domingo, 31 de marzo de 2013

Animales de tiro en Sri Lanka

Se calcula que la cifra total de cabezas de ganado en Sri Lanka es de 1,3 millones. Se emplean varias razas como animales de tiro. Las vacas se emplean para el transporte y el arado de campos de secano y de regadío, así como en tareas agrícolas. Los animales indígenas han sido utilizados por el pueblo para el transporte por los caminos durante decenios. Los cruces de razas indias con el ganado indígena han dado lugar a animales más grandes que se emplean mayoritariamente para el transporte por carretera. De la población total de 562.000 bueyes, el número que tiene una edad propicia para el trabajo, entre tres y doce años, es de unos
200.000 machos y 92.000 hembras.

sábado, 30 de marzo de 2013

Industria Forestal Calzado protector

El calzado protector de goma resiste bastante bien los cortes de las motosierras. El tipo de corte más frecuente se produce por el contacto de la cadena con la puntera del calzado. El calzado de seguridad debe tener un forro resistente a los cortes en la parte delantera y punteras metálicas; ésta es una muy buena protección contra estos cortes. Si hace calor resulta incómodo utilizar botas de goma y es mejor utilizar botas de cuero o zapatos de caña alta. Estos zapatos también deben estar provistos de punteras metá- licas. La protección es por lo común bastante menor que la de las botas de goma y es preciso tener aún más cuidado si se utilizan zapatos o botas de cuero. Los métodos de trabajo deben planificarse de modo que se minimice la posibilidad de que la cadena entre en contacto con los pies.
Es esencial que la suela externa esté bien adaptada y fabricada para evitar resbalones y caídas, que son muy comunes. En zonas donde el suelo puede estar recubierto de hielo y nieve
o donde los trabajadores andan sobre troncos resbaladizos, es preferible utilizar botas que puedan equiparse con púas.

viernes, 29 de marzo de 2013

Mecanismo de protección y eficacia de los equipos de protección personal

La ropa a prueba de cortes protege por medio de tres meca- nismos principales diferentes. En la mayoría de los casos, los pantalones y los guantes contienen un acolchado de seguridad fabricado a base de tela de varias capas con fibras de alta resis- tencia a la tracción. Cuando la cadena en movimiento toca estas fibras, se estiran y resisten el movimiento de la cadena. En segundo lugar, estos materiales de acolchado pueden correr por la rueda motriz y el surco de la hoja y aumentar la fricción de la cadena contra la hoja hasta detener la cadena. En tercer lugar, el material también puede fabricarse de modo que la cadena resbale sobre la superficie y no pueda penetrarla con facilidad. Cada faena requiere su propia cobertura de protección. Para las faenas forestales normales, el acolchado protector sólo cubre la parte delantera de los pantalones y la parte posterior de los guantes de seguridad. Las faenas especiales (p. ej., jardinería o cirugía silvícola) suelen requerir una mayor cobertura protec- tora. Los acolchados protectores cubren las piernas por completo, incluso la parte posterior. Si la sierra se sujeta por encima de la cabeza, puede ser necesario proteger la parte supe- rior del cuerpo.
También es preciso recordar siempre que todos los EPP ofrecen una protección limitada, y deben utilizarse métodos de trabajo correctos y cuidadosos. Las nuevas motosierras portátiles son tan eficaces que la cadena puede atravesar con facilidad el mejor material protector si la cadena se mueve a gran velocidad
o si entra en contacto con el material protector con gran fuerza. Los acolchados protectores a prueba de cortes fabricados con los mejores materiales actualmente conocidos serían tan gruesos que no se podrían utilizar en trabajos forestales pesados. El compromiso entre la eficacia de la protección y la comodidad se basa en los experimentos sobre el terreno. La reducción del nivel de protección para aumentar el confort de la ropa ha sido inevitable.

