En los 33 países que tienen programas de energía nuclear, existen organismos reguladores que elaboran y aplican normas de seguridad para el funcionamiento de las instalaciones nucleares. Sin embargo, generalmente se responsabiliza a la compañía eléc- trica propietaria y operadora de las instalaciones de la seguridad de funcionamiento de sus centrales nucleares. La función del operador es, en realidad, una tarea directiva de recopilación de información, planificación y toma de decisiones, y sólo incluye un control más activo ocasionalmente, cuando se trastorna el servicio rutinario. El operador no es el principal sistema protector.
Todas las centrales nucleares modernas disponen de sistemas de control y seguridad automáticos muy fiables y sensibles, que protegen constantemente el reactor y demás componentes de la planta, y que generalmente tienen un diseño a prueba de fallos si se produce un corte de corriente. No es de esperar que el operador duplique o sustituya estos sistemas automáticos de control y protección. Sin embargo, sí debe ser capaz de parar el reactor casi instantáneamente si es necesario, así como de reconocer cualquier problema relacionado con el funciona- miento de la planta y responder al mismo, aumentando así la diversidad de la protección. El operador tiene que ser capaz de comprender, diagnosticar y prever la evolución de la situación global a partir de todos los datos suministrados por los sistemas automáticos de información y proceso de datos.
Se espera del operador que:
• comprenda cuáles son las condiciones normales de todos los sistemas importantes para el estado global de la planta;
• reconozca, con ayuda de los sistemas automáticos o de los mecanismos especiales de control, cuándo se dan condiciones anómalas y cuál es su importancia;
• sepa cómo responder correctamente para restaurar el funcionamiento normal de la planta o detener la planta en condiciones de seguridad.
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