Existen pocos informes acerca de la exposició n profesional y los efectos sobre los varones, en comparació n con la abundante biblio- grafía acerca de los efectos agudos y cró nicos de los estró genos en las mujeres como resultado de exposiciones no profesionales. Esta ú ltima bibliografía procede ante todo del uso extendido como anti- conceptivos y para otros fines mé dicos de distintos fármacos estrogénicos (pero tambié n contaminantes medioambientales con propiedades estrogé nicas, como los organoclorados) y se centra en especial en las relaciones entre dicha exposició n y diversos cá nceres humanos, como el de endometrio, cé rvix y mama en mujeres (Hoover 1980; Houghton y Ritter 1995). En la bibliografía sobre enfermedades profesionales, el síndrome hiperestrogé nico en varones y mujeres se ha asociado a exposiciones a DES y sus deri- vados, estró genos naturales o conjugados, hexoestrol y sus deri- vados y productos sinté ticos esteroideos como etinilestradiol y dienestrol. Poco despué s del inicio de la producció n comercial de estró genos comenzaron a publicarse informes sobre sus efectos, como ginecomastia (aumento anormal de las mamas en varones) y disminució n de la líbido en los varones, y trastornos menstruales
(aumento del flujo o manchado intermenstrual) en las mujeres (Scarff y Smith 1942; Fitzsimons 1944; Klavis 1953; Pagani 1953; Watrous 1947; Watrous y Olsen 1959; Pacynski y cols. 1971; Burton y Shumnes 1973; Meyer, Peteet y Harrington 1978; Katzene- llenbogen 1956; Dunn 1940; Stoppleman y van Valkenburg 1955; Goldzieher y Goldzieher 1949; Fisk 1950). Hay asimismo informes de síndrome tó xico asociado a algunos progestá genos, como la acetoxiprogesterona (Suciu y cols. 1973), y la viniloestrenolona en combinació n con etinilestradiol (Gambini, Farine y Arbosti 1976).
Se registraron en total 181 casos de hiperestrogenismo en varones y mujeres (durante el período de 1940–1978), informados por mé dicos de empresa de 10 compañías farmacé uticas (con
13 plantas) de Estados Unidos (Zaebst, Tanaka y Haring 1980). De estas 13 plantas, 9 fabricaban principalmente anticonceptivos orales con distintos estró genos y progestá genos sinté ticos, otra fabri- caba medicamentos para el tratamiento sustitutivo con estró genos a partir de estró genos naturales conjugados, y otra fabricaba productos farmacé uticos a partir de DES (en años anteriores había sintetizado tambié n DES).
Algunos investigadores del National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) de Estados Unidos realizaron un estudio piloto mé dico y de higiene industrial en 1984 con varones y mujeres que trabajaban en dos plantas (Tanaka y Zaebst 1984). Se documentaron exposiciones mensurables a dienestrol y estró - genos naturales conjugados, dentro y fuera del equipo de protec- ció n respiratoria utilizado. No obstante, no se observaron cambios estadísticamente significativos en las neurofisinas estimuladas con estró genos (NEE), las globulinas unidas a corticosteroides (GVC), la testosterona, la funció n tiroidea, los factores de coagulación sanguínea, la funció n hepá tica, la glucosa, los lípidos sanguíneos ni las hormonas gonadotró picas. Tampoco se apreciaron en la exploración médica cambios físicos adversos en varones ni en mujeres. No obstante, en la planta en la que se utilizaban dienestrol y noretindrona para fabricar comprimidos anticonceptivos orales, los niveles de etinilestradiol indicaban exposición a estrógenos y su absorció n a pesar del uso de respiradores. Las muestras de aire obtenidas dentro del respirador sugerían una protecció n en el lugar de trabajo menos efectiva de lo esperado.
Los síntomas hiperestrogé nicos en varones comunicados en estos estudios fueron, entre otros, sensibilidad de los pezones (manifestada como comezó no sensibilidad) o sensación de opresión torácica, aparte de algunos casos de hiperplasia de mamas y ginecomastia. Se comunicó asimismo disminución de la líbido o la potencia sexual. En mujeres se observaron menstruación irregular, ná useas, cefaleas, dolor de pecho, leucorrea (descargas espesas y blanquecinas de la vagina o el canal vaginal) y edema de tobillo. No se han realizado estudios de seguimiento a largo plazo de personas expuestas profesionalmente a estró genos o progestá genos
No hay comentarios:
Publicar un comentario