jueves, 28 de marzo de 2013

Industria Forestal EQUIPOS DE PROTECCION PERSONAL

El trabajo forestal es una de esas ocupaciones en las que siempre se necesitan equipos de protección personal (EPP). La mecaniza- ción ha reducido el número de trabajadores que utilizan motosierras portátiles, pero las demás faenas suelen realizarse en lugares difíciles a los que no pueden llegar las máquinas grandes.
La eficacia y la velocidad de la cadena de las motosierras portátiles han aumentado, mientras que ha disminuido la protección ofrecida por la ropa y el calzado diseñado para tal fin. La mayor necesidad de protección ha aumentado el peso del equipamiento. Especialmente en verano en los países nórdicos y todo el año en otros países, los dispositivos protectores añaden una carga más a la pesada faena de los trabajadores forestales. Este artículo está enfocado a los operarios de motosierras, pero en la mayoría de los trabajos forestales se necesita protección. La Tabla 68.9 contiene una descripción general de lo que se necesita normalmente.

miércoles, 27 de marzo de 2013

Repertorios de recomendaciones prácticas en la industria forestal (II)

Los nuevos repertorios se basan en inquietudes ecológicas más que en la seguridad. Sin embargo, existe un reconocimiento creciente de que en la industria forestal, la eficacia operativa, la protección ambiental y la seguridad son inseparables. Son la consecuencia de los mismos métodos y prácticas de planificación y trabajo. El apeo direccional para reducir el impacto sobre el resto del rodal o la regeneración y las normas de extracción en terreno abrupto son buenos ejemplos. Algunos repertorios, como los de la FAO y Fiji, se refieren de forma explícita a este vínculo y abordan simultáneamente la productividad, la protección ambiental y la seguridad en el trabajo. Lo ideal es que las reco- mendaciones no tengan capítulos especiales sobre seguridad, sino que las cuestiones de salud y seguridad en el trabajo estén incorporadas a sus disposiciones.
Las recomendaciones deben basarse en los métodos y tecnolo- gías de trabajo disponibles más seguros, exigir que se considere la seguridad en la planificación, establecer requisitos en materia de seguridad para equipos, enumerar los equipos de protección personal necesarios y contener normas sobre prácticas de trabajo seguras. En caso necesario, también deberán incluir disposiciones relativas a los campamentos, la nutrición y el trans- porte de los trabajadores. Y han de quedar reflejadas en las normas sobre supervisión y formación.
Los repertorios de recomendaciones pueden ser voluntarios y ser adoptados como obligatorios por grupos de empresas o por el sector forestal de un país en su conjunto. O ser legal- mente vinculantes. En cualquier caso, su cumplimiento se exigirá siempre por medio de procedimientos o requerimientos legales.
Es el propio sector forestal el que elabora muchas recomendaciones, lo cual garantiza su carácter práctico y su oportu- nidad, además de reforzar el compromiso de cumplimiento. En el caso de Chile, se ha creado un comité tripartito para que elabore el repertorio de recomendaciones. En Fiji, fue elaborado en un principio con una importante participación de la industria y el Ministerio de Bosques le otorgó después carácter de vinculante.
Las características citadas y la experiencia con las recomendaciones existentes les convierten en una herramienta muy eficaz para la mejora de la seguridad en la industria forestal, así como para conseguir la cooperación entre los funcionarios de segu- ridad, los administradores de indemnizaciones para trabajadores, los inspectores laborales y los profesionales de la salud en el sector forestal.

martes, 26 de marzo de 2013

Repertorios de recomendaciones prácticas en la industria forestal (I)

Al contrario que las disposiciones generales en materia de salud y seguridad en el trabajo, los repertorios de recomendaciones prác- ticas son conjuntos de normas, prescripciones y recomendaciones específicas de la industria forestal, desde un punto de vista prác- tico, que comprenden todos los aspectos de una operación. Incluyen consideraciones sobre salud y seguridad. Las recomen- daciones varían mucho en alcance y cobertura. Algunas son muy concisas, mientras que otras son complicadas y bastante deta- lladas. Pueden abarcar todo tipo de operaciones forestales o limitarse a las consideradas más cruciales, como el aprovechamiento forestal.
Los repertorios de recomendaciones prácticas pueden ser un complemento muy interesante a las disposiciones en materia de seguridad generales o específicas de la industria forestal. Durante la última década, cada vez más países han adoptado o están desarrollando recomendaciones. Como ejemplos cabe citar Australia, Fiji, Nueva Zelanda, Suráfrica y numerosos estados de los Estados Unidos. En el momento de redactarse el presente artículo, se estaban realizando o planificando trabajos en varios países más, entre ellos Chile, Indonesia, Malaisia y Zimbabwe.
También existen repertorios de recomendaciones prácticas internacionales concebidos como directrices. El Código modelo de prácticas de aprovechamiento forestal de la FAO (1996) comprende todos los aspectos de las prácticas generales de aprovecha- miento forestal. El Repertorio de recomendaciones prácticas Seguridad y salud en el trabajo forestal de la OIT, publicado en su primera edición en 1969 y que se volverá a editar revisado en 1998 [disponible en 1997 como documento de trabajo (OIT 1997)], trata exclusivamente de la salud y la seguridad en el trabajo.

