domingo, 20 de abril de 2008

Problemas cutáneos en la Industria de la ganaderia (I)

Los problemas cutáneos pueden clasificarse en dermatitis de contacto, problemas relacionados con el sol, problemas infecciosos o inducidos por insectos. Los cálculos indican que los agricultores son los trabajadores que presentan un mayo rriesgo laboral de padecer ciertas dermatosis (Mathias 1989). A falta de tasas de prevalencia, sobre todo en las regiones en desarrollo, los estudios realizados en Estados Unidos indican que las enfermedades cutáneas de origen profesional pueden significar hasta el 70 % del total de enfermedades profesionales entre agricultores en ciertas regiones (Hogan y Lane 1986).
Hay tres tipos de dermatitis de contacto: dermatitis irritante, dermatitis alérgica y dermatitis por fotocontacto. La forma más común es la primera, mientras que la segunda es menos frecuente y las reacciones por fotocontacto son raras (Zuehlke, Mutel y Donham 1980). En el campo, las fuentes habituales de dermatitis de contacto son los fertilizantes, las plantas y los plaguicidas. Es especialmente llamativa la dermatitis de contacto con el alimento del ganado. Los alimentos contienen aditivos, como antibióticos, que pueden dar lugar a dermatitis alérgicas. Los agricultores de piel clara de ciertas zonas del mundo en desarrollo presentan un riesgo especial de padecer problemas cutáneos inducidos por el sol, como arrugas, queratitis actínica(lesiones escamosas no cancerosas) y cáncer de piel. Los dos tipos más frecuentes de cáncer de piel son el carcinoma de células basales y el carcinoma epidermoide. Un trabajo epidemiológico llevado a cabo en Canadá indica que los agricultores presentan un riesgo de padecer carcinoma epidermoide mayor que quienes se dedican a otras actividades (Hogan y Lane 1986). Los carcinomas epidermoides suelen derivar de queratitis actínicas. Aproximadamente 2 de cada 100 casos dan metástasis, y la zona más frecuente son los labios. Los carcinomas de células basales son más frecuentes, y aparecen en la cara y en las orejas. Aunque localmente son destructivos, rara vez metastatizan.
Las dermatitis infecciosas más importantes para los ganaderos son la tiña (hongos dermatofíticos), la ectima contagiosa y los nódulos de los ordeñadores. La tiña es una infección cutánea superficial que se presenta como una serie de lesiones escamosas de color rojo que resultan del contacto con ganado infectado, sobre todo con vacas lecheras. Un estudio realizado en la India, donde las vacas suelen vagar libremente, reveló que más de 5 % de la población rural padecía tiña (Chaterjee y cols.
1980). La ectima contagiosa, por el contrario, se debe a un poxvirus que suele contagiarse a partir de ovejas o cabras infectadas. Suele producir lesiones en el dorso de las manos o de los dedos de las manos, y habitualmente desaparece tras formar algunas cicatrices en unas 6 semanas. Los nódulos de los ordeñadores son el resultado de la infección por un poxvirus, el virus de la pseudoviruela, habitualmente por contacto con ubres o pezones de vacas lecheras infectadas. Estas lesiones son similares a las de la ectima contagiosa, aunque es más habitual que sean múltiples.

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