domingo, 15 de junio de 2008

Métodos, equipos y riesgos comunes: Extracción (VII)

El transporte de cargas de trozas cortas, como en el caso de la madera para pasta o puntales en ciertas operaciones de aprovechamiento industrial, lo realizan todavía personas, sobre todo en la recolección de leña. Las cargas transportadas suelen exceder todos los límites recomendados, sobre todo en el caso de las mujeres, que son las que lo hacen. Su carga se vería aliviada si recibieran formación acerca de las técnicas apropiadas para evitar tensiones extremas en la columna vertebral y pudieran utilizar mochilas y similares para distribuir mejor el peso.
Los sistemas de extracción por cable difieren básicamente de otros sistemas de extracción en que la máquina no cambia de sitio. Las trozas se transportan por medio de un carro que se traslada por cables colgantes. Los cables se accionan con un cabrestante motorizado, también llamado malacate o torno de cable. La máquina se instala en el cargadero o en el extremo opuesto de la vía de cable, a menudo en lo alto de un cerro. Los cables se cuelgan por encima del suelo de uno o más “mástiles de amarre”, que pueden ser árboles o torres de acero. Hay muchos tipos diferentes de sistemas de cable: los portantes o cables-grúa llevan un carro que se traslada por la línea principal, pudiéndose soltar cable para permitir la introducción lateral de trozas en la línea, antes de levantarlas y transportarlas al carga- dero. Si el sistema permite la total suspensión de la carga durante el acarreo, las consecuencias para el suelo son mínimas. Como la máquina está fija, los sistemas de cable pueden utilizarse en pendientes y en suelo mojado. Los sistemas de cable son en general bastante más caros que el arrastre y requieren una cuidadosa planificación y operarios cualificados.
El montaje, el manejo y el desmontaje del sistema de cable entrañan riesgos, entre ellos, el impacto mecánico por deformación de la cabina o plataforma; la rotura de cables, anclajes, mástiles o soportes; los movimientos inadvertidos o incontrolados de cables, carros, bragas y cargas; y los aplastamientos, las rozaduras, etcétera, originados por las partes móviles. Entre los riesgos para la salud cabe citar el ruido, la vibración y las posturas de trabajo difíciles.
En los sistemas aéreos de extracción, las trozas quedan total- mente suspendidas en el aire durante todo el proceso. Los dos tipos que se utilizan en la actualidad son los sistemas de globos y los helicópteros, pero sólo está extendido el uso de los segundos. En el mercado existen helicópteros con capacidad para levantar alrededor de 11 toneladas. Las cargas van debajo del helicóp- tero, colgadas de un cable de entre 30 y 100 m de longitud, en función tanto de la topografía como de la altura de los árboles que debe sobrevolar el helicóptero. Las cargas se fijan con largas bragas y se llevan hasta el cargadero, donde se sueltan las bragas por control remoto desde la aeronave. Para sacar grandes trozas puede utilizarse un garabato accionado eléctricamente en lugar de las bragas. Por lo común, se tarda de dos a cinco minutos en cubrir el trayecto de ida y vuelta. Los helicópteros tienen un coste directo muy alto, pero también consiguen altas velocidades de producción y reducen o eliminan la necesidad de construir costosos caminos. Además, sus efectos en el medio ambiente son escasos. En la práctica, su uso está limitado a maderos de gran valor en regiones que de otro modo serían inaccesibles, o a otras circunstancias especiales.
Debido a las altas velocidades de producción necesarias para que este equipo resulte económico, en las operaciones con helicópteros se emplean muchos más trabajadores que con otros sistemas. Y se refiere tanto a los cargaderos como a las opera- ciones de corta. La saca forestal con helicópteros puede crear importantes problemas de seguridad, incluidos los accidentes mortales si no se toman precauciones y las plantillas no están bien preparadas.

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