lunes, 25 de marzo de 2013

Industria Lactea Los pasillos deben mantenerse despejados

Los materiales derra- mados deben limpiarse de inmediato. Los suelos deben cubrirse de material antideslizante. La maquinaria debe protegerse de manera adecuada y ponerse a tierra, y deben instalarse interrup- tores de circuito de tierra accidental en las áreas húmedas. Es necesario establecer los procedimientos de bloqueo y adver- tencia pertinentes para garantizar que la posibilidad de un arranque imprevisto de las máquinas y los equipos no provoque lesiones al personal de las fábricas.

domingo, 24 de marzo de 2013

Industria Lactea Riesgos y su prevención

Los riesgos para la seguridad consisten en los resbalones y las caídas causados por las superficies húmedas o jabonosas de suelos
y escaleras; las exposiciones a máquinas desprotegidas como las que tengan puntos de mordedura, los transportadores, los dispositivos de empaquetado, los mecanismos de relleno, los cortadores, etc.; y las exposiciones a descargas eléctricas, sobre todo en áreas húmedas.

sábado, 23 de marzo de 2013

Industria Lactea Buenas prácticas de fabricación

Las buenas prácticas de fabricación (BPF) son directrices conce- bidas para facilitar el funcionamiento ordinario de los centros de producción láctea y garantizar la fabricación en condiciones de seguridad. Entre las áreas abordadas figuran las instala- ciones, la recepción y el almacenamiento, el rendimiento y el mantenimiento de los equipos, los programas de formación del personal, la higiene y los programas de retirada de los productos. La contaminación microbiológica, física y química de los productos lácteos constituye una gran preocupación en el sector. Son riesgos de carácter microbiológico los planteados por el brucella , el clostridium botulinum, el listeria monocytogenes , la hepatitis A y E, la salmonella, el escherichia coli 0157:H7, el bacillus cereus, el staphylococcus aureus y diversos parásitos. Entre los riesgos químicos se cuentan las toxinas naturales, los metales, los resi- duos de fármacos, los aditivos alimentarios y los productos químicos inadvertidos. Como consecuencia, las industrias lácteas llevan a cabo numerosas pruebas farmacológicas, microbioló- gicas y de otros tipos para garantizar la pureza de sus productos. La limpieza por vapor y química de los equipos es necesaria para mantener las condiciones de higiene.

viernes, 22 de marzo de 2013

INDUSTRIA LACTEA (II)

