La mejor forma de proteger a un trabajador de la exposición a contaminantes aéreos es por medio de eficaces controles diseñados al efecto que capturan los posibles contaminantes allí donde se producen, antes de que puedan pasar al aire. En la mayor parte de los entornos industriales, es posible reducir los contaminantes del aire a niveles seguros en origen mediante la instalación de medidas de control adecuadas. Llevar mascari- llas es el método menos deseable para reducir la exposición de los trabajadores a los contaminantes del aire, y su empleo sólo se recomienda cuando no es posible realizar controles más sofisti- cados, o mientras se instalan o reparan estos. No obstante, en la actualidad, llevar una mascarilla es probablemente el método más factible para reducir la exposición de los trabajadores avícolas a los contaminantes del aire. El principal objetivo de los sistemas de ventilación general de los corrales no es reducir la exposición de los trabajadores avícolas. Se está investigando para crear sistemas de ventilación adecuados capaces de reducir la contaminación del aire.
No todas las mascarillas proporcionan el mismo nivel de protección, y el tipo elegido para un corral de confinamiento puede variar según la edad de las aves, la antigüedad y el estado de las camas, el tipo de bebedero y la posición de las cortinas laterales (abiertas o cerradas). Todos estos factores afectan a las concentraciones aéreas de polvo agrícola y de amoníaco. Los niveles de polvo en el aire son máximos durante las operaciones de atrapamiento de pollos, a veces hasta el punto de que no se alcanza a ver un extremo del corral desde el otro. Como protección mínima para los trabajadores avícolas se recomienda llevar mascarillas que cubran toda la cara con filtros de alto rendi- miento, dado el nivel de endotoxinas bacterianas medidas durante el atrapamiento.
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