sábado, 7 de junio de 2008

Uso de plaguicidas en los invernaderos

Las enfermedades e insectos que atacan a las plantas pueden causar graves problemas a los trabajadores de los invernaderos. En general, es más fá cil prevenir estos dañ os que intentar erradicar la plaga despué s. Algunas plagas comunes en invernaderos son insectos, hongos, virus, bacterias y nematodos. Para combatirlas se aplican productos químicos (plaguicidas).
Existen muchos mé todos de aplicación de los plaguicidas para que sean eficaces. Los má s comunes son: pulverización de líquidos, nebulizació n, o distribución de nieblas, polvos, vapores, humos, aerosoles y grá nulos. Los pulverizadores constan de un recipiente con una mezcla de agua y plaguicida, dotado de un tubo flexible al que se ha conectado una boquilla rociadora. Al presionar, la mezcla se distribuye sobre las plantas en forma de gotas de líquido. Los nebulizadores utilizan una té cnica similar, pero las gotas resultantes son má s pequeñas. Los plaguicidas en polvo suelen liberarse al aire dejando que se depositen sobre la superficie de las plantas. Los vaporizadores utilizan dispositivos calefactores para generar gotas muy pequeñas diri- gidas a las plantas. Los humos de plaguicida se generan mediante la ignició n de un quemador y su introducción en un recipiente que contiene el compuesto químico.
Los aerosoles se introducen a presión en un envase provisto de un vá lvula que libera el producto a la atmó sfera cuando se abre. Finalmente, los plaguicidas en grano se depositan en el suelo y se riega a continuació n. El agua del riego los disuelve y trans- porta la sustancia química hasta las raíces de la planta, matando a los organismos en el mismo suelo o siendo absorbida por la planta y matando a los organismos que se alimentan de ella. Todos estos mé todos de aplicació n de plaguicidas conllevan el riesgo de exposición a la sustancia química. Las dos vías má s frecuentes de exposición son la piel (dérmica) y los pulmones (por inhalación). Otra, aunque menos comú n, es la ingestió n de alimentos y bebidas contaminadas con plaguicidas. Los trabajadores de los invernaderos que manipulan los productos químicos o las plantas fumigadas pueden intoxicarse si no adoptan las oportunas medidas de precaución.
Las intoxicaciones por plaguicidas pueden evitarse instalando sistemas de ventilació n adecuados en los invernaderos, utilizando los equipos de protección individual necesarios (trajes, guantes, respiradores, botas —véase la Figura 64.7) y manteniendo é stos en perfecto estado, respetando los tiempos recomendados antes de volver a entrar en el invernadero y siguiendo las instrucciones que aparecen en las etiquetas. Otras medidas de precaució n se basan en almacenar todos los plaguicidas en una zona cerrada bajo llave y bien ventilada, colocar carteles en las zonas donde se han fumigado las plantas e instruir a los trabajadores sobre los plaguicidas y las té cnicas correctas para su aplicación y manipulación. Finalmente, todos los trabajadores encargados de la aplicación de plaguicidas deben aprender unas té cnicas adecuadas para la eliminación de los productos ya inservibles y de los recipientes vacíos.

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