En la producción de queso cheddar, la leche bruta recibida se filtra, se almacena y la nata se separa como se ha descrito. Antes de la pasteurización, los ingredientes secos y no lácteos se mezclan con la leche. El producto combinado se pasteuriza a una temperatura superior a 72 °C durante más de 15 segundos. Una vez superado este proceso, se añade el medio iniciador
(previamente pasteurizado). La mezcla de queso y leche se intro- duce en una cuba preparada al efecto. En este momento, pueden agregarse los colorantes, la sal (ClNa), el cuajo y el cloruro cálcico (CaCl2 ). Posteriormente, el queso pasa a la mesa de desecado. Puede volver a añadirse sal en esta fase. Se elimina el suero y se deposita en un recipiente de almacenamiento. Antes del llenado puede utilizarse un detector de metales para comprobar la presencia de fragmentos metálicos en el queso. Después del llenado, el queso se prensa, se empaqueta, se alma- cena y se introduce en la cadena de distribución.
En cuanto a la producción de mantequilla, la nata sin tratar obtenida al desnatar la leche se almacena en el propio centro de elaboración o es recibida en camiones o bidones. La nata se pasteuriza a temperaturas superiores a 85 °C durante más de 25 segundos y se mantienen en depósitos de almacenamiento. La nata es precalentada y bombeada a la mantequera. Durante el batido de la leche, puede añadirse agua, colorantes, sal y el destilado iniciador. Tras esta operación, el suero producido se acumula en depósitos. La mantequilla se bombea a un silo
y se empaqueta posteriormente. Puede utilizarse un detector de metales antes o después del empaquetado para comprobar la presencia de fragmentos metálicos en el producto. Una vez empaquetada, la mantequilla se dispone en paletas, se almacena y se introduce en la cadena de distribución.
En la producción de leche en polvo, la leche sin tratar se recibe, filtra y almacena como ya se ha descrito. Tras su almacenamiento, se precaliente y desnata. La nata en bruto se conserva en el centro de producción o se envía a otro lugar. La leche restante se pasteuriza. La temperatura de la nata y la leche desnatada sin tratar debe ser inferior a 7 °C y mantenerse durante un período no superior a 72 horas. La leche desnatada en bruto se pasteuriza a una temperatura superior a 72 °C durante 15 segundos, se evapora mediante secado entre cilindros calentados o deshidratación por aspersión y se almacena en depósitos. Después de su almacenamiento, el producto se introduce en un sistema de secado. Una vez concluida esta opera- ción, se procede a su refrigeración. El aire utilizado, tanto caliente como frío, debe filtrarse. Tras el enfriamiento, el producto se traslada a un depósito de almacenamiento a granel, se tamiza y se envasa. Puede utilizarse un imán antes del enva- sado para detectar la presencia de fragmentos de metales ferrosos mayores de 0,5 mm en la leche en polvo. Asimismo, puede aplicarse un detector de metales antes o después del enva- sado. Una vez concluida esta operación, la leche en polvo se almacena y se distribuye.

jueves, 21 de marzo de 2013

INDUSTRIA LACTEA (I)

Los productos lácteos constituyen un elemento importante de la alimentación humana desde tiempos remotos, cuando los animales comenzaron a domesticarse. En un principio, el trabajo se realizaba en el hogar o en las explotaciones agrarias e, incluso en la actualidad, gran parte de la producción se genera en pequeñas empresas, aunque la existencia de grandes industrias es habitual en numerosos países. Las cooperativas han tenido una gran importancia en el desarrollo de esta industria y la mejora de sus productos.
En muchos países, se han adoptado normativas estrictas que regulan la elaboración de productos lácteos y en las que se esta- blece, por ejemplo, la obligación de pasteurizar todos los líquidos. En la mayoría de las industrias lácteas, la leche se pasteuriza; en ocasiones, se esteriliza o se homogeneiza. La obtención de productos lácteos seguros y de alta calidad es el objetivo de los centros productivos actuales. Aunque los recientes avances tecnológicos permiten una mayor sofisticación y auto- matización, la seguridad sigue siendo motivo de preocupación.
La leche líquida o fluida es la materia prima básica de la industria láctea. Se recibe en camiones cisterna (o, en ocasiones, en bidones) y se descarga. Los depósitos son revisados para comprobar la existencia de residuos de fármacos y la tempera- tura. La leche se filtra y se almacena en depósitos o silos. Su temperatura debe ser inferior a 7 °C y no debe mantenerse durante plazos superiores a 72 horas. Tras su almacenamiento, la leche es desnatada, la nata sin tratar se almacena en el mismo centro de producción o en otra ubicación y la leche restante se pasteuriza. La nata debe cumplir las mismas condiciones de temperatura y conservación referidas respecto a la leche. Antes o después de la pasteurización (calentamiento a 72 °C durantev 15 segundos), pueden añadirse vitaminas. En el caso de que se agreguen, deben administrarse las concentraciones adecuadas. Tras la pasteurización, la leche se traslada a un depósito de almacenamiento. A continuación, se envasa, se refrigera y comienza su distribución.

miércoles, 20 de marzo de 2013

CULTIVO Y TRANSFORMACION DE LA CAÑA DE AZUCAR (I)

La cañ a de azú car es una planta excepcionalmente alta que se cultiva en regiones tropicales y subtropicales por su contenido en sacarosa y productos derivados, como la melaza y el bagazo (residuo fibroso). Crece en haces o racimos de cañ as cilíndricas que miden entre 1,25 y 7,25 cm de diá metro y 6-7 m de altura. Las cañ as crecen rectas hacia arriba hasta que pesan demasiado para mantenerse derechas. Entonces se inclinan para formar una rama lateral y continú a el crecimiento hacia arriba. De esta forma se obtiene un campo de cañ a maduras que forman un dibujo de malla. La planta contiene una savia con la que se elabora azú car. Se cultiva en toda la regió n del Caribe, en Amé rica Central y del Sur, en la India, islas del Pacífico, Australia, Africa Central y del Sur, Mauricio y el sur de los Estados Unidos. Su uso principal es la producció n de azú car, pero tambié n la cañ a puede fermentarse y destilarse para producir ron. El bagazo, la materia celuló sica que queda tras el prensado, puede emplearse en la fabricació n de papel y otros productos o como combustible.
En condiciones favorables y con el uso adecuado de plaguicidas y fertilizantes, la cañ a crece rá pidamente. Para lograr el má ximo contenido de azú car (10-17 % del peso total), deber ser cosechada tan pronto como alcanza su ú ltimo período de creci- miento. Antes de la recolecció n se quema la maleza, eliminando las malas hierbas sin dañ ar la cosecha y destruyendo serpientes, insectos peligrosos y otras plagas que viven en la densa vegeta- ció n de los campos de cañ as. La corta se realiza a mano empleando machetes o utilizando má quinas especiales para cortar las cañ as de azú car. La mecanizació n de la corta de la cañ a de azú car se ha desarrollado en el decenio de 1990. Sin embargo, en muchas partes del mundo y en campos a los que no puede acceder la maquinaria, la cañ a se sigue cortando manualmente. En la é poca de la recolecció n se emplean en este menester gran nú mero de trabajadores migrantes o temporeros, especialmente en las zonas donde dicha recolecció n se realiza a mano.

martes, 19 de marzo de 2013

Riesgos y su prevención (III)

Los productos químicos utilizados al inicio del ciclo de producció n agrícola para la preparació n del lecho de siembra y la plantació n imponen tambié n riesgos para los trabajadores agrícolas. Los productos químicos pueden aumentar la fertilidad del suelo, reducir la competencia de malas hierbas e insectos y aumentar la productividad. El principal problema de los productos fitosanitarios son las exposiciones de larga duració n; sin embargo, el anhídrido amó nico, un fertilizante líquido comprimido, puede causar lesiones inmediatas. El anhídrido amó nico (NH3 ) es un compuesto higroscó pico e hidró filo que causa quemaduras cuando se disuelve en el tejido corporal. El gas amó nico es un potente irritante pulmonar, pero sus propiedades permiten detectarlo fá cilmente. Tiene tambié n un bajo punto de ebullició n y se congela por contacto, causando tambié n quemaduras graves. El uso de equipos protectores es el mejor medio para reducir el riesgo de exposició n. Cuando dicha exposició n se produce, el tratamiento de primeros auxilios consiste en lavar rá pidamente la zona afectada con agua abundante.
Los trabajadores de la producció n de cereales está n tambié n expuestos a lesiones potenciales por resbalones y caídas. Una persona puede morir como consecuencia de las lesiones sufridas por una caída desde una altura de tan só lo 3,7 m. lo que fá cil- mente se supera en las plataformas de la mayoría de las má quinas o los depó sitos donde se almacena el grano. Estos depó sitos tienen una altura de entre 9 y 30 m, que solo puede alcanzarse utilizando escaleras. Las inclemencias climá ticas pueden tornar resbaladizas las superficies por la lluvia, la niebla, el hielo o la nieve, de manera que el uso de defensas, barandillas y calzado con suelas antideslizantes es muy impor- tante. Dispositivos como arneses corporales o cuerdas de seguridad pueden tambié n utilizarse para frenar las caídas y prevenir accidentes.

lunes, 18 de marzo de 2013

Riesgos y su prevención (II)

Durante la recolecció n, el almacenamiento y el transporte de cereales y semillas oleaginosas, los trabajadores agrícolas está n expuestos a polvo, esporas, micotoxinas y endotoxinas que pueden ser nocivas para el aparato respiratorio. El polvo bioló gi- camente activo es capaz de producir irritació n y/o respuestas alé rgicas, inflamatorias o infecciosas de los pulmones. Los traba- jadores pueden evitar o reducir su exposició n al polvo, o utilizar equipos de protecció n personal como respiradores con filtros mecá nicos o suministro de aire en entornos polvorientos. Algunos sistemas de manipulació n y almacenaje reducen al mínimo la formació n de polvo y algunos aditivos, como los aceites vegetales, pueden evitar que el polvo quede suspendido en la atmósfera.
En algunas condiciones durante el almacenamiento, el grano puede estropearse y emitir gases que entrañ an riesgo de asfixia. El dió xido de carbono (CO2 ) puede acumularse encima de una superficie de grano desplazando al oxígeno y resultando nocivo para los trabajadores si los niveles de oxígeno descienden por debajo del 19,5 %. En estas situaciones los respiradores con filtros mecá nicos no sirven para nada.
Otro riesgo es la posibilidad de incendios y explosiones durante la manipulació n y el almacenamiento de cereales o semillas oleaginosas. Las partículas de polvo que quedan suspendidas en el aire cuando el grano se mueve crean una atmó sfera propensa a una potente explosió n. Só lo se necesita una fuente de ignició n, como un cojinete sobrecalentado o una correa que roce contra un componente de la carcasa. El mayor riesgo existe en los grandes elevadores de los puertos o en los elevadores comunitarios terrestres que mueven grandes cantidades de grano. Un mantenimiento preventivo adecuado y una buena higiene reducen el riesgo de una posible ignició n y de atmó sferas explosivas.

domingo, 17 de marzo de 2013

Control de ruidos

Las exposiciones significativas a ruidos suelen proceder de equipos como trenzadoras y trituradoras de correa, salidas de aspiració n de aire y fugas de aire comprimido o de vapor. Los cerramientos acústicos resultan efectivos para trenzadoras y tritu- radoras. En cuanto a las salidas de aspiración de aire, son muy útiles los silenciadores disponibles en el mercado. En algunos casos, las salidas confluyen en un colector común que realiza la evacuació n total al lugar adecuado. El ruido emitido por las fugas de aire puede reducirse mejorando el mantenimiento, el cerra- miento, el diseñ o o las buenas prá cticas, con lo que se limita el ciclo de ruido.

Riesgos y su prevención (I)

Todas las herramientas utilizadas para la recolecció n de cereales —desde las cosechadoras hasta la sencilla guadañ a— tienen un aspecto en comú n: son peligrosas. Son herramientas agresivas; está n diseñ adas para cortar, triturar o tronchar materiales de las plantas que se introducen en ellas y no son capaces de distinguir entre un cultivo y una persona. Algunos de los riesgos mecá nicos asociados a la recolecció n de cereales corresponden a los puntos de corte, aspiració n, trituració n, enredado, enrollado y atenazado. Una cosechadora introduce en su interior las plantas de maíz a una velocidad de 3,7 metros por segundo (m/s), excesiva para que los seres humanos puedan evitar quedar enredados, incluso con un tiempo de reacció n normal. Las hé lices y unidades con toma de fuerza utilizadas para mover el grano, giran a una velocidad de 3 m/s y 2 m/s, respectivamente, y tambié n conllevan el riesgo de quedar enredado.
Los trabajadores agrícolas pueden también experimentar pé rdidas auditivas causadas por el ruido producido por la potente maquinaria y los equipos utilizados en la producció n agrícola. Los ventiladores helicoidales que empujan el aire calentado a travé s de un depó sito o tanque de almacenaje para secar el grano pueden generar niveles de ruido iguales o superiores a 110 dBA. Puesto que las unidades de secado del grano suelen ubicarse cerca de los edificios habilitados como viviendas y funcionan ininterrumpidamente durante toda la temporada, suelen causar importantes pé rdidas auditivas a los trabajadores agrícolas y a sus familiares durante largos períodos de tiempo. Otras fuentes de ruido que pueden contribuir a la pé rdida audi- tiva son má quinas como tractores, cosechadoras y equipos de transporte, así como el movimiento de los granos a travé s de una tolva de descarga.

Los trabajadores agrícolas pueden tambié n verse expuestos a importantes riesgos de asfixia si quedan sepultados bajo un alud de grano, ya sea por acceder inadvertidamente a la zona de descarga o por derrumbamiento de una superficie sobre la que se almacene é ste. Una persona atrapada entre el grano no puede ser rescatada debido al tremendo peso de é ste. Los trabajadores pueden evitar los accidentes en la zona de descarga del grano desconectando siempre todos los equipos de descarga y transporte antes de entrar en ella y bloqueando todas las tolvas de flujo por gravedad. El riesgo de derrumbamiento es tambié n difícil de prevenir, pero los trabajadores pueden evitar la situa- ció n conociendo la estructura del almacé n y el grano que contiene. Todos los trabajadores deben seguir estrictamente los procedimientos de acceso a espacios confinados para evitar el riesgo de quedar sepultados bajo el grano.

CULTIVO DE CEREALES Y SEMILLAS OLEAGINOSAS

Algunas plantas de la familia de las herbá ceas, como el trigo, el centeno, la cebada, la avena, el maíz, el arroz, el sorgo y el mijo, son productos agrícolas valiosos que representan la mayor parte de la agricultura de producció n. Los cereales son ricos en hidratos de carbono y constituyen una importante fuente de alimentos para los animales y los seres humanos.
En la dieta humana, los cereales pueden constituir hasta el 60 % de toda las calorías y el 55 % de las proteínas, utilizá ndose como alimento y también como bebida. El pan es el alimento má s comú n que se obtiene de los cereales, aunque é stos son tambié n importantes para la producció n de cerveza y licores. Los cereales constituyen un ingrediente bá sico en la destilació n de bebidas alcohó licas insípidas. Se utilizan tambié n para fabricar piensos, entre ellos los destinados a animales de compañ ía, animales de tiro y animales criados para obtener productos cá rnicos destinados al consumo humano.
El conocimiento de los cereales se remonta a los albores de la civilización. En 1996 la producción mundial fue de 2.003.380.000 toneladas. Este volumen ha aumentado má s de un 10 % desde el decenio de 1980 (FAO 1997).
Tres de los principales cereales cultivados por su aceite, llamados tambié n semillas oleaginosas, son la soja, la colza y el girasol. Aunque existen diez tipos diferentes de cultivos de semillas oleaginosas, estos tres representan la mayoría del mercado, con la soja a la cabeza. Casi todas las semillas oleaginosas se trituran y transforman para obtener aceites vegetales y alimentos con alto contenido proté ico. Los aceites vegetales se utilizan en su mayor parte para cocinar o para aliñ ar ensaladas, La producció n de cereales y semillas oleaginosas se ve afectada por factores regionales como el clima y la geografía. Los suelos y ambientes secos limitan la producció n de maíz, mientras que los suelos hú medos pueden disminuir la producció n de trigo. La temperatura, la pluviometría, la fertilidad del suelo y la topo- grafía determinan tambié n el tipo de cereales o semillas oleagi- nosas que pueden cultivarse con é xito.
Para la producció n de cereales y semillas oleaginosas, el trabajo se divide en cuatro etapas: preparació n del lecho de siembra y plantació n, recolecció n, almacenamiento y transporte de los productos al mercado o a la planta de transformació n. En la agricultura moderna, algunos de estos procesos han cambiado completamente, pero otros procesos han variado poco desde la civilizació n remota. No obstante, la mecanizació n de la agricultura ha creado nuevas situaciones y problemas de seguridad.