sábado, 17 de octubre de 2009

Peligros (II)

En las explotaciones de producción de vacuno, ovino y caprino son numerosas las zonas peligrosas. Se trata de los suelos resbaladizos, los depósitos de estiércol, los corrales, las zonas polvorientas donde se guarda el alimento, los silos, los equipos mecanizados para alimentación y las zonas de confinamiento de los animales. Estas últimas pueden tener depósitos de estiércol, que pueden emitir gases letales. (Gillespie 1997).
El golpe de calor y el ictus son peligros potenciales. La intensa actividad física, el estrés y la tensión, el calor, la elevada humedad y la deshidratación producida por la falta de agua potable contribuyen a estos peligros.
Quienes tratan con ganado tienen el riesgo de presentar enfermedades respiratorias debido a la exposición a polvos inha- lados. Una enfermedad habitual es el síndrome tóxico por polvo orgánico. Este síndrome puede aparecer tras la exposición a elevadas concentraciones de polvos orgánicos contaminados por microorganismos. Aproximadamente el 30 al 40 % de los traba- jadores que se ven expuestos a polvos orgánicos presentará este síndrome, que incluye los trastornos que se muestran en la Tabla 70.18; en ella también figuran otras afecciones respirato- rias (NIOSH 1994).
Los esquiladores y trasquiladores de ovejas afrontan diversos peligros. Durante el esquilado pueden producirse cortes y abrasiones. Las pezuñas y los cuernos de los animales también son peligros potenciales. Los resbalones y caídas son peligros siempre presentes cuando se manejan animales. A veces las bate- rías para las esquiladoras se llevan en cinturones, y hay que tomar precauciones. También hay peligros eléctricos. Los esquiladores tienen también peligros posturales, sobre todo en la espalda, como resultado de la maniobra de atrapar a la oveja y darle la vuelta. Si se sujeta al animal entre las piernas se tensa mucho la espalda, y los movimientos de torsión son frecuentes al esquilar. El esquilado manual suele producir tenosinovitis.
El control de los insectos de vacas, ovejas y cabras mediante plaguicidas en aerosol o en polvo puede exponer a los trabajadores al plaguicida. Cuando se sumerge a las ovejas en baños plaguicidas, el manejo del animal o el contacto con la solución del baño o con la lana contaminada también puede exponer a los trabajadores al plaguicida (Gillespie 1997).
Las zoonosis más habituales son la rabia, la brucelosis, la tuberculosis bovina, la triquinosis, la salmonelosis, la leptospirosis, la tiña, las tenias, la ectima contagiosa, la fiebre Q y la fiebre manchada. Las enfermedades que pueden contraerse tratando con el pelo o la lana son el tétanos, la salmonelosis producida al etiquetar y sujetar a los animales, la leptospirosis, el ántrax y las enfermedades por parásitos.
Las heces y la orina de los animales son también un meca- nismo de infección para los trabajadores. El ganado constituye una reserva de criptosporidosis, enfermedad que puede ser transmitida del ganado a los seres humanos por la vía fecal-oral. Los terneros con diarrea pueden albergar esta enfermedad. La esquistosomiasis, una enfermedad producida por duelas hemá- ticas, se encuentra en las vacas, los búfalos de agua y otros animales, en diversas partes del mundo; su ciclo vital empieza en los huevos excretados por orina y heces que se convierten en larvas, entran en los caracoles, luego a pasan a cercarias que nadan en libertad y se adhieren a la piel de los seres humanos, atravesándola. La penetración puede producirse cuando los trabajadores vadean el agua.
Algunas zoonosis son enfermedades virales transmitidas por artrópodos. Los vectores primarios de estas enfermedades son los mosquitos, las garrapatas y los flebotomos. Entre estas enfermedades se encuentras las encefalitis transmitidas por garrapatas y por la leche de oveja, las babesiosis transmitidas por las garrapatas de las vacas y la fiebre hemorrágica de Crimea- Congo (fiebre hemorrágica de Asia central) transmitida por mosquitos y garrapatas a partir de vacas, ovejas y cabras (como huéspedes intermediarios) cuando se producen epizootias (Benenson 1990; Mullan y Murthy 1991).


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