lunes, 31 de agosto de 2009

Actividades en el tratamiento de incendios forestales: Peligros profesionales

El trabajo de prevención de incendios es por lo común una actividad muy segura.
La seguridad en la detección de incendios se basa sobre todo en conducir vehículos de manera segura, a menos que se utilicen aeronaves. Los aviones de ala fija son especialmente vulnerables a las fuertes corrientes de aire de elevación provocadas por el aire y los gases calientes. Cada año se pierden decenas de tripulaciones aéreas a consecuencia de errores de los pilotos, sobre todo en terrenos montañosos.
La extinción de incendios es una operación muy especializada. Debe organizarse como una operación militar, porque la negligencia, la desobediencia y otros errores humanos no sólo pueden poner en peligro al bombero, sino provocar además la muerte de muchas otras personas, así como grandes daños materiales. Toda la organización ha de estructurarse de manera clara, con una buena coordinación entre el personal forestal, los servicios de emergencia, las brigadas contra incendios, la policía y, en los grandes incendios, las fuerzas armadas. Debe haber una sola cadena de mando, centralizada y a pie de incendio.
La extinción de incendios comporta el establecimiento o mantenimiento de una red de cortafuegos, que suelen ser franjas de 10 a 20 metros de ancho despejadas de toda vegetación y material combustible. Los accidentes se deben sobre todo a las herramientas de corte.
Por supuesto, los fuegos descontrolados importantes son los más peligrosos, pero surgen problemas similares con los incendios prescritos o “fuegos fríos”, que es cuando se deja que fuegos leves reduzcan la cantidad de material inflamable sin dañar la vegetación. Se aplican las mismas precauciones en todos los casos.

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