Los procesos de cría de rumiantes varían desde las explotaciones intensivas de elevada producción, como los grandes ranchos de terneras de 2,000 km2 en Texas hasta los pastos comunales que utilizan los pastores nómadas de Kenia y de Tanzania. Algunos granjeros emplean los bueyes como fuerza de tracción en tareas de ganadería como el arado. En zonas húmedas, el búfalo hace el mismo servicio (Ker 1995). La tendencia es favorable a los sistemas intensivos de elevada producción (Gillespie 1997).
La producción intensiva de grandes cantidades de vacas depende de diversas operaciones interrelacionadas. Una es el sistema de vacaternera, que implica el mantenimiento de un rebaño de vacas. Estas son cubiertas por toros o por inseminación artificial para producir terneras que, una vez deste- tadas, son vendidas a los ganaderos correspondientes, que las crían para sacrificio. Los machos son castrados para el mercado de matanza; un ternero castrado recibe el nombre de novillo. Los criadores de razas puras mantienen los rebaños de animales de cría, incluidos los toros, que son animales muy peligrosos.
Las ovejas se cuidan en pastos o en granjas. En los pastos es frecuente que haya de 1.000 a 1.500 cabezas. En las granjas, la producción suele ser pequeña y, habitualmente, un negocio secundario. Las ovejas se crían por la lana o por los corderos. Estos no tienen cola, y la mayor parte de los machos son castrados. Algunas empresas se especializan en criar carneros para obtener razas puras.
Las cabras se crían en pastos o en pequeñas explotaciones para obtener su piel, leche y carne. Los criadores de razas puras tienen pequeñas explotaciones donde crían carneros con fines reproductivos. Existen razas específicas para cada uno de estos productos. A las cabras se les quitan los cuernos, y se castra a la mayor parte de los machos. Las cabras se alimentan de brotes, ramitas y hojas de arbustos, por lo que también pueden ser utilizadas para controlar los arbustos en un rancho o en una explotación.
Otros procesos importantes que forman parte de la cría de vacuno, ovino y caprino son la alimentación, el control de enfermedades y parásitos, el esquilado de la lana y el trasquilado. El proceso de ordeño y el de eliminación de residuos se abordan en otros artículos de este capítulo.
Las vacas, ovejas y cabras se alimentan de diversas maneras, como el pasto, el heno o el ensilaje. El pasto es la forma más barata de aportar forraje a los animales. Los animales suelen pacer en dehesas, campos sin cultivar o en los que se ha recolec- tado el maíz, y en los que quedan residuos, como los tallos de la planta. El heno suele recolectarse en el campo y almacenarse suelto en balas. La operación de alimentación consiste en pasar el heno de los almiares a campo abierto o a comederos en los que se alimentan los animales. Algunos cultivos, como el maíz, se recolectan y se convierten en ensilaje. Habitualmente, el ensilaje es trasladado por medios mecánicos a los pesebres para que se alimenten los animales.
La producción intensiva de grandes cantidades de vacas depende de diversas operaciones interrelacionadas. Una es el sistema de vacaternera, que implica el mantenimiento de un rebaño de vacas. Estas son cubiertas por toros o por inseminación artificial para producir terneras que, una vez deste- tadas, son vendidas a los ganaderos correspondientes, que las crían para sacrificio. Los machos son castrados para el mercado de matanza; un ternero castrado recibe el nombre de novillo. Los criadores de razas puras mantienen los rebaños de animales de cría, incluidos los toros, que son animales muy peligrosos.
Las ovejas se cuidan en pastos o en granjas. En los pastos es frecuente que haya de 1.000 a 1.500 cabezas. En las granjas, la producción suele ser pequeña y, habitualmente, un negocio secundario. Las ovejas se crían por la lana o por los corderos. Estos no tienen cola, y la mayor parte de los machos son castrados. Algunas empresas se especializan en criar carneros para obtener razas puras.
Las cabras se crían en pastos o en pequeñas explotaciones para obtener su piel, leche y carne. Los criadores de razas puras tienen pequeñas explotaciones donde crían carneros con fines reproductivos. Existen razas específicas para cada uno de estos productos. A las cabras se les quitan los cuernos, y se castra a la mayor parte de los machos. Las cabras se alimentan de brotes, ramitas y hojas de arbustos, por lo que también pueden ser utilizadas para controlar los arbustos en un rancho o en una explotación.
Otros procesos importantes que forman parte de la cría de vacuno, ovino y caprino son la alimentación, el control de enfermedades y parásitos, el esquilado de la lana y el trasquilado. El proceso de ordeño y el de eliminación de residuos se abordan en otros artículos de este capítulo.
Las vacas, ovejas y cabras se alimentan de diversas maneras, como el pasto, el heno o el ensilaje. El pasto es la forma más barata de aportar forraje a los animales. Los animales suelen pacer en dehesas, campos sin cultivar o en los que se ha recolec- tado el maíz, y en los que quedan residuos, como los tallos de la planta. El heno suele recolectarse en el campo y almacenarse suelto en balas. La operación de alimentación consiste en pasar el heno de los almiares a campo abierto o a comederos en los que se alimentan los animales. Algunos cultivos, como el maíz, se recolectan y se convierten en ensilaje. Habitualmente, el ensilaje es trasladado por medios mecánicos a los pesebres para que se alimenten los animales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario