmente por digestión anaerobia. La digestión anaerobia reducirá la producción de sólidos volátiles que se indican en la Tabla 70.13, así como la emanación de olores por la ulterior utilización. Los depósitos subterráneos no vigilados pueden dar lugar a lesiones o fallecimientos por entradas y caídas accidentales (Knoblauch y cols. 1996).
La transferencia de estiércol líquido constituye un peligro muy variable debido a los mercaptanos producidos por la digestión anaerobia. Se ha demostrado que los mercaptanos (gases que contienen azufre) son los contribuyentes principales al olor del estiércol, y que todos son bastante tóxicos (Banwart y Brenner 1975). Quizás el efecto más peligroso del H2S de los que se citan en la Tabla 70.14 sea su insidiosa capacidad de paralizar el sentido del olfato en concentraciones de 50 a 100 ppm, eliminado la capacidad de los sentidos de detectar niveles mayores, cuya toxicidad es muy rápida. Basta con alma- cenar líquidos durante 1 semana para que se inicie la producción anaerobia de mercaptanos tóxicos. Se cree que las importantes diferencias en las tasas de generación de gas por el estiércol de larga duración se deben a las variaciones incontroladas de las diferencias físicas y químicas del stiércol

almacenado, como la temperatura, el pH y la carga orgánica y de amoníaco (Donham, Yeggy y Dauge 1985).
La liberación de estos gases mientras están almacenados, que normalmente es lenta, aumenta mucho si se agita la lechada para disolver el barro acumulado en el fondo. Al agitar estiércol líquido se han comunicado concentraciones de H2S de 300 ppm (Panti y Clark 1991), y se han medido hasta 1.500 ppm. Las cantidades de gas liberadas son demasiado altas para controlarlas por medio de la ventilación. Es fundamental percatarse de que la digestión anaerobia natural no tiene control, y por lo tanto es muy variable. Se puede predecir la frecuencia de exposi- ciones excesivas graves y fatales por métodos estadísticos, pero no en un lugar o momento concretos. Un estudio realizado entre vaqueros en Suiza comunicó una frecuencia de aproximadamente un accidente por gas de estiércol por cada 1.000 años- persona (Knoblauch y cols. 1996). Es necesario tomar precau- ciones de seguridad cada vez que se prevea remover los dese- chos, para evitar los episodios inhabitualmente peligrosos. Si el operador no lo remueve, la lechada se irá acumulando hasta que sea necesario retirarla por medios mecánicos. Hay que dejar secar esta lechada antes de alguien entre físicamente en un depósito delimitado. Debe existir un programa escrito para la gestión del espacio confinado.
Entre las alternativas a los estanques anaerobios, aunque poco utilizadas, están el estanque aerobio, un estanque facultativo (a base de bacterias que pueden crecer en condiciones aerobias y anaerobias), el secado (desecado), el compostaje o un digestor anaerobio que produzca gas biológico (USDA 1992). Se pueden crear condiciones aerobias o bien impidiendo que el líquido alcance una profundidad superior a 60 a 150 cm o bien mediante aireación mecánica. La aireación natural necesita más espacio; la aireación mecánica es más cara, como ocurre con las bombas de circulación de un estanque facultativo. El compostaje puede hacerse en hileras de estiércol que deben ser dadas la vuelta cada 2 a 10 días, en pilas estáticas pero aireadas o en un depósito construido al efecto. Hay que reducir el elevado contenido en nitrógeno del estiércol mezclando una elevada dosis de carbono que respalde el crecimiento microbiano termófilo nece- sario para el compostaje, y así controlar los olores y retirar los patógenos. El compostaje es un método barato de tratar los cadáveres de animales pequeños, si las ordenanzas locales lo permiten. Véase también el artículo “Operaciones de eliminación de residuos” en otra parte de esta Enciclopedia. Si no se dispone de una planta de tratamiento de residuos, otras opciones son la incineración o el enterramiento. Es importante tratarlos cuanto antes para controlar las enfermedades de los animales o de los rebaños. Los excrementos de cerdos y aves son particularmente adecuados para la producción de metano, pero su técnica de utilización no ha sido masivamente adoptada.
En la superficie del estiércol líquido pueden formarse grandes costras que le dan aspecto de sólido. Puede que, al caminar sobre la costra, ésta se rompa y el trabajador se ahogue. Los trabajadores también pueden resbalar y caer en el estiércol líquido, y ahogarse. Es importante tener equipos de rescate cerca de los depósitos de estiércol líquido, y evitar trabajar a solas. Algunos gases del estiércol, como el metano, son explosivos, y hay que colocar señales de “no fumar” en el depósito de estiércol o en los alrededores (Deere & Co. 1994